A tu yo adolescente… Cuando estés a punto de perderte
María Soto, de Educa Bonito, escribe una carta a un adolescente que con mucha seguridad querríamos haber recibido cuando en plena “edad del pavo” sufrimos esas crisis existenciales y que también querrán recibir nuestros hijos e hijas en medio del torbellino de hormonas, rebeldía, sentimiento de incomprensión y búsqueda de nuevos grupos a los que pertenecer que supone esta especial etapa. Como la Disciplina Positiva explica que el motor de nuestros comportamientos es el deseo de pertenecer, en la carta María subraya al adolescente que es importante e imprescindible para la familia y que “tú eres todos nosotros y por eso, cuando nada tenga sentido, siéntenos cerca, muy dentro, para que no te pierdas”. Precioso, ¿verdad?
Tú ERES porque nada sería lo mismo sin ti.
Eres tú porque eres yo y cada uno de los que no sabríamos vivir sin tenerte.
Todos estamos aquí para formar parte de un todo que nos trasciende, y en el Universo no hay piezas sueltas, nada sobra. Eres la vida en nuestros días.
Tus virtudes darán luz en las sombras y tus malas decisiones serán crecimiento en ti y los que te rodean.
Respira la culpa fuera y recoge todo el aire limpio que puedas.
El único azar consiste en la incógnita del momento perfecto, en el instante en que tomarás la decisión de conectarte y confiar. Nadie sabe cuándo sucede, sólo que no hay vuelta atrás y experimentas algo muy parecido a volar.
El movimiento que nos hace fluir, como los planetas enredados en su órbitas, las ondas sonoras en la música, las almas en un abrazo, la cadencia de tu voz… toda esa fuerza está en ti. Pero eso es para valientes…hay que silenciar el ruido de fondo y mirar de dentro a fuera.
Tú ERES. Eres así, y estás diseñado para crecer, no para cambiar. No lo hagas.
No permitas que el miedo te ponga otro nombre, otra mirada.
Sólo fluye como el río que busca el Mar, y cuando seas Océano te darás cuenta que al fin y al cabo, con más o menos sal, somos y venimos del mismo agua.
Tú eres todos nosotros y por eso, cuando nada tenga sentido, siéntenos cerca, muy dentro, para que no te pierdas.
Imagen: Martin Kníze. Unsplash