“Entorno de aprendizaje en red formado por un equipo de docentes, que se proponen diariamente retos adaptados a la educación del S.XXI”. Así se autodefine MIAC, Maestros Innovadores, Alumnos Competentes. Su fundador, Roberto Busquiel, estuvo con nosotros en la presentación del Pacto por la educación en equipo en el Congreso de los Diputados. Hablamos con Jorge Largo, coordinador, sobre los retos de la innovación educativa, sobre la importancia de escuchar al alumno y sobre los Premios de Marketing Educativo de los que MIAC es finalista en la categoría portal educativo más influyente.
¿Qué es MIAC y cuál es su objetivo?
MIAC es un entorno de aprendizaje en red y es un espacio web. El objetivo es buscar un espacio donde podamos conectar todos los profesores y no profesores con las mismas inquietudes que las personas que lo creamos. Todos los creadores de MIAC somos maestros y en el momento en el que se decidió hablar del cambio metodológico, la apuesta por la innovación educativa y hablar de cosas que funcionan vimos que podría haber un montón de maestros en nuestra misma situación.
Y cuando encontrábamos las respuestas a algunas de las preguntas, ¿por qué no compartirlo? Empezamos con un blog sencillito que fuimos mejorando, continuamos con una página en Facebook que fue cogiendo muchísimos adeptos. Compartimos nuestros contenidos sin ningún tipo de problema y escuchamos a cualquier persona que quiera aportar algo.
¿Qué significa para el proyecto ser finalista de los Premios de Marketing Educativo, que acaba de abrir para votaciones del público?
Es una sorpresa. No solemos presentarnos a ningún premio ni candidatura, no nos lo planteamos porque no tenemos tiempo y porque somos el espacio donde se comparte. Pero el reconocimiento del trabajo colectivo nos deja sorprendimos, contentos y muy ilusionados.
Cuando habláis de maestros innovadores, ¿a qué innovación queréis referiros?
Cuando hablamos de innovación o de metodologías activas no estamos inventando nada, estamos buscando respuestas al mundo cambiante. Podíamos hablar de innovación también en el año noventa, cuando veníamos de teorías que eran muy cognoscitivas y no constructivistas, la gran innovación apareció ahí. Pero hoy en día con todo el proceso de digitalización, de las nuevas herramientas, ha cambiado un poco el paradigma y la forma de pensar de los maestros y también de los alumnos. La innovación ahora gira en torno a eso.
El cambio metodológico no es nada nuevo, es darle una vuelta de tuerca a lo que se está haciendo para que el alumno se convierta en protagonista y que hagamos lo inconsciente más consciente.
Vuestro proyecto se llama Maestros Innovadores, Alumnos Competentes. ¿Qué competencias resaltáis que tendrían que tener los alumnos?
Hablamos de competencias y capacidades que les permitan desenvolverse con soltura, satisfacción y autoconfianza en el mundo en el que están. Hoy en día, el alumno llega al aula con mucha más información de la que se tenía antes. Además, el acceso inmediato que tiene a la información hace que cambie la fotografía de todo esto. Partiendo de la base de que un alumno desde su casa puede acceder a la información que le facilita un profesor que quiere hacer una clase magistral, podríamos incluso decir que podría evitar ir al colegio.
Pero claro, perdería toda la interacción que se produce en el centro educativo entre el profesor y el alumno, el alumno y sus compañeros. Creo que estamos viviendo un momento mágico, que la mayoría de la gente está siendo muy generosa con el cambio, pero los ritmos en ocasiones están generando tensiones y bloqueos. Vivimos una situación única y muy especial del cambio permanente en todos los niveles y eso da vértigo.
¿Cuáles dirías que son las claves para conectar mejor con los chavales?
Para hacer clic hay que generar un clima que favorezca hacer clic. Escuchar al alumno es importantísimo.
El alumno viene al mundo con tres deseos, que no se ven explícitamente en las aulas pero están ahí. El primero es que el alumno tiene la necesidad de sentirse querido y aceptado entre su grupo de iguales. Los profesores tienen que procurar ir siempre en esa dirección, garantizar que todo el mundo se sienta querido y aceptado entre su grupo de iguales. El segundo deseo es sentir que mejora y que progresa, que poco a poco va creciendo. Y el tercer deseo es que se lo reconozcan. Un niño quiere que le reconozcan lo que hace bien.
No debemos obviar que debemos aplaudir todo lo que va consiguiendo.
¿Cuáles serían las claves para conectar mejor con las familias y fomentar una mejor relación familia-escuela?
Las familias tienen dificultades para gestionar los espacios que comparten con sus hijos. Tengo amigos que no saben cuáles son las claves de qué permito, cuánto tiempo, qué no permito, etc. Toda la familia que tenga dudas para orientar en casa tiene que tener espacios en donde contrastar opiniones. MIAC es también un periódico en el que se anuncian un montón de cosas y hay cosas interesantes que todo el mundo puede leer.
