El teatro nos puede permitir ser la mejor versión de nosotros mismos: la más comunicativa y expresiva
Mercedes Segura es experta en comunicación y actriz aficionada, autora de ¡A escena! Nos propone que al comunicarnos con nuestros hijos nos preparemos como los intérpretes del buen teatro, porque en el fondo “queremos lo mismo: queremos que nos escuchen, que nos entiendan, entenderlos a ellos, que nos recuerden, queremos ser memorables”. Y nos propone que antes de hablar con nuestros hijos nos relajemos y concentremos, porque “sería impensable estar actuando como Hamlet y decir: ‘Ser o no ser, un momentito, que me ha entrado un WhatsApp’. Los buenos actores nos transmiten que están con los cinco sentidos con nosotros”.
Confiesa Mercedes Segura que ella siempre quería ser actriz, pero le convencieron para estudiar Empresariales. Entre risas, nos cuenta que “he sido ejecutiva de día y actriz de noche”. Hasta que un buen día “pensé que lo que utilizaba para preparar mis roles me podría ayudar como comunicadora en la empresa y en la vida. Empecé a dar clases porque me di cuenta de que los no actores podrían usar las herramientas de los no actores”. Y es que, “como dijo Shakespeare, el mundo es un teatro. La única diferencia entre los actores y los no actores es que los actores actúan siendo conscientes, con lo cual utilizan todas las herramientas a su alcance. Los no actores actuamos sin saber que estamos actuando, con lo que nuestras actuaciones son un poco más pobres”.
Nuestro objetivo cuando nos comunicamos con nuestros hijos es el “mismo que los actores: queremos que nos escuchen, que nos entiendan, entenderlos a ellos, que nos recuerden, queremos ser memorables”. El teatro “es una forma de comunicación basado en las emociones y nos puede ayudar a conectar con nuestro yo más comunicativo, expresivo y empático”. Por eso, Mercedes considera que “si un padre o una madre quieren comunicarse con sus hijos diciendo lo que quieren decir, como lo quieren decir, en el lugar y el momento exactos, consiguiendo de verdad entenderse y hacerse un hueco en el corazón y en la mente de sus hijos, deberían prepararse”. Nos recuerda que somos muy importantes para nuestros hijos cuando comunicamos y “que todo en ti comunica”, desde la forma de andar, los gestos, el tono, las palabras elegidas, la postura… “Si fuéramos conscientes de cómo impactamos en nuestros hijos, nos prepararíamos más. En teatro hasta la naturalidad se prepara”, asegura Mercedes.
¿Y qué es prepararse? “Consiste en no hablar por hablar”. Y para esta preparación hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Qué voy a decir: Nos dice Mercedes que “las palabras pueden acariciar o herir”, por lo que nos recomienda que las palabras fuertes las dejemos para las cosas fuertes y en otras ocasiones, como el desorden de las habitaciones, usar la ironía.
- Dónde voy a hablar: “ El mismo mensaje comunicado en lugares diferentes tiene significados diferentes”, señala Mercedes, que nos anima a elegir bien el escenario.
- Cuándo: Es importante, dice la experta, elegir el momento
- Cuidar los gestos: Los actores saben de la importancia de la comunicación corporal, “por eso usan todo el cuerpo para expresarse. Nosotros no le prestamos toda la atención a nuestro cuerpo y por eso nuestro cuerpo nos traiciona, las palabras van por un lado y el cuerpo por otro. Cuando pasa eso nuestros hijos creen al cuerpo, porque primero nos ven y luego nos escuchan”, asegura Mercedes.
- Concentración: Nos recomienda Mercedes que nos relajemos antes de hablar con nuestros hijos. “Tenemos tantas cosas en la cabeza y cuando hablamos con nuestros hijos deberíamos tomarnos una pausa, respirar con el abdomen, bajar tensiones, para transmitir a nuestros hijos que estamos ahí y en ese momento solo para ellos. Parece una obviedad, estar aquí y ahora, pero no lo hacemos”. Mercedes nos propone una situación chocante: “Imaginaos que soy Hamlet y empiezo: Ser o no ser, un momentito que me ha entrado un WhatsApp. Sería impensable, los buenos actores nos transmiten que están con los cinco sentidos con nosotros. Es impensable actuar y hacer otra cosa a la vez”. Critica Mercedes que “pedimos atención a nuestros hijos, que nos escuchen, y estamos con la cabeza en mil sitios y además con el WhatsApp”. Por eso nos recomienda relajarnos antes de hablar con nuestros hijos “y poner los cinco sentidos ahí”. Subraya que es importante “conectar con nuestras palabras y nuestros sentimientos y nuestro cuerpo nos acompañará”.
En definitiva, concluye, “no hablemos a tontas y a locas. Preparémonos y disfrutémoslo”.
