20 alumnos adolescentes se prestan voluntarios para un experimento social que les va a hacer reflexionar sobre la enorme importancia de las palabras, el gran poder que tienen para alegrarles o fastidiarles el día a quien las recibe. Un experimento social que podéis compartir con vuestros hijos e hijas a partir de siete años, para que experimenten la importancia de la amabilidad.
Y es que, como dice Cristina Gutiérrez Lestón en un vídeo muy inspirador de nuestra plataforma, da que pensar que vivamos en un mundo en el que “lo positivo esté mal visto”, en el que dé más vergüenza hacer un cumplido o dar un abrazo a un compañero de trabajo que formular una crítica o incluso insultar. Como nos pregunta Cristina: “¿Y con los niños, hacemos lo mismo? ¿Es más fácil reñirlos y enumerar todo aquello que han de mejorar en vez de decirles te quiero?”.
En casa podemos hacer mucho por destruir esa creencia de que lo positivo esté bien visto, podemos hacer mucho por educar en la amabilidad y en la empatía. Podemos, como en el vídeo, hablar de las cualidades de los otros miembros de la familia, contar lo que nos gusta de ellos, formular las críticas de manera constructiva y con confianza. Y del mismo modo, en la escuela, podemos hacer lo que Begoña Ibarrola nos cuenta en Mi colección de piropos, en Cuentos para sentir: todos los niños escriben qué les gusta del mismo compañero.
Seguro que te gusta ver este vídeo con tus hijos para combatir esa idea de que decir cosas bonitas esté mal visto. Es una emocionante herramienta para educar en la amabilidad.
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