“Los niños nacen con un espíritu curioso, necesario para su supervivencia. Es como si nacieran filósofos, pero solo algunos tienen la suerte de seguir siéndolo con el paso de los años, y en esto tenemos mucha responsabilidad los adultos”, nos dice el docente y filósofo José Carlos Ruiz, con quién hablamos a través de un directo en Instagram con motivo de la publicación del cuento infantil ‘Cocola y las gafas asombrosas’.
Un cuento con el que pretende mostrarnos los habilidades que tenemos que fomentar en los niños para que desarrollen adecuadamente su pensamiento crítico y sean capaces de pensar por sí mismos y no dejarse llevar por los demás.
ENLACE DEL DIRECTO CON JOSÉ CARLOS RUIZ (https://www.instagram.com/tv/CdJLegeqqsP/?utm_source=ig_web_copy_link)
¿Cómo podemos activar el pensamiento crítico de nuestros hijos?
“Los niños se asombran por casi todo lo que ven. Este asombro debería despertar su curiosidad por querer saber y comprender mejor aquello que lo causa. Y el paso final de este proceso es la aparición del cuestionamiento“, nos dice Ruiz, quién insiste en que estas habilidades son las que debemos fomentar en nuestros hijos si queremos reforzar y estimular el pensamiento crítico: el asombro, la curiosidad y el cuestionamiento”.
En el cuento, Ruiz utiliza como metáfora las gafas asombrosas. Unas gafas que el abuelo de la protagonista del cuento, Cocola, le da a su nieta para que vea la realidad desde otra perspectiva.
“A veces, somos los adultos quiénes no permitimos que nuestros hijos se asombren y sean curiosos. Vamos con prisa y no soportamos que se paren en cada flor de camino a casa, que nos hagan mil preguntas cuando llega la etapa de los porqués (¿Por qué los pájaros vuelan? ¿Por qué las nubes son blancas?). Las gafas asombrosas son una metáfora de cómo deberían mirar nuestros hijos el mundo, desde el asombro, y esas gafas debemos facilitárselas los adultos”, decía Ruiz.
Consejos para ayudarles a activar su pensamiento crítico
Aunque las palabras “pensamiento crítico” suenen muy grandilocuentes, cuanto antes empecemos a fomentarlo en nuestros hijos, mejor. “Se trata de un hábito, cuanto antes lo instauremos, más probabilidades de éxito habrá”, nos dice Ruiz, quién nos da unos consejos para activar el interruptor del pensamiento crítico de nuestros hijos e impedir que se atrofie.
Prestar atención
En el cuento, el abuelo de Cocola realiza un acompañamiento activo con su nieta y ella percibe que se está ganando la atención de un adulto, algo muy estimulante para una niña o un niño. Por tanto, cuando nuestros sientan asombro, curiosidad… debemos prestarles atención, que vean que valoramos lo que están haciendo.
Comunicación
No debe haber temas tabú con nuestros hijos. En casa se debería poder hablar de todo. Aquellos temas que sean delicados, deben tratarse de una forma más cuidada y siempre adaptada a su edad, pero es vital que no detecten que nos sentimos incómodos hablando de según qué temas. Un buen momento para hablar son los paseos diarios de vuelta del colegio a casa. Si vamos en coche, tener la radio apagada ayuda.
Conocer el entorno
Debemos enseñarles a prestar atención a las circunstancias y los contextos de los que les rodean. Pensar con espíritu crítico implica saber adecuar el pensamiento a la situación de cada uno, y también a las circunstancias. Por poner un ejemplo, las condiciones de la vida de un amiguito suyo pueden ayudarles a entender mejor a su amigo, pero para eso tienen que interesarse por esas circunstancias.
No restar importancia a sus inquietudes
A veces, los adultos cometemos el error de menospreciar los intereses de nuestros hijos. Nuestra actitud debería ser similar a la del abuelo de Cocola, que la anima en su búsqueda de información, manteniendo viva su curiosidad.
“Si logramos afianzar el asombro, la curiosidad y el cuestionamiento durante la infancia, habremos dado un paso firme en la construcción de una identidad sólida, y estaremos más cerca del objetivo: que alcancen la mayoría de edad, no solo biológica, sino intelectual”, concluye Ruiz.