“Más allá de los fogonazos y casos dramáticos” que aparecen en los medios de comunicación, necesitamos un programa integral, nos dice Carmen Cabestany, profesora comprometida contra el bullying
“No quiero vivir más. En la escuela me dicen gorda. Me ponen la traba [hacen la zancadilla] y cuando me caigo me gritan ‘¡terremoto, terremoto!”. Quien así habla es Jazmín, una niña de nueve años de Santa Fe (Argentina) en un vídeo que su madre ha colgado en redes sociales para concienciar sobre el tema del acoso escolar. Jazmín intentó suicidarse ingiriendo somníferos, tal como cuenta en el vídeo, grabado en el hospital. Con más de 172.000 visionados en Facebook, este vídeo de denuncia del acoso se ha convertido en noticia. Por eso hablamos con Carmen Cabestany, de la Asociación NACE No al Acoso Escolar, sobre el tratamiento que en los medios se da al bullying, sobre algunos comentarios que nos hacéis llegar sobre esta lacra y sobre las medidas para acabar con este terrible problema social.
Carmen Cabestany considera que vídeos como este pueden “concienciar, que nos ayude a darnos cuenta de que ya con nueve años hay niños que no quieren vivir y sacuda conciencias. Aunque hay que ser cautos porque puede que se nos escape información, en principio me parece bien el vídeo para concienciar a la sociedad y para que alguien mueva ficha y proteja a la niña”.
- Más allá de los fogonazos y casos dramáticos: necesitamos un programa integral
Pero eso sí, Cabestany advierte que la respuesta al acoso escolar ha de ir más allá de “fogonazos en las noticias que muchas veces se reducen a “Una niña se ha matado” o “Ha habido una agresión con arma blanca”… Para Carmen, “falta muchísimo para que toda la sociedad se conciencie sobre el acoso escolar, porque el principal problema es que no se sabe qué es el acoso escolar, qué implicaciones tiene, qué consecuencias trae, cuánto dolor causa een los niños, cuántos problemas provoca en los colegios… Lo primero que habría que hacer es una sensibilización a fondo de la sociedad. En NACE siempre pedimos que haya un programa amplio”, en el que todos los miembros de la comunidad educativa “conozcan todos los elementos que intervienen en una situación que acaba en acoso escolar y, cuando ya tenemos esa situación, cómo se resuelve y qué factores influyen”.
- ¿Qué piensa de las opiniones que indican que lo único que acabaría con el acoso es sancionar a los coles que lo permiten?
Para Carmen Cabestany, la solución al acoso escolar no pasa solo por imponer castigos o multas a los colegios que lo permiten o ignoran, pues aunque “Soy partidaria de que haya sanciones serias contra los centros, sería un enfoque muy reduccionista. Estamos hablando del punto final, cuando ya se ha consumado esa agresión. Tenemos que prevenir, cambiar el chip a todos los niveles”. Carmen señala que “en acoso hay tres pasos: prevención, detección e intervención”. La prevención, que es la medida más importante, supone “que la gente esté enterada de lo que supone el acoso escolar, por lo tanto habrá que formar a los profesores y directores, porque no tenemos ni idea de lo que es el acoso. Los inspectores también deberían ir a las charlas, para saber de qué estamos hablando para que luego no relativicen diciendo que son cosas de niños. Dentro de la prevención, necesitamos educación emocional desde infantil. Necesitamos que en los centros se reconozca la existencia del acoso escolar, para eso tiene que estar en los Planes Educativos de Centro y en los Planes de Acción Tutorial, se tiene que hablar de él, en las tutorías, en las clases, se tiene que saber desmontar el concepto de chivato y hablar del concepto de justicia, de igualdad, de empatía, de daño moral y no hacer como que es un tema que no existe. Necesitamos que este tema se saque del oscurantismo, de esa ley del silencio”. Nos cuenta Carmen que “los niños cuando les dices lo que es el acoso escolar, te dicen: “Ah, sí, esto pasó a un amigo, o me pasó en Primaria” e incluso remonta la prevención a la apuesta por la “educación emocional desde Infantil”. La detección es una responsabilidad de todos los adultos que tienen contacto con el menor, pero hay que saber pararlo. Y por último, las medidas de intervención “no forzosamente han de ser todas de índole punitiva para el acosador. Se necesitan medidas correctivas pero a lo mejor también medidas reparativas, de reeducación, medidas socioemocionales. No nos podemos limitar a mandar a esa persona a la calle con una hoja de expulsión, habrá que ver por qué está actuando de esta manera y brindarle la ayuda necesaria. Pero a quien primero hay que mirar y proteger es a la víctima”. También hay que intervenir en los testigos “hay que concienciarlos para que se posicionen del lado de la víctima”. Carmen subraya que “si todo esto no se hace, llegamos a un centro en el que ha habido dejación de funciones, tienen responsabilidad civil y también penal”.
- ¿Es “acoso escolar” un eufemismo?
Algunos comentarios nos indican que acoso escolar, en realidad, engloba un conjunto de delitos que atentan contra los derechos del menor y, como tal, sería un eufemismo. Carmen Cabestany no está de acuerdo: “Acoso escolar define perfectamente la situación de maltrato que se produce entre dos iguales de manera reiterada en el tiempo y con voluntad de humillar y con indefensión y una desigualdad. Es cierto que no existe una figura jurídica que castigue el acoso escolar como tal, y tendría que haberla. Cuando hay que juzgar hay que hacerlo por delitos contra la integridad moral, y tendría que haber esta figura”. No podemos olvidar, dice Carmen, que “el acoso escolar tiene entidad por desgracia en sí misma, es un maltrato muy concreto que afecta a un 26% de la población escolar”.
- ¿Qué se puede decir ante comentarios como: “Pasó hace tanto tiempo… Que pasen página y perdonen”?
¿Cómo puede superar una persona el acoso escolar que ha sufrido? Carmen considera que “para que una víctima pase página lo primero que necesita es que alguien haga justicia, que se reequilibre aquello que pasó. No se trata solo de llevarlo a tribunales, porque a veces puede ser peor para el menor porque no le fallan a favor. Reequilibrio puede ser que un compañero pida perdón de corazón, que un docente reconozca que se equivocó. Nosotros tenemos gente mayor que nos dice que necesita que aquella tutora me diga que lo hizo mal conmigo”.
En definitiva, resalta Carmen, para acabar con el acoso escolar se necesita una concienciación a toda la sociedad porque, frente al bullying, “para NACE todos somos parte del problema o de la solución”.