Si leyésemos las cartas a Los Reyes Magos y a Papá Noel de los niños de más o menos 9 años en adelante, veríamos que en la mayoría aparece un objeto: el móvil. De hecho, según una encuesta del INE (Instituto Nacional de Estadística), un 22% de los menores de 10 años tiene un móvil en España. Y la cifra se dispara a un 93% en el caso de los niños de 15.
¿Está el móvil en la carta de este año de tus hijos? ¿Estás pensando en regalárselo? No seré yo quién te diga que no lo hagas, solo te insto a hacerte 5 preguntas antes de tomar la decisión.
¿Estoy preparado para que mi hijo tenga un móvil?
Normalmente, solemos hacernos la pregunta al revés: ¿está mi hijo preparado para tener un móvil? Sin embargo, Jorge Flores, fundador de Pantallas Amigas, nos propone que nos preguntemos si lo estamos nosotros, y con esto de refiere a si “tenemos los conocimientos necesarios y estamos dispuestos a dedicar el tiempo suficiente para un acompañamiento adecuado. Haciendo un símil podríamos preguntarnos a qué edad puede un niño bañarse solo en una piscina para adultos. En este caso la respuesta es clara, cuando sepa nadar.
Para aprender han tenido que recibir la formación de un adulto que ha tenido que tener tiempo y conocimientos para enseñarle a hacerlo. Por tanto, no hay una edad, si no que se tienen que dar unas condiciones que dependen de los adultos más que de los niños. Además, elegir cuándo debe ser una decisión meditada, no algo que se nos marque desde fuera, que asumamos porque otros lo hacen”. Y lo cierto es que esto es algo que tenemos clarísimo con otros ámbitos, por ejemplo, nunca dejaríamos a nuestros hijos un coche sin antes haber aprobado el examen del carnet de conducir. Entonces, ¿por qué si les dejamos un Smartphone sin antes habernos asegurado de que saben hacer frente al universo de posibilidades que se les abre a partir de ese momento?
¿Soy consciente de lo que le estoy dando?
Y ante esta pregunta diréis: sí, un móvil. Pero no, no es solo un móvil, es toda la información a la que pueden acceder a través de este dispositivo, incluido contenido que no quisiéramos que vieran nuestros hijos como, por ejemplo, pornografía. De hecho, desde que existen los móviles, el acceso de los niños a la pornografía se produce a edades más tempranas. Según últimos estudios, un 10% de los consumidores de porno online tienen menos de 10 años. Dato al que tenemos que añadir otros igualmente preocupantes, que nos alerta de que la edad a la que nuestros hijos empiezan a consumir pornografía se sitúa entre los 8 y los 12 años, según datos de la última campaña “Por no, porno. Educa a tus hijos antes de que el porno lo haga por ti” que ha lanzado la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).
¿Para qué quiere mi hijo un móvil?
Hay que tener en cuenta para qué quiere tener un móvil nuestro hijo y deberemos hablar con él para saber qué uso va a hacer. Si lo quiere para tener redes sociales y Whatsapp, debemos tener también en cuenta la recomendación que nos hacen estas redes sociales de cuál es la edad mínima para crearse una cuenta: en Whatsapp son los 16 años; en TikTok los 13 años; en Instagram los 14; en Twitter los 13; y en Twitch también los 13 años.
¿Para quién es el regalo?
“Muchas veces, el Smartphone es un regalo egoísta, porque las mayores ventajas son para el que lo regala (tenemos a nuestro hijo controlado). Pero al entregar un móvil solo deberíamos pensar en el interés del que lo recibe, del menor en este caso, deberíamos pensar en su bienestar. Debemos pensar las ventajas e inconvenientes para nuestro hijo y ver si podemos garantizar un saldo positivo. Es cierto que el aprendizaje nos expone a riesgos. Cuando un niño aprende a montar en bici asume nuevos riesgos, pero no es lo mismo montar en una superficie plana que tirarse por una cuesta”, nos dice Jorge Flores.
¿He tenido en cuenta el coste de oportunidad?
Cuando le regalamos un móvil a nuestros hijos, debemos ser conscientes de que ocupará una gran parte del tiempo del que disponen. Es decir, el tiempo que ahora le dedicará al móvil, es tiempo que dejará de dedicarle a otras cosas, tales como jugar en familia, dar un paseo por la naturaleza, leer un libro..
Como explica el psicólogo Alberto Soler, “el hecho de estar delante de una pantalla ocupa un tiempo que de otro modo podía haber sido empleado en otras cosas mucho más importantes y con un beneficio mucho más claro para nuestros hijos: leer, correr, jugar con los amigos, desarrollar una afición, estar en contacto con la naturaleza. Es lo que se llama coste de oportunidad. No es que los medios sean tan malos en sí, sino que su uso desplaza otras alternativas que sí han demostrado que tienen unos beneficios muy claros a nivel psicosocial”.
Responder a estas preguntas es algo que solo puedes hacer tú. Regalar un móvil a nuestro hijo es una decisión personal, nadie debe tomarla por nosotros.
Si este año has decidido que no, recuerda tener bien a mano estas 5 preguntas, el año que viene te va a tocar volver a responderlas. ¡Ánimo!