Nuestro hijo se impacienta en la cola del supermercado; se enfada y tiene una pataleta si no puede jugar los juguetes; o incluso se frustra si no puede hablar cuando el quiera. Estas son situaciones que se dan con los niños que no han aprendido a esperar su turno. Niños que no tienen paciencia y que quieren tener lo que desean en el momento.
Esperar el turno es una enseñanza que les va servir para toda su vida, para respetar a los demás y también para que ellos no se frustren. Pero, ¿cómo les podemos enseñar a esperar su turno? ¿Cómo podemos hacer que no pierda la paciencia tan fácilmente? Atentos a estas claves
Realizar con ellos actividades lentas
Tanto nosotros como nuestros hijos están expuestos a una gran sobreestimulación. Tenemos mil opciones de donde escoger para no estar aburridos. Las pantallas, las redes sociales, el like, follow, el siguiente vídeo… Todos son estímulos que nos hacen consumir las cosas con rapidez. Debemos hacer un ejercicio por volver a hacer actividades lentas que requieren nuestra atención al completo, solo así podremos enseñarles a nuestros hijos a no ser impacientes. Así lo explicaba la educadora Catherine L’Ecuyer en una ponencia nuestra: “Hemos de volver a actividades lentas que requieren mucha paciencia, como la conversación, la lectura, la cocina, la pesca. Cosas tan sencillas como atarse los zapatos. Los niños en el colegio trabajan la motricidad fina, pero no tienen ni tiempo par atarse los zapatos”.
Enseñarles a postergar la gratificación
¡Mamá, quiero jugar ya con los juguetes! ¡Papá, papá, vamos ya al parque! Estos son algunos ejemplos que nos dicen nuestros hijos cuando están impacientes por hacer algo. Para que aprendan que no todo se puede tener cuando ellos quieran, y que hay que aprender a esperar, podemos decirles, mediante una comunicación en positivo, que van a tener que esperar un rato, pero que cuando acabe ese rato, podemos ir al parque o jugar con los juguetes. “Cariño, entiendo que tengas muchas ganas de jugar con los juguetes. Ahora mismo está tu hermana jugando con ellos. Tienes que esperar a que acabe ella para que puedas jugar tú. ¿Te parece que mientras tanto pintes un poco?”. “Cariño, entiendo que quieras ir al parque ya a jugar con tus amigos. Pero ahora papá está ocupado. Me quedan 30 minutos para acabar (y les señalamos con nuestras manos cuánto tiempo te queda). Cuando acabe, vamos al parque”.
Aprender a esperar el turno de palabra en las conversaciones
Desde casa y desde la escuela nuestros hijos deben ir aprendiendo que no pueden hablar por encima de los demás, que no está bien interrumpir. Tienen que entender que primero tienen que dejar a alguien que termine de hablar para hacerlo ellos.
Dar ejemplo
Nuestros hijos se fijan en lo que hacemos, nos imitan porque somos sus referentes. Si nuestra reacción cuando tenemos que esperar a hacer algo, por ejemplo, cuando esperamos en la cola del supermercado, es mirar el móvil o distraernos, aprenderán que ellos también se tienen que distraer hasta que les llegue su turno. Es complicado cambiar estos hábitos cuando los tenemos tan interiorizados, por eso podemos practicar con nuestro hijo para que podamos aprender juntos.