Un entrenador de primer nivel de baloncesto, falto de empatía, lleno de prejuicios y cuya vida se derrumba, y un grupo de chicos con discapacidad intelectual protagonizan un exitazo de la cartelera que nos deja muchos mensajes educativos. Os recomendamos que disfrutéis de esta película con vuestros hijos mayores de siete años. Porque, detrás de las palabrotas, hay un mensaje hermoso que cala en niños y mayores: todos tenemos capacidades diferentes y todos podemos aprender de todos.
Campeones habla de la discapacidad intelectual con ternura y humor
La discapacidad intelectual no suele ser una realidad muy presente en el cine, y menos aún en el cine para toda la familia. Campeones aborda este tema sin olvidar los prejuicios que solemos tener (y que manifiesta el entrenador, interpretado por Javier Gutiérrez) y que se ven desmontados con humor y ternura por este grupo heterogéneo de personas y por el anciano que coordina la asociación, Juan Margallo. Acercarnos a una realidad poco conocida y ante la que solemos poner un muro lleno de prejuicios y estereotipos ya es de por sí una buena razón para ver la película con tus hijos. ¡Pero prepárate para sus preguntas y para pasar un buen rato de risas, porque la película es muy divertida!
Campeones subraya que todos tenemos capacidades diferentes
Más allá de la etiqueta de la “discapacidad intelectual”, Campeones nos presenta a los chicos, sus historias particulares, sus pasiones y fobias… Y así, además de superar prejuicios e ir más allá de la etiqueta, reconocemos que cada persona tiene capacidades diferentes y también dificultades diferentes. ¿O acaso la falta total de empatía del entrenador al inicio de la película no es una discapacidad? Como dice el director Javier Fesser, “lo chulo de Campeones es ver cómo lo que están etiquetados con una discapacidad son supercapacitados en otras”.
Campeones nos muestra que todos podemos aprender de todos
Viendo la película, terminamos por entender que no solo el entrenador les enseña a ser equipo, a vivir nuevas aventuras y a progresar en el deporte, sino que además el equipo enseña al entrenador a ser humano, a tener empatía, a mostrar sus emociones… Y es que el aprendizaje es un proceso que va en dos direcciones y en el que las dos partes siempre ganan. Es un regalo entender que aprendemos de todos, que aprendemos siempre. Por eso, las personas con alguna discapacidad pueden darnos verdaderas lecciones de vida a las personas supuestamente sanas. Y además, los niños nos pueden enseñar cosas nuevas todos los días a los adultos.
Campeones nos hace entender que la empatía nos salva
Cuando empieza la película, el entrenador se nos aparece como un analfabeto emocional, cuya vida está hecha un verdadero desastre, muy centrado en sus problemas, en sus pequeños dramas e incapaz de ponerse en el lugar de los demás o conectar de verdad con alguien. Esa falta total de empatía y de inteligencia emocional hace que lleve una vida bastante pobre y que, desde luego, no esté muy satisfecho consigo mismo. Sin embargo, los personajes que sí conectan con los demás, que se ponen en su lugar, llevan una vida con más sentido y más satisfacción. Y en la película vemos claramente el cambio que opera en el entrenador cuando la empatía entra en la cancha. Por eso, como ya nos dijo Ana Díaz, “la vida no va de competir, va de empatía”.
Campeones nos enseña que el logro no es lo más importante, lo importante es disfrutar del camino
“Vais a competir en un campeonato y competir significa ganar”, dice el entrenador en un momento dado. De nuevo aquí sus jugadores le van a dar una verdadera lección, porque la obsesión por ganar que tiene como entrenador profesional no puede desplazar las ganas de disfrutar del camino, de entusiasmarse por cada paso conseguido, de aprender de cada tropiezo. Toda una verdadera lección para nuestros hijos y para nosotros mismos.
Aquí tienes el tráiler:
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