“Mira qué pelazo tiene y el mío parece que me lo ha lamido una vaca”, “Qué cachas está y yo parezco un debilucho”, “Qué cuerpazo tiene y yo tengo unas caderas muy anchas”… Los protagonistas de este vídeo no parecen estar a gusto con su imagen y, en general, consigo mismos. Con este vídeo podremos conversar con nuestros hijos mayores sobre la importancia de conocer y resaltar nuestros aspectos positivos y de querernos como somos y además sobre cómo vacunarnos contra la envidia.
Educar hijos con buena autoestima y sin envidia
En este vídeo, todos los protagonistas no parecen tener una autoestima sana y además sienten mucha envidia hacia la persona que tienen al lado. Tal como nos contó el psicólogo José María Gasalla, parece importante transmitir a nuestros hijos este mensaje: ” inclúyete en las cinco personas que más quieres en tu vida y si no estás amplía la escala a 10. Recordemos el prefecto divino: Amar al prójimo como a ti mismo”.
La envidia, por otro lado, es un sentimiento que podemos exacerbar sin querer primero con el ejemplo (envidiando a los demás y comparándonos con ellos), comparando a nuestros hijos con otros o fomentando la competitividad.
Por tanto, ¿cómo podemos fomentar una buena autoestima y vacunar contra la envidia al mismo tiempo? Begoña Ibarrola, psicóloga y autora de cuentos infantiles, nos ofrece muchas claves en nuestra plataforma. Algunas de ellas son estas:
- Recordar a nuestros hijos que son únicos y especiales, que todos lo somos, y por tanto tenemos rasgos físicos, habilidades y talentos diferentes.
- Enseñar a nuestros hijos a admirar a los demás, sin envidiarlos, porque, de nuevo, todos tenemos habilidades y talentos diferentes de los que aprender, así que viéndose como únicos no querrán ser como otro.
- Dar a conocer y transmitir los talentos, habilidades, fortalezas y rasgos que hacen únicos a nuestros hijos y que hacen que tenga algo valioso que aportar al mundo que nadie más pueda aportar. Y también conocer y transmitir las dificultades, para que tengan un autoconcepto realista, se animen a superarse en lo que se pueda y acepten sus limitaciones.
- Dejar bien claro que no somos perfectos y todos tenemos limitaciones.
- Como nos decía Begoña Ibarrola en una ponencia, “la cultura del tener genera resentimiento, envidias, mucha problemática de tipo emocional, porque siempre alguien va a sentirse excluido, porque no tiene y quiere tener. Tendríamos que educar en la cultura del ser: sé feliz tú como eres, acéptate, quiérete, no te compares con los demás.
- No correr a rescatarle de la frustración que le produce tener algo que tiene el de al lado comprándole eso.
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