Mi hijo no para de decir palabrotas, ¿qué puedo hacer?

Muchos niños pequeños dicen palabrotas al imitar a los adultos o como una forma de expresar su necesidad no cubierta

Muchos niños y niñas pequeños pasan por una etapa en la que dicen palabrotas. Esto ocurre porque los niños comienzan a comunicarse mejor, tienen un vocabulario más rico y repiten las palabras que escuchan a su alrededor. Como padres y madres puede que nuestra primera reacción sea escandalizarnos, pero tenemos que entender que hay varias causas por las ya desde pequeños hacen uso de estas palabras malsonantes y que podemos reconducir estas conductas en nuestros hijos.

Motivos por los que nuestro hijo dice palabrotas

El entorno y sus referentes son los principales motivos por los que empieza a usar este lenguaje.

Imitación

Los niños y niñas imitan a quienes tienen alrededor. Si sus progenitores dicen palabrotas a diario, nuestros hijos incorporarán este lenguaje en su uso cotidiano. Los padres y madres somos sus referentes más directos, nos ven y nos escuchan. Todo lo que digamos será legítimo para ellos. Pero aquí también influye el entorno de los amigos de nuestro hijo. Si sus amigos usan este lenguaje a diario, nuestro hijo irá incorporándolo también a su día a día.

Encajar en un grupo

Muchos niños y niñas, aunque sobre todo adolescentes, empiezan a usar este lenguaje para encajar en un grupo de iguales.

Quieren llamar nuestra atención

Los niños saben que las palabrotas son palabras prohibidas, y las usan para llamar la atención de sus padres y madres. Sin embargo, esta llamada de atención no es más que una forma de decirnos que no tienen una necesidad cubierta. Las reacciones, las conductas no adecuadas y el lenguaje malsonante que usan es su forma de expresar las emociones que les están frustrando o les están dificultando. María Soto, experta en disciplina positiva, recuerda que siempre detrás de una conducta desproporcionada o errónea, en este caso, el uso de palabrotas, hay una necesidad no cubierta. “Los malos comportamientos son malas decisiones que nos hablan de una necesidad. Y ante su necesidad mal expresada, muchas veces solo tenemos en cuenta cómo lo expresan, no lo que sienten de verdad”, cuenta.

¿Cómo NO debemos reaccionar cuando dicen palabrotas?

La reacción que tengamos cuando digan palabrotas va a influir en la repetición de esta conducta.

  • No recurrir a castigos, ni a gritos ni a amenazas. Aunque nuestro hijo haya dicho algo que no nos guste, si recurrimos a estas reacciones, nuestro hijo tendrá miedo de estar con nosotros, con sus figuras de referencia.
  • No recurrir al chantaje emocional: “me disgustas si hablas así” o “hablando así no haces feliz a tu madre” son frases con las que estamos estableciendo un chantaje emocional en nuestro hijo. Le estamos transmitiendo que si dice palabrotas no le vamos a querer, y no nos va a hacer felices.

¿Qué debemos hacer si dice palabrotas?

  1. Esperar a que la situación se calme y deje de decirlas. Una vez calmado, podemos hablar con nuestros hijos o hijas. “Actuar en estas situaciones desde la calma y el respeto no es sinónimo de ser permisivos o no poner límites, que no te dé miedo hablar con firmeza y asertividad: estarás creando límites sanos, dando seguridad, conteniendo a un niño desbocado y reforzando los valores familiares”, cuenta Amaya de Miguel, creadora de Relájate y Educa.
  2. En calma, debemos reconducir esa conducta. Debemos explicarles que lo que acaban de decir está mal, que no puede expresarlas porque son ofensivas e irrespetuosas para quien las escucha. Siempre debemos explicarlo con frases cortos y claras. Habrá que tener paciencia y repetírselo las veces que haga falta. “Cuando insultan y dicen palabrotas en pleno enfado, no hay que alarmarse, todo forma parte de la rabia interior o de la emoción que sientan en ese momento, que necesitan expulsar hacia fuera. Poco a poco irán encontrando nuevas maneras de expresarse, pero solo lo podrán hacer si se sienten seguros y comprendidos, sean cuales sean sus palabras”, cuenta Tania García en su libro ‘Educar sin perder los nervios’.
  3. Ofrecerle alternativas a las palabrotas. Si usa las palabrotas para manifestar su enfado o su ira, podemos darles algunas estrategias, como la respiración de 10 segundos cuando note que tiene mucha rabia y que quiere expresarla con una palabrota; darle espacio para que exprese la rabia con su cuerpo a través de una patada; o ofrecerle otras palabras que puedan sustituir a las palabrotas.
  4. Reflexionar sobre la causa por la que dice palabrotas. ¿Es el entorno, somos nosotros o nuestro hijo tiene una necesidad no cubierta y por esa razón las usa?
  5. Dar ejemplo. Si ven que en casa no usamos un lenguaje con palabrotas, nuestros hijos tendrán menos probabilidad de decirlas.
  6. Poner unos límites muy claros. Para ello, podemos firmar todos los miembros de la familia un pacto por escrito para que no se digan palabrotas.
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Alicia Mendoza

En el camino a convertirme en periodista y comunicadora audiovisual descubrí que hay varios valores que quiero que acompañen siempre a mis palabras: el compromiso, la verdad y la igualdad. Valores que también aplico a mi día a día para contribuir a una sociedad cada vez más justa. La educación, los feminismos, los cuidados y los vínculos emocionales conforman los pilares sobre los que me formo cada día.

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