La autoestima es el conjunto de percepciones, valores y evaluaciones que tiene una persona de sí misma sobre su físico, personalidad, carácter…Es decir, el valor que una persona se da a sí misma. La autoestima de una persona está relacionada con muchos aspectos de su vida. En la vida de nuestros hijos, la parte escolar juega un papel fundamental, no solo por las horas que pasan en el colegio, sino porque es en ese entorno donde se sienten más evaluados y calificados. Es por este motivo que si nuestros hijos no han obtenido buenas calificaciones académicas, pueden ver afectada su autoestima.
¿Cómo se forma la autoestima de nuestros hijos?
La psicóloga Begoña Ibarrola explica que “en los niños y niñas, hasta los seis años, la aceptación que tienen de ellos mismos depende en exclusiva de la aceptación y valoración de los adultos con quienes convive”. Es decir, en sus primeros 6 años de vida autoestima no es “auto”, sino que es un reflejo de la concepción que tienen sus principales adultos de referencia sobre ellos. Por esta razón, las palabras que les digamos, la forma de halagar sus virtudes o criticar sus errores, los ojos con los que miremos a nuestros niños durante sus primeros años de vida configurarán la piedra angular de la autoestima que acaben construyendo.
Otro aspecto que no podemos perder de vista es que la autoestima está directamente relacionada con el sentimiento de capacidad. Por lo tanto, podemos entender que si nuestros hijos e hijas se sienten capaces, van superado retos, van a ver reforzada su autoestima. En cambio, si no lo consiguen, su autoestima irá disminuyendo.
Repercusiones de las notas en la autoestima
La autoestima en la infancia y en la adolescencia se está construyendo, y las notas puede minar mucho la autoestima de un niño. Si suspenden una asignatura y no se sienten capaces de aprobarla, su autoestima puede caer y se puede producir el denominado efecto pigmalión: “Nuestras creencias funcionan como profecías auto cumplidas. Si creo que no puedo, va a ser muy difícil que pueda. En cambio, si tengo confianza en que lo lograré, será más fácil que lo consiga”, nos recuerda el psicólogo Alberto Soler.
¿Qué podemos hacer las madres y padres para reforzar la autoestima de nuestros hijos ante unas malas calificaciones?
Las madres y padres tenemos un papel fundamental a la hora de reforzar la autoestima de nuestros hijos. Si llegan con malas calificaciones y no queremos que esto acabe afectando a la imagen que tienen de sí mismos, podemos poner en práctica algunas recomendaciones:
1. No castigar las malas notas
“El castigo es solo una mala herramienta. Las propias consecuencias de haber sacado malas notas ya son suficientes para que el niño reflexione y aprenda”, subraya el psicólogo Alberto Soler, que nos insta a buscar qué hay detrás del suspenso de nuestros hijos y trabajar para revertir la situación. “En ningún caso tiene que tratarse esta situación como un drama, ni mostrarles que nos han desilusionado. Más bien tenemos que demostrarles que confiamos en ellos, que les vemos capaces y que con esfuerzo lo pueden conseguir, no tenemos que caer en etiquetas de “vago”, etc., porque no llevan a nada positivo”, añade. Hacerles sentir que son capaces es vital para reforzar su autoestima que, obviamente, estará dañada por no haber alcanzo las metas que se había propuesto.
2.Plantearnos apuntarles a clases de refuerzo
Las clases de refuerzo no solo ayudarán a nuestro hijo a aprobar una asignatura que le cuesta más, sino que le dará un chute de autoestima muy poderoso, que, a la vez, le ayudará mucho en sus estudios. Félix Felix Ohswald, fundador de GoStudent, asegura que “cuando un niño empieza a entender una materia gracias al refuerzo de sus clases extraescolares, su autoestima crece como la espuma porque se siente capaz de aprobar la asignatura y pierde el miedo a intervenir en clase y no saber resolver las dudas del profesor”. Lo cierto es que el 90% de los niños españoles encuentran valor en las clases de apoyo, según datos del informe elaborado por GoStudent. En esta valoración por parte de los niños, que puede ser positiva o negativa, tenemos un papel muy importante los padres. Si nosotros vemos el refuerzo como un castigo al “fracaso” en los estudios, ellos lo vivirán así y el resultado será negativo. Por lo tanto, y como recomiendan desde numerosas escuelas de clases extraescolares, entre ellas la escuela online GoStudent, “tenemos que ver las clases particulares como lo que son, un refuerzo, un apoyo al estudio, pero nunca como un castigo por sacar “malas” notas”.
3.Hacerles ver lo valiosos que son
Nuestro hijo no vale lo que valen sus notas. Nuestros hijos son personas muy valiosas independientemente de sus resultados académicos. Y esto es algo que tenemos que transmitirles para que no cimienten su autoestima en base a sus calificaciones escolares.
4. No privarles de sus actividades de ocio
Es algo bastante común, nuestro hijo llega a casa con malas notas y lo primero que hacemos es borrarle de fútbol, tenis, ballet o cualquiera que sea la actividad que practique por las tardes. De esta forma, podrá dedicar ese tiempo a estudiar. Seamos sinceros, ¿de verdad creemos que borrándole de su actividad de ocio va a mejorar en los estudios? Pretender que dedique TODA la tarde a estudiar cuando viene de estar 8 horas en clases no parece muy realista. La mente necesita descanso.
Además, ¿qué ocurre si les borramos de tenis? “Si no dejamos que nuestros hijos tengan escenarios donde su esfuerzo y su trabajo sí tienen una recompensa de mejora, les estamos enseñando que el esfuerzo no tiene sentido porque nunca obtienen resultados. Además, el chute de autoestima que les genera mejorar en su actividad de ocio, compensará lo mal que lo pasan en clase, donde este esfuerzo, en ocasiones, no tiene una recompensa acorde al trabajo realizado”, alega José Ramón Gamo, neuropsicólogo y experto en dificultades de aprendizaje.
5. Ofrecerles retos adecuados a su edad
Es muy importante ofrecer pequeños retos a nuestros hijos, adaptados a su edad, que puedan ir superando y, por lo tanto, sintiéndose capaces. Pues como dice Begoña Ibarrola, tenemos que “ayudarles a sentirse capaces de ir construyendo su propio mundo, porque ahí está la base de la autoaceptación: sentirnos dueños de nuestras decisiones y de sus consecuencias”.
También hace hincapié en que es importante que “seleccionemos de forma adecuada sus experiencias, para que supongan un estímulo atractivo que le impulse al esfuerzo, pero que sean metas cercanas, en las que podamos anticipar una experiencia de éxito”.