En el escenario en el que Simba nos dice Hakuna Matata (el Teatro Lope de Vega de Madrid), celebramos el sábado nuestra séptima gran fiesta de la educación, en la que 1.200 personas rieron, jugaron, se emocionaron y lloraron con expertos como Mar Romera, Álvaro Bilbao, Gregorio Luri o Pablo D’Ors, que hablaron de meditación, emociones, la importancia de crecer para ayudarles a crecer, la creatividad, los valores sociales que ayudan a la educación, la música y la magia.
Una jornada en la que Lucía Galán fue la copresentadora junto con Leo Farache, Diana de Mamá Tiene un Plan presentó el evento en Facebook Live y de nuevo nuestro hashtag, en esta ocasión #megustaeducar, consiguió ser trending topic. Todos los ponentes nos contaron historias poderosas para educar y presentamos un gran regalo para estas Navidades, la Maleta de la Educación. Aquí tenéis un resumen del evento.
El poder de las historias y el placer de educar
Lucía Galán y Leo Farache presentaron la séptima edición de nuestros encuentros. El primero en salir al escenario fue Javier Palop, director de la Fundación SM, que inspira estos encuentros y que nos presentó el Estudio Jóvenes españoles entre dos siglos, que revela la importancia que tiene la familia para los jóvenes. Además nos habló de la iniciativa solidaria Vapor ti Vapor todos (por cada libro de Barco de Vapor que compremos, la Fundación SM donará uno a Save the Children y Fundación Balía) y nos invitó a que, en Navidad, “compartamos la historia de nuestros hijos, regalémonos nosotros”.
Pablo D’Ors: “El silencio limpia la mirada, genera luz”
Llegó el turno de Pablo D’Ors, sacerdote y autor del bestseller Biografía del silencio. Aprendió meditación, nos contó, con un sabio. Apuntó las palabras que este le decía en una libreta, pero cuando regresó a su casa se dio cuenta de que la fuerza del maestro “radicaba en su presencia, en su luz, no en sus palabras”. Por eso nos dijo que “lo importante del silencio es la luz que genera” y consideró que el silencio “es un generador de expectativa” y educando en el silencio “educaremos en la espera”.
Pero “no puede haber una educación en el silencio que no tenga en cuenta una educación en la palabra”. Y nos contó otra sugerente historia: un sabio hizo un voto de silencio. Pero sus vecinos acudían a él a buscar la palabra que podía ayudarles. Saltándose ese voto de silencio, el sabio dijo fuego. Y el bosque en el que estaban empezó a arder. “El silencio había dado fuerza a la palabra. Palabra y silencio son dos caras de la misma moneda”. Por eso, dice D’Ors, “educar en el silencio es educar en el poder del relato, de la imaginación, de las palabras poéticas que alimentan el alma”.
Y, hablando de la meditación, nos animó: “vivamos la educación a la interioridad creando rituales de conciencia, para descubrir nuestro mundo interior. Y esto tiene que ver con la educación en la creatividad”. Lucía Galán opinó, en el turno de preguntas, que “en este mundo tan hiperconectado y de ruido en el que buscamos respuestas, en el silencio a veces las encontramos”. Pablo D’Ors se mostró muy de acuerdo concluyendo que “la meditación limpia tu mirada, te hace ver la belleza” y evitando echar balones fuera culpando “al mundo” de lo mal que está: “En vez de preguntarnos si el mundo está muy mal, preguntémonos si estamos mal nosotros, tenemos una responsabilidad”.
Mar Romera: “Pensemos junto con los nanos, que necesitan ser amados, llorados”
La experta en educación emocional se confesó nerviosa, “y no por estar ante mil personas, sino por compartir escenario con Simba, que se encuentra dormido tras el escenario”. Nos dijo que, como educadora, “me he equivocado muchas veces, porque esto es muy complicado”. Y tras esta confesión nos presentó a Carlitos “al que amo tanto que lo he metido en una lata para protegerlo”. A Carlitos, nos cuenta Mar, “lo visten, lo desayunan, lo llevan a un cole hiperchulo, va al aula matinal, siempre en fila, siempre controlado…”.
Nos cuenta Mar que Carlitos no ha terminado su tarea y entonces su recreo se reduce y no da tiempo a que se tome el enorme bocata que le han preparado en casa. Tras el cole, Carlitos tiene un sinfín de actividades: “inglés, robótica, gamificación, visual thinking. A las siete de la tarde, lo que queda de Carlitos llega a casa y su madre le dice que se ponga con los deberes”. Considera Mar que “nadie defiende a los niños, ningún convenio habla de tantas horas de trabajo”. A las nueve de la noche llega el padre a casa: “Como en Gestionando hijos le han dicho que tiene que jugar con su hijo, se pone a ello”, nos dice Mar entre risas. “Me da que nadie ha preguntado a Carlitos, que solo te necesita a ti, que necesita césped y no paredes, que necesita ser llorado, amado. Se nos ha ido la cabeza, familias”, dice Mar.
Mar Romera, cuya maestra, confiesa, dijo que ella no serviría para nada, rechaza el objetivo de que queramos que nuestros hijos sean felices si eso supone la vida de Carlitos, y apuesta por “volver a la esencia, a agacharse para ver a los niños, porque educar es un acto de amor, enseñar a volar mientras tú vuelas”. “Amar significa cuidar la singularidad y el desarrollo integral de cada uno”, y para eso nos propone cuatro pilares:
El primero es la conciencia del cuerpo, la presencia. El segundo es cuidar la cabeza, que se traduce en comprensión y capacidad de escucha. El tercero es la trascendencia, educar a nuestros hijos pensando en las repercusiones futuras. Y el cuarto pilar son las emociones. “No hay emociones buenas ni malas, ni siquiera emociones desagradables y agradables”, porque sui mi hija está triste al perder un ser querido, esa emoción no es desagradable. Y si no la siente será una psicópata. “Necesitamos buscar la emoción oportuna, con la intensidad oportuna, en el momento oportuno”. Mar nos habló de aspectos positivos de emociones que solemos reprimir, como que la tristeza permite al cerebro resetear, el miedo garantiza que sigamos vivos y nos permite estar alerta, la ira nos da energía para superar obstáculos, la culpa permite ver en cada error una oportunidad o el asco nos enseña a elegir.
Y también nos habló de las emociones por las que apuesta para educar: la curiosidad (“el objetivo de la escuela es aprender a preguntar”), la admiración (“que hace que nuestros hijos nos aprendan a nosotros” y es la emoción en la que se ancla el amor), la seguridad (“para cometer errores y percibir ese amor incondicional”) y la alegría (“para disfrutar del momento”). Es lo que esta experta llama CASA.
Mar Romera recuerda que amar no admite imperativo y educar tampoco: “es confianza, es calma y creer en nuestros hijos y quererlos por lo que son, no por lo que hacen”.
Nos anima Mar a hacer a nuestros hijos partícipes de su vida, a defender sus derechos y ponernos en su lugar. “Pensemos junto con los nanos”, dice Mar, que concluye contando una leyenda: “Un viejo labriego soñaba con tener una casa preciosa y trabajó para conseguirla. Cuando la consiguió, la disfrutó poco porque le parecía más fea y tenía sueños mayores. Uno de sus sueños era conseguir el tesoro de un gran templo.
Pero fue apresado cuando intentaba entrar al templo y el rey le preguntó por qué había entrado en el templo. Cuando el labriego le contó su sueño, el rey le contó que él tenía el suyo propio: el tesoro se encontraba en la casa del labriego. Cuando este regresó a su casa encontró este tesoro. Por eso Mar concluye: “Yo soñé con estar en el escenario de Simba y contar a padres y madres que el tesoro que están buscando aquí está en sus casas”. La ponencia acabó con una ovación: todo el teatro en pie aplaudiendo a Mar Romera, que nos contó que sus padres y abuelos (que la criaron) apenas sabían leer pero “aprendí de ellos una escala de valores y una dignidad infinitas”. Mar nos contó además que “mi modelo educativo es África, como tribu todos juntos llegaremos más lejos”.
Lucía Galán recordó al acabar la intervención que “todas las emociones merecen ser escuchadas y reconocidas” y debemos recordar que “nuestros hijos no han venido a cumplir nuestros sueños”.
Marina Escalona: “Un hijo es un reactivo que nos regala la vida para actualizarnos”
Tras conocer la iniciativa de la Formación Dual de la mano de Lidl, sube al escenario Marina Escalona, trimadre y fundadora de Aprendemos Todos, que nos habló del enorme momento de incertidumbre y cambio constante que estamos viviendo. “Esto es agotador y nos resta fuerza para el momento”, subrayó. Esta incertidumbre hace que queramos proteger a nuestros hijos “en una lata”, como nos mostró Mar Romera con Carlitos. “Pero esa lata impide que le lleguen los regalos”. Esa lata con la que protegemos a nuestros hijos “la hemos hecho con materiales del pasado. Hoy tenemos que aprender a fluir, a surfear la ola”.
Para Marina, “un hijo es un reactivo que nos regala la vida para actualizarnos. Nuestros hijos quieren vivir la vida entera, sin los recortes de nuestros miedos. Nos piden que seamos grandes”, y nos lo piden con desafíos, “dándonos donde más nos duele”. Parece que nuestros hijos quieren preguntarnos: “¿Eres suficientemente valiente para aprender la lección que he venido a enseñarte y para abrirte a la vida?”.
Marina nos quiso contar la historia de una amiga, que fue a buscar a su hija adolescente a unas fiestas. Cuando la chica entró en el coche le dijo a su madre: “Me lo he pasado que te cagas, me he morreado con tres”. Su amiga pudo parar el impulso de sermonear a su hija y decidió hablar con su hija de esta experiencia desde la curiosidad. “Fue un encuentro de conexión, solo desde ahí es posible la educación”, porque, cree Marina, “se ha acabado el momento de dirigir, ahora toca inspirar”.
Por eso, Marina concluye que “no nos queda más remedio que crecer para ayudar a crecer. Educar es autoeducarse. Amar es sostener la vida confiando en que va a llegar nuestra mejor versión o el brillo máximo”.
Álvaro Bilbao: “Si queremos que nuestros hijos sean personas creativas el día de mañana, deben sentirse apoyados en sus ideas creativas hoy”.
El neuropsicólogo subió al escenario afirmando que “siempre me lo paso bien en estos eventos” y nos trajo una ponencia muy divertida sobre creatividad, que es una habilidad fundamental en el desarrollo de todos los seres humanos. “La creatividad nos puede llevar a cualquier parte”, señala Einstein. “Las personas más inteligentes son capaces de resolver los problemas de una manera creativa. Y para los padres es fundamental desarrollar la creatividad porque los niños nos plantean muchos desafíos, nos estrenamos como padres todos los días”, afirma Álvaro.
Álvaro Bilbao nos puso a jugar para poner a prueba nuestra creatividad: enumerar todas las cosas que se pueden hacer con un ladrillo. Y recuerda estudios que demuestran que la creatividad se pierde con la edad (el 98% de los niños de Infantil y solo el 14% de los estudiantes de Instituto son considerados creativos). “Conservar la creatividad depende mucho de lo que hagamos en casa”, nos dice Álvaro, que nos confiesa que algunas de las ideas de los niños son demasiado locas y nos cuenta que al pedir a su hijo que eligiera qué cinturón debía ponerse Álvaro para el evento (uno azul o uno marrón), su hijo le dijo que los dos y eso no era posible.
La creatividad, que no se aloja en ninguna región concreta del cerebro, “comienza siempre con una observación”. “La inspiración tarda mucho en llegar pero no llega si no dejamos a nuestros hijos observar y no tienen tiempo para hacerlo”, señala Álvaro, que recuerda, entre risas, que Newton no descubrió la fuerza de la gravedad estando en extraescolares, sino tumbado bajo un manzano. Otro de los componentes de la creatividad, afirma Álvaro “es la persistencia, así que Incentivad que vuestros hijos se esfuercen, porque sin persistencia la creatividad se queda en imaginación”. Un tercer componente es la libertad: “Nuestro cerebro tiene gran potencial creativo y se pone en marcha cuando aflojamos el control”.
Álvaro nos habló de un experimento con ratas y de la mayor riqueza de las neuronas de aquellas ratas a las que se les había puesto retos y se les había permitido explorar. Y por último, trató otro de los factores que puede aumentar o disminuir la creatividad en casa, y no es solo si se disfrazan, pintan o hacen actividades, sino nuestra actitud. Con un juego en equipo, Álvaro nos demostró lo irritantes que son nuestros “no, porque” o nuestros “sí, pero”, ante las ideas alocadas de nuestros hijos, y lo satisfactorio que resulta para la creatividad escuchar un “sí, y además”. Y para acabar, subió al escenario el hijo de Álvaro, que le había pedido que se pusiera los dos cinturones. Álvaro confirma que los lleva porque así “su hijo se siente orgulloso y eso es lo más importante”. Y concluye: “Si queremos que nuestros hijos sean personas creativas el día de mañana, deben sentirse apoyados en sus ideas creativas hoy. Menos “no, porque…” o “sí, pero…” y más “sí, y además”.
Gregorio Luri: “Si reflexionamos sobre la lógica del error, estaremos cultivando la perseverancia”
El pedagogo y filósofo dice que “lo que educa son los comportamientos espontáneos porque impregnan valores”. Nos contó Luri que en un estudio en California se analizó el diferente éxito educativo de grupos étnicos diferentes. “Rechazando un factor genético o racista que explicara esto, ¿podría ser que los diversos grupos valoraban de diferente manera la escuela?”. Y es que había comunidades en las que no se creía que sus hijos pudieran alcanzar el éxito escolar o que este sirviera para nada. Por eso nos habla Gregorio Luri de su referente, Jaime Escalante, que convenció a sus alumnos chicanos para presentarse a un concurso nacional de cálculo con una frase que ha hecho historia y que escribió en la pizarra: “Everything is posible with ganas”. Los orientales, por su parte, sí entienden que el talento se puede mejorar y que un resultado malo puede superarse con esfuerzo, así que estos valores de esta tribu ayudaban a su éxito escolar.
Se muestra preocupado Luri porque en las pruebas de PISA los resultados de los alumnos españoles son del nivel de los mejores al inicio de la prueba y empeoran según la prueba avanza. Por eso Luri cree que “la perseverancia es el factor decisivo para el éxito escolar”. Luri considera que es importante hacer “errorología”, estudiar los errores para entender la lógica que está detrás. Y recurre a ejemplos conocidos como “escribe con cifras los siguientes números” o la respuesta a “Vueltas y vueltas da, lava ropa sin parar. ¿Qué es?”. El público se parte de risa, pero Luri nos recuerda que “nos falta ciencia del error. Si reflexionamos sobre el error, sobre la lógica que hay detrás, estaremos cultivando la perseverancia”, porque para Luri “la atención es el nuevo coeficiente intelectual, nos permite convertir lo que vemos en conocimiento”.
Salva López: “Con competitividad, conseguimos gente que deja de ser ella misma. No olvidemos que somos únicos”.
El rockero y conferenciante nos confesó entre risas que fue un niño raro, porque sabía escuchar y no sabía relacionarse con otros chicos. Y que también ha sido un adulto raro, de los que no entendían a los niños. Para él, la paternidad a veces suena como una canción de rock duro, como “Highway to hell”, y otras como una balada, “More than words”. Confiesa que no se ha leído nada de paternidad pero que la música le ha enseñado que todo el mundo es programable, recurriendo a conocidas canciones de anuncios que todo el público canta a coro.
“Los músicos nos programamos todo el rato, tenemos que aprender a aprender y programarnos poco a poco”, aunque, resalta, esto es especialmente difícil para los chicos, que quieren sentarse a la batería y bordar un redoble a la primera. Salva nos advirtió contra la idea de educar en la competitividad: así “conseguimos gente que deja de ser ella misma. No olvidemos que somos únicos”. Nos recuerda el dicho “Sé tú mismo porque los demás puestos ya están pillados”. Y para concluir, Salva puso al público a darlo todo con We will rock you, de Queen.
Iván Santacruz: “Todos podemos ser un papá o una mamá magos”
El mago nos dice que sus hijos le aportan mucho para sus espectáculos de magia. “Desde el momento en el que nos convertimos en padres te entra vértigo, no sabes qué hacer. Es como si tuvieras una carta en blanco”, dice Iván haciendo un truco con estas cartas. “Con la maleta de la educación queremos ayudaros con esas cartas en blanco”, dice mostrando un truco de magia. “Todos podemos ser un papá o una mamá magos”, concluye.