A priori puedes pensar que vaya título para un artículo sobre educación y crianza, pero me gustaría que fueras un poco más allá de lo que dice.
Nuestras creencias y nuestra forma de actuar y de pensar está mucho más influenciada de lo que pensamos. No sólo nuestros padres influyen en la creación de nuestra lógica privada, también forma parte de ella cualquier familiar o mismamente el profesorado o cualquier persona que tenga contacto estrecho con nosotros en nuestra niñez. Y, por supuesto, también lo que vemos en la tele o, sobre todo en estas últimas generaciones, lo que consumimos Internet.
Tengo casi 40 años y mi generación ha crecido con las películas de Disney, con la idea de la princesa rescatada por un apuesto príncipe que vivían felices y comían perdices. Este, seguramente, es otro tema a tratar.
Pero en muchas de esas películas la protagonista mujer había quedado huérfana, y su padre se había casado con otra mujer que, además, era la maldad personificada. Y le hacía sentir muy mal, y en el caso de la Cenicienta encima traía consigo a sus hijas, las hermanastras, que copiaban el modelo de maldad de su madre.
Y ¿por qué cuento todo esto? Porque nos han vendido el ideal de familia feliz y unida, que por supuesto las hay pero que si, por un casual, esta familia se rompía por la pérdida de alguno de los progenitores o por un divorcio, esto es ya un poco más moderno, volver a formar una familia iba a ser difícil y doloroso para las criaturas ya que la madrastra o padrastro, no hay tantas figuras de padrastro en las películas algo también curioso, trataría mal a nuestros hijos.
Parece de lógica que nos influya el qué dirán, las opiniones externas de personas que ni conocemos o de nuestra familia o amigos. Pero nos paramos poco a pensar en los prejuicios que ya tenemos dentro de nuestra cabeza cuando somos nosotros quienes formamos parte de esta familia enlazada.
Por suerte, cada vez está más normalizado que haya diferentes tipos de familias y la familia enlazada es una de las más habituales. No es fácil ni bucólico, pero es posible ser felices si nos quitamos estas creencias de encima y ponemos cabeza y corazón en la creación de esta nueva familia.
Cuando conoces a una persona, te interesa como pareja, piensas en un futuro con ella y de repente te cuenta que tiene hijos de una relación anterior, sientes un chasco. Por supuesto, es más complicado que empezar una relación desde cero sin hijos de por medio, pero será todo lo difícil o lo fácil que vosotros lo hagáis.
Hay relaciones con las ex parejas buenísimas y otras que no lo son tanto, la claridad entre tu pareja y tú será la clave. Explicar qué te ha podido sentar mal sobre X comportamiento con su ex pareja, empatizar, y tratar de llegar a acuerdos es fundamental.
Yo no soy madrastra, el padrastro es mi marido y trato de ponerme en su situación, de ver que necesidades no tiene cubiertas o qué puede molestarle de un comportamiento concreto que yo tenga con mi primer hijo o incluso con mi ex pareja.
Te animo a hacer un ejercicio de reflexión en si estas influencias que podrías no haber contemplado hasta ahora están teniendo mucho que ver en cómo gestionas tu familia enlazada.