Cuando nuestros hijos e hijas son pequeños y están comenzando a hablar, es muy normal que tiendan a repetir palabras o a decirlas mal. Como madres y padres no sabemos cuándo los problemas en el habla necesitan de la ayuda de un profesional. En este artículo daremos algunas claves sobre cómo saber si mi hijo es tartamudo o no.
¿Mi hijo es tartamudo?
En primer lugar, la Fundación Española de la Tartamudez lo define como “trastorno del ritmo del habla caracterizado por frecuentes repeticiones o prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras que se inicia en la infancia”.
Es fundamental destacar que no tengan una fluidez total al hablar, repitan palabras o que cometan errores cuando están nerviosos entre los 2 años y medio y los cuatro años, es normal. La Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología también destaca que estas dificultades tienen una clara tendencia a desaparecer en el año o año y medio siguiente a su aparición, sin necesidad de intervención. Pero los profesionales de la Logopedia insisten en consultar y estar pendiente de cómo avanza nuestro hijo para evitar posibles riesgos. Sin duda, su recomendación es no esperar a que desaparezca, puede que sea demasiado tarde.
Por su parte, la pediatra, Lucía Galán, recomienda acudir a un logopeda cuando las señales persisten pasados los 5 años.
¿Cuáles son las señales de alarma en un niño tartamudo?
Tal y como destaca esta asociación, debemos estar muy atentos a las señales de nuestros hijos. Puede que desaparezcan, pero no está de más acudir a un profesional que nos lo asegure e indique. En cualquier caso, algunas señales de alarma pueden ser:
- Repeticiones de consonantes, especialmente las explosivas, como la «p» la «t» o «k», cuando se encuentran en el inicio de la palabra más que en medio.
- Más de dos repeticiones de palabras cortas, por ejemplo, “pero…, pero…, pero…”.
- Prolongar un sonido durante varios segundos.
- Bloqueos o interrupción del flujo del aire, lo que se conoce como “atasco”.
- Silencios tensos entre palabras: “¿Por qué… (silencio con la boca abierta) no vamos al parque?”
- Velocidad rápida del habla, cambio de volumen o de tono.
- Movimientos asociados a los bloqueos, en la cara o el resto del cuerpo, como mover el cuello o las manos.
- Se siente mal y se frustra por no poder hablar bien.
- No aparece siempre, sino que surge ante determinadas situaciones o personas.
¿Qué debo tener en cuenta para comunicarme con mi hijo tartamudo?
El trabajo de la familia y el centro es fundamental para crear un ambiente armónico que permita al niño comunicarse sin problemas. La figura y la comunicación con el logopeda será beneficioso para permitirle un buen desarrollo de la comunicación, socializar con sus iguales y tener un buen desarrollo emocional. Algunas recomendaciones del Colegio Oficial de Logopedas son:
- Evitar mirar para otro lado para que no se sienta mal. Se debe mantener una actitud lo más natural posible, evitando ponernos nerviosos y esperando pacientemente a que el niño continúe.
- No acabarle las frases, ni sentirnos intranquilos o tensos. Nuestro hijo agradecerá tener a un adulto paciente, que no le mete prisa y que le dedica su atención, aunque tarde un poco más en decir lo que desea.
- Hablar más pausadamente y lento. De esta forma le transmitimos tranquilidad y un modelo de comunicación al que imitar.
- Evitar las correcciones. Él ya es tremendamente consciente de sus dificultades para hablar, lo expresa a través de su cuerpo. Por ello, cuando hablemos con él evitemos llamarle la atención o decirle que hable de otra forma.
- Obviemos hacerle demasiadas preguntas. Es más importante centrarnos más en el contenido, que en la forma. Lo esencial es mantener un diálogo donde se sienta escuchado.
- Evitar decirle que pare o que vuelva a empezar. Esto le hará crear mayor inseguridad a la hora de iniciarse a hablar, por lo que decirle que se tranquilice y vuelva a intentarlo, no será de gran ayuda.
La mejor arma con la que contamos cuando se trata de problemas en el habla, es acudir a un profesional, que evalúe a nuestro hijo y que intervenga lo antes posible para evitar problemas futuros.