La relación que tienen nuestros hijos e hijas con la tecnología preocupa mucho a los padres y madres. Los datos reflejan esta preocupación: según la ONG Protégeles, un 21% de los jóvenes están en riesgo de estar enganchados al móvil. Los datos de Qustodio también muestran la realidad de los niños y adolescentes con la tecnología: los menores usan un 36% más las pantallas que antes de la pandemia. De hecho, el tiempo que pasan en redes sociales ha aumentado un 76% con respecto a 2019.
La adicción a la tecnología puede empezar desde que son pequeños, por eso es muy importante que como padres y madres trabajemos en la prevención y eduquemos a nuestros hijos en un buen uso de las tecnologías.
La dopamina que proporciona las redes
“Cada vez que el cerebro de los niños, de los jóvenes o de los adultos recibe un like, se producen unos cambios interesantes en el cerebro. Son debidos a la hormona de la dopamina, que se empieza a activar cuando uno empieza a visualizar un objeto de placer. Entre ellas el mundo de la tecnología y la pantalla”, nos contaba la psiquiatra Marian Rojas Estapé sobre cómo funciona en nuestro cerebro el uso de las tecnologías.
Cuando caen los niveles de esta dopamina, explica Rojas Estapé, hace que nos vuelva las ganas de consumir eso que nos ha producido placer, eso que nos ha producido la dopamina. Por esta necesidad de volver a sentir ese placer podemos llegar a tener adicciones a la tecnología y también a otro tipo de cosas y sustancias. “El ser humano y especialmente los jóvenes acceden a esas pantallas y acceden a los dispositivos cuando se sienten tristes o aburridos. De cierta manera le están enseñando a su cerebro, que cada vez que hay aburrimiento, cada vez que hay estrés, con un poquito de pantalla, se sienten aliviados. Pero esta dopamina genera sensación de bienestar superficial”, destaca la psiquiatra.
¿Qué podemos hacer los padres para prevenir?
Si tu hijo es pequeño, somos nosotros quienes debemos poner los límites y los horarios en los que se usan las pantallas. Estos son algunos consejos para que puedan crecer de forma sana con la tecnología.
- Usa control parental para supervisar, no para controlar.
- Pon los aparatos electrónicos en zonas comunes
- Pon unos límites y unos horarios fijos
- Haz un acuerdo común por escrito sobre el uso de la tecnología que toda la familia cumpla: a partir de x hora no se pueden usar los ordenadores, los móviles…
Asimismo, desde pequeños debemos evitar exponerlos a las pantallas hasta los 2 años de edad, tal y como recomienda la OMS. Es preferible también evitar dar a nuestro hijo un dispositivo electrónico cuando está haciendo una conducta incorrecta para calmar la emoción que está sintiendo, porque entenderá que no tiene otra forma de calmar sus emociones si no es acudiendo a la tecnología.
¿Y si nuestro hijo ya está enganchado a la tecnología?
Si nuestro hijo ya es mayor, debemos intentar que ellos aprendan a hacer un uso responsable de la tecnología. Una vez entrados en la adolescencia, es muy posible que no quieran comunicarse con nosotros. Pero debemos intentarlo y enseñarles que hay otras formas más allá de la tecnología para calmar el aburrimiento y la ansiedad. Así lo cuenta la educadora Catherine L’Ecuyer: “Hemos de volver a actividades lentas que requieren mucha paciencia, como la conversación, la lectura, la cocina, la pesca”. Por eso, como propone la educadora, podemos hacer con nuestros hijos ciertas actividades que no requieran un dispositivo electrónico y que no les haga pensar en volver a ello.
En este sentido, si les quitamos las pantallas, debemos ofrecerles posibilidades para que empleen su tiempo de ocio. Así, es interesante que les enseñemos la importancia de relacionarse con sus iguales en persona, realizar actividades deportivas en grupo, lo atractivo de la lectura… Además, el tiempo que se pasa en familia planeando actividades, visitando familiares o amigos y acudiendo a lugares nuevos, les enseñará lo positivo del contacto personal y el uso alternativo del ocio saludable. Dedicadles una parte importante de nuestro tiempo es básico.
También es muy importante el ejemplo que damos a nuestros hijos e hijas. Se fijan en lo que hacemos, nos imitan porque somos sus referentes. Si nuestra reacción cuando tenemos que esperar a hacer algo, por ejemplo, cuando esperamos en la cola del supermercado, es mirar el móvil o distraernos, aprenderán que ellos también se tienen que distraer con la tecnología cuando no tienen nada más que hacer.