La música es un arte que nos permite viajar y despertar emociones. Se ha demostrado que aumenta la creatividad, la memoria, el bienestar emocional y activa nuestro cuerpo cuando nos lanzamos a bailar. Si nos paramos a reflexionar, recordamos con muchísima facilidad canciones que han marcado nuestra vida, no se olvidan. De ahí que durante toda nuestra educación se haya utilizado, y se siga utilizando, la música como vehículo del aprendizaje.
Beneficios de utilizar la música en la educación de nuestros hijos
El principal beneficio deriva de su uso para estimular el lenguaje. Son muchos los estudios que han demostrado que la formación musical puede mejorar las habilidades del lenguaje, ya que en ambos aprendizajes funcionan mecanismos parecidos, lo que permite a los bebés mejorar el habla. Algunos expertos señalan que las clases musicales en estos años resultan muy beneficiosas para la adquisición del lenguaje y las pone por delante de ofrecer a los niños lecciones extra de lectura.
El músico Salva López destaca en uno de nuestros eventos, que la música ayuda a cultivar la atención a los detalles. Nos contó que, en los últimos tiempos, “vamos con la atención dispersa, tenemos 30 pantallas en las manos y todo lo que pasa en el móvil es súper alucinante”, entonces, ¿Cómo podemos entrenar la atención con la música?
“Si no nos fijamos, hay muchos matices que no percibimos”. Utilizando la música, podemos conducir la atención de nuestros hijos hacia aquello que está más allá de lo evidente. Los detalles, los instrumentos, las capas que tienen las canciones… “Es maravilloso darse cuenta de que puedes escuchar una canción cien veces y cada vez fijarte en detalles distintos”, apuntó Salva, “y esto lo podemos plantear como un juego”.
Al igual que los cuentos son un medio para hablar de cualquier tema, la música también. El amor, las pérdidas, las relaciones, los amigos, los cambios, las caídas… Son temas trascendentales que los músicos suelen tratar en sus canciones y son justo temas que, a veces, nos cuesta encontrar las palabras que utilizar cuando hablamos al respecto con nuestros hijos.
Cómo utilizar la música en los primeros años de crianza
Las canciones populares y rimas son imprescindibles para el fomento del habla. Cuando se produce la repetición se estimula la alfabetización y aumenta el nivel de concentración de nuestros hijos. Además, la música también estimula la expresión corporal, ya que adquieren ritmo y aprenden a conocer su cuerpo a través del canto y del baile.
Algunas actividades que podemos realizar con nuestros hijos según su edad son:
Antes de nacer
Existen numerosos estudios que señalan que los bebés escuchan e identifican sonidos cuando están dentro del útero, de ahí la importancia de hablarles y de ponerles música. El mercado actual permite que nos actualicemos continuamente, ya que hay a nuestra disposición cinturones musicales para ponerlos en nuestra barriga, aunque si deseamos poner música de ambiente, el bebé también lo escucha.
La mejor propuesta es poner música que nos guste a nosotras, ya que de esta forma nos relajaremos y disfrutaremos de ese momento, permitiendo a nuestro pequeño experimentar esa misma sensación agradable. Por su parta, la propuesta de los expertos son melodías tranquilas y relajantes.
Durante los primeros meses
Durante los tres primeros meses es aconsejable ponerles temas instrumentales y melódicos, con melodías cortas y pausadas, que le recuerden nuestros latidos del corazón. Existen discos pensados para estos momentos o incluso, listas de reproducción en canales como YouTube y Spotify que utilizan compases cortos o sonidos calmantes. Uno de los más famosos es Baby Einstein.
En los primeros meses también es muy recomendable cantarles, ya sean canciones de cuna o inventadas, pero que ayuden a introducir la rutina del sueño, la comida, el juego… De ahí que elegir las melodías y el tono sea fundamental para cada momento, ya que, por ejemplo, si queremos anticipar la hora de la siesta debemos utilizar canciones que inviten al relax.
Cuando van creciendo
Según van pasando los meses de nuestro pequeño es interesante introducir la música en los juegos o, incluso, apuntarse a un grupo de musicoterapia. La música es una buena forma de fortalecer los lazos con el bebé, tal y como menciona Salva López. El experto destaca que la música puede usarse para encontrar puntos en común entre madres-padres e hijos, sobre todo cuando se van haciendo mayores. Nuestros gustos musicales y los de nuestros hijos puede que se asemejen tanto como nuestras edades; un buen trecho nos separa. Pero eso no quiere decir que no podamos llegar a descubrir grupos o canciones que nos gusten a todos y mediante los cuales podamos abrir nuevos temas de conversación o disfrutar de un concierto improvisado madre-hijo en el coche de camino al colegio.
La música es una conductora ideal para introducir responsabilidades en casa como, por ejemplo, para enseñar a recoger los juguetes o la ropa de la habitación. Además, poco a poco, conviene introducir el movimiento, primero mediante un suave y rítmico balanceo y poco a poco, como una actividad más. El objetivo es liberar tensiones y ayudar a los pequeños a tomar consciencia y control sobre su propio cuerpo.