Estas son las señales que indican que tu hija puede estar sufriendo violencia de género

Aunque no es fácil detectar la violencia de género, hay señales que nos pueden alertar. El primer paso es conocerlas

1 de cada 3 adolescentes sufre violencia de género en nuestro país. Es un dato estremecedor que nos obligar a tomar consciencia de que, a pesar de que los valores de igualdad y no discriminación entre sexos están mayoritariamente aceptados en nuestra sociedad, sigue habiendo mucho por hacer. De hecho, los datos que se desprenden del informe ‘No es amor’, elaborado por Save the Children, nos demuestran que patrones y conductas machistas que creíamos erradicados, se perpetúan y aceptan entre las personas más jóvenes. Un dato: el informe refleja que 1 de cada cinco chicos de entre 15 años y 29 años considera que la violencia de género no existe, que es «un invento ideológico». Además, 1 de cada 3 jóvenes consideraba inevitable o aceptable en algunas circunstancias «controlar los horarios de la pareja», «impedir a la pareja que vea a su familia o amistades», «no permitir que la pareja trabaje o estudie» o «decirle las cosas que puede o no puede hacer».

Que los familiares o padres detectemos que nuestra hija está sufriendo violencia de género es muy importante para ayudarla a salir de esa relación. “Yo sufrí violencia de género de los 15 a los 18 años y, por desgracia, las víctimas de la violencia de género somos las últimas en darnos cuenta”, afirma Marina Marroquí, víctima de violencia de género en la adolescencia , educadora social y autora del libro ‘Eso no es amor’.

¿Cuáles son las señales que me pueden ayudar a saber que mi hija está sufriendo violencia de género?

Existen señales que nos pueden ayudar a detectar que nuestra hija está sufriendo violencia de género, lo que nos permitirá ayudarla antes de que sea demasiado tarde.

Es importante que no solo madres y padres sepan detectar estas señales, también las adolescentes, para que cuando vivan determinadas situaciones sepan ponerles nombre y salir corriendo”, cuenta Marina Marroquí.

Ella nos alerta de las señales que nos pueden indicar que nuestra hija está sufriendo violencia de género:

  • Tu hija se muestra más irritable de lo normal o, incluso, muestra conductas violentas.
  • Empeora vuestra relación con ella.
  • Notas que tras una discusión con su novio se pasa mucho tiempo sola y llorando.
  • Cuando discuten, te cuenta peleas que nunca te había contado antes.
  • De un día para otro deja sus aficiones y se centra en las de él.
  • Empieza a alejarse de sus amigos de toda la vida.
  • Cambia su forma de vestir y su sentido del humor cuando él está delante.
  • Siempre está pendiente de “no enfadarlo”.
  • Cuando no están juntos, le manda fotos para que vea lo que está haciendo y se muestra siempre disponible a hablar por teléfono con él, incluso si tiene que dejar de hacer lo que está haciendo.

¿Cómo ayudo a mi hija si detecto señales de que está sufriendo violencia de género?

Si te has dado cuenta de que tu hija está sufriendo violencia de género, puedes hacer mucho para ayudarla a salir de este problema. Marina aconseja lo siguiente:

  • No la presiones, muéstrate comprensiva y dale confianza.
  • Es importante no juzgarla ni echarle en cara que no os lo haya contado antes.
  • No intentéis obligarle a dejar la relación, la fuerza no es la solución a este problema.
  • El control absoluto hacia ella solo hará que se agobie más y se aleje de ti.
  • Te debe sentir cercano. Importantísimo que tenga presente que siempre te tendrá a su lado.
  • No la dejéis de hablar si vuelve con él o no hace lo que os había prometido.
  • Tienes que armarte de paciencia, incluso aparentar buena relación con el maltratador, para que este no la ponga en tu contra.
  • No quitéis importancia a lo que os cuenta, aunque no os parezca tan grave.
  • Intenta que acuda a profesionales.

¿Por qué nos cuesta ver que nuestra hija sufre violencia de género?

Muchas madres y padres se avergüenzan o se sienten culpables por no haber podido detectar antes que su hija sufría violencia de género. Estos sentimientos se basan en ideas erróneas, como que la violencia es fácilmente detectable y visible, que es física (y, por tanto, deja marca) y que al maltratador se “le ve venir”. Pero, como cuenta la Guía para madres y padres de hijas que sufren violencia de género, elaborada por el Instituto Andaluz de la Mujer, la violencia de género en pareja y, sobre todo, en adolescentes es difícil de detectar por varios motivos:

  1. Los comportamientos del maltratador no suelen ser agresivos (más evidentes y detectables), sino comportamientos que favorecen la dominación, el abuso o el control, el chantaje… Es decir, la violencia no es solo física, también es psicológica. De hecho, siempre es psicológica y, en algunos casos, también es física.
  2. Muchos de los comportamientos de control y dominio está normalizados por el ideal de pareja presente en nuestra sociedad. Por ejemplo, los celos se ven como normales, aunque sean la coartada perfecta para el aislamiento.
  3. La estrategia de aislamiento que lleva a cabo el maltratador hace que vuestra comunicación sea más difícil y limitada, impidiendo que podáis percataros de señales que puedan poneros en alerta.
  4. La imagen que la pareja de vuestra hija os transmite o cómo veis que la trata cuando estáis delante va a ser, en la mayoría de los casos, normal o incluso deseable. Esto se debe a que el maltratador no actúa de la misma forma con ella cuando hay público que cuando están solos.

¿Por qué mi hija no me ha contado que sufre violencia de género?

Es muy habitual que las adolescentes que están sufriendo violencia de género no lo cuenten. En primer lugar, porque ellas mismas han naturalizado la situación y no son conscientes de que la están sufriendo, pero hay más causas:

  • El aislamiento al que él la ha sometido hace pensar a la víctima que está sola, que nadie la va a creer o apoyar.
  • Está confundida y desorientada: hay días que la trata bien, otros mal…La insulta pero le dice que no puede vivir sin ella.
  • También por el ciclo de la propia violencia, quiere creer que él va a cambiar.
  • Está acostumbrada a ceder para evitar conflictos, por tanto, cree que tiene la situación bajo control.
  • Sentimiento de culpabilidad. Cree que ella ha provocado la situación.
  • Siente vergüenza o miedo a contarlo. El miedo puede ser a que no la crean, a que su pareja la deje, a quedarse sola, a la reacción de él, a la vuestra…
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María Dotor

Tener solo unas líneas para presentarse no es fácil. Espero hacerlo bien 😉 Soy periodista y amante de la educación. Una de mis frases favoritas es: “La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo” de Paulo Freire. Por eso creo que es tan importante tomárnoslo en serio. Por eso, y porque educar es el más apasionante e importante de los viajes. ¿No crees?

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