Alba Alonso Feijóo: “Hay centros escolares que todavía no son espacios seguros para la infancia y adolescencia no binaria”

La creadora de Realkiddys ha publicado 'Y tú... ¿quién eres?', un cuento sobre las infancias no binarias

La identidad de género es un tema que genera un debate muy candente y más cuando se trata en la infancia. El binarismo es la identidad que prima en nuestra sociedad: o te sientes mujer o te sientes hombre. Sin embargo, hay muchas personas, también peques, que no sienten que encajan en esas dos categorías. No entienden por qué se tienen que sentirse mujer o hombre, cuando puede haber mucho más allá de dos opciones que les encajonan.

Para las familias puede ser complicado entender -principalmente por la falta de información que hay sobre el tema- que nuestro hijo o hija sienta que no encaja dentro de estas dos categorías, sino que sienta que es una persona no binaria, es decir, una persona que no se siente ni mujer ni hombre, ni niña ni niño.

Con el objetivo de visibilizar las infancias no binarias, dar luz ante un tema que genera tanto odio y normalizar la vida de los peques no binarios, Alba Alonso Feijóo, creadora de RealKiddys, un proyecto que promueve la igualdad y los derechos en la infancia, ha publicado el cuento ‘Y tú… ¿quién eres?’

En ‘Y tú… ¿quién eres?’ Andreas es un peque que no siente que encaja en las etiquetas de niño o niña. Pero Andreas es mucho más que una persona no binaria. Es, al igual que el resto de niños y niñas, una persona que está creciendo, que se está descubriendo, una persona cuyas principales preocupaciones y cuyos principales gustos son los mismos que los de sus demás compañeros, una persona que se siente libre al no tener que encajar en dos categorías cerradas sobre ser hombre o mujer…

Hemos hablado con Alba sobre su cuento, sobre la importancia de visibilizar la infancia no binaria y sobre los retos que quedan para que estos peques se sientan libres con su identidad sin pasar por un proceso tan doloroso en algunos casos.

 

  • Siempre hay mucha unanimidad a la hora de permitir a los menores elegir su camino, ninguna familia lo duda. Sin embargo, cuando se habla de identidad de género en la infancia, la sociedad y las propias familias ya no dejan tanto poder de decisión al hijo. Parece que está por delante lo que piensan las familias que el sufrimiento o el proceso por el que está pasando el peque…

El problema es que damos por hecho la vida de las personas, y en este caso de nuestra infancia. Damos por hecho lo que les tiene que gustar si son niñas o niños, damos por hecho que por su corporalidad (básicamente sus genitales) van a ser niñas o niños, damos por hecho que van a ser heterosexuales… Damos por hecho un montón de cosas que pueden o no acabar cumpliéndose. Realmente no les estamos dejando elegir su camino tanto como pensamos, sino que les condicionamos bastante (muchas veces de manera inconsciente o por falta de conocimiento).  

Y hay cosas que no se pueden cambiar: si tú eres niñe, por mucho que te digan que seas niño no podrás serlo (hablamos de identidad), si te gustan más los chicos que las chicas tampoco podrás cambiarlo porque no lo has escogido (hablamos de orientación sexual), si eres chico o niño pero tu feminidad rebosa por cómo caminas o hablas es difícil llevar una máscara de masculinidad todo el día (hablamos de expresión de género).  

Lo único que puedes intentar hacer, y no todo el mundo lo consigue, es ocultar tus preferencias o incluso tu identidad para no “molestar” a tu entorno, dejando con ello tu auténtica personalidad y vida oculta o anulada.  Qué triste suena eso… ¿verdad? Pues así vive más gente de la que pensamos, y parte de la infancia también. 

No tienes que amar a tu hija, hijo o hije “a pesar de” que sea trans, gay, queer o no-binarie. Porque ninguna de estas cosas es algo negativo. Tienes que amarles y respetarles por quiénes son y cómo son, y valorar su valentía en ser elles mismes en una sociedad tan llena de cajas y prejuicios como esta.  Acompañarles en su camino debería ser nuestro lema, pues de eso va la maternidad y la paternidad, de acompañar con amor tratando de juzgar mucho menos de lo que hacemos. 

 

  • Si una familia reprime esta identidad, ¿qué consecuencias puede sufrir alguien que está descubriéndose y aceptando su identidad más allá de ser mujer y ser hombre?

Si un día tu niña o niño te dice que no se siente niña ni niño, o en el caso del adolescente (que ya tiene más información) te suelta que es no-binarie, lo que tienes que hacer es validar su identidad, agradecer que te lo haya contado (muchas veces como progenitores somos las últimas personas en enterarnos) y a continuación generar un ambiente de seguridad y confianza en el cual tu hije pueda ver en ti ese referente de apoyo y cercanía. 

Si por el contrario te ríes de su confesión, se lo niegas o incluso le reprimendas por ello, las consecuencias pueden ser bastante graves. Para empezar olvídate de que te vuelva a contar algo porque sabe que no vas a estar ahí para elle. En segundo lugar, tal vez delante de ti o su entorno logre ser quien tú quieres, pero eso no quiere decir que deje de ser no-binarie (porque la identidad no es una elección). Y en tercer lugar ¿de verdad quieres que tu peque o adolescente sea alguien que no es? ¿Que viva una vida de mentira? ¿Que no pueda ser su propio yo? 

Todo esta negación puede además acarrear problemas de salud mental: ansiedad, depresión o en el peor de los casos, suicidio. No es que ser nobinarie (o gay o queer o lo que sea) genere estas situaciones, sino que todo esto es muchas veces consecuencia de cómo la sociedad les hace sentir por ello. 

 

  • ¿Falta información sobre lo que es la identidad de género en las familias? ¿De ahí también este rechazo y a veces odio a que su hijo sienta que es una persona trans, una persona no binaria…? 

Afortunadamente cada vez hay más información, pero esta no siempre llega de la manera correcta y en muchos casos lo hace rodeada de un halo de odio hacia la diversidad generado por fuentes muy conservadoras, radicales y de mente nada abierta. Entonces, en vez de información lo que tenemos es desinformación.  

Es muy común encontrarte con alguien que confunde la identidad de género con la orientación sexual o incluso con la expresión de género cuando son tres cosas totalmente diferentes. Por eso lo que necesitamos es más formación, pero que  esta sea generada desde el respeto y el conocimiento. 

Nuestra función como madres o padres es escuchar a nuestros peques, validar lo que nos cuentan y acompañarles en su camino de vida. Nuestros peques no son un reflejo nuestro, son personas independientes y autónomas que lo que necesitan de sus progenitores es amor, comprensión y seguridad. 

  • ¿Cómo podemos ayudar desde las escuelas y desde las familias a las personas que están en este proceso y que sufren al no sentirse respaldados ni apoyados por estar fuera de lo que es lo normativo?

Comenzando a entender la diversidad como parte de la realidad, parte de la vida. Las personas somos únicas, diversas, hermosas, diferentes. No apaguemos esa diversidad únicamente para que pueda encajar en unos cánones de identidad, de heteronormatividad, de belleza, de cierta corporalidad, etc. que siempre hemos considerado como “normales”.  

Porque después de todo ¿qué es ser normal? ¿De verdad alguien cree que es normal? Nadie es normal, todas las personas somos diferentes y en eso reside la verdadera belleza de la humanidad. El problema es que aún no nos hemos dado cuenta. 

Respecto a las escuelas,el profesorado necesita estar formado en diversidad afectivo-sexual. En Galicia son muchos los coles que han recurrido a Realkiddys para impartir talleres sobre ello. Y esto no es para empujar a nadie hacia ninguna dirección concreta; esa no es nuestra función. Sino para saber acompañar, respetar, aprender y evitar muchos conflictos y bullying que en una sociedad diversa y respetuosa no deberían tener lugar. 

En cuanto a las familias, la misma historia: conocimiento del mundo de la diversidad para no meter la pata e infundir valores como el respeto en nuestros peques. E incluso si por nuestra religión, creencias o pensamientos no apoyamos determinados aspectos de la diversidad enseñemos a nuestras criaturas a respetar a los demás sean como sean.  

  • Tu libro es un cuento infantil, pero ¿crees que deberían leerlo los adultos para aceptar y comprender mejor la identidad de género y, más en específico, las infancias no binarias?

Como adulta que soy leo mucha literatura infantil, aunque cierto es que al ser maestra y madre ¡siempre estoy rodeada de peques! Este es un libro para leer acompañando, para responder a las preguntas que nos hagan, para contarles que es fantástico y maravilloso ser personas auténticas. 

Por supuesto mi cuento Y tú…¿quién eres? no es un libro para peques no-binaries únicamente. Me consta que a elles les encanta verse por fin protas de un cuento, pero nuestras niñas y niños también tienen que ver a niñes en sus cuentos para introducirlos de manera natural en sus realidades. 

De todos modos, ya son varias las conferencias en las que, aún estando dirigidas al mundo adulto, acabo leyendo este cuento. Así que…¡claro! Este cuento es para todo el mundo ;). 

  •  Como profesora, ¿cómo pueden ser las aulas un espacio en el que aprender sobre identidad de género?

En la escuela no solo transmitimos conocimientos. Esa frase de “para educar ya estoy yo” que sueltan algunos padres no es verdad. Educa toda la tribu, y la escuela tiene además dicha función. 

En la escuela se trabajan las asignaturas sí, pero también los valores: el respeto, la convivencia, los modales… Todo esto además se transmite en la escuela de manera transversal: se puede hacer en matemáticas, inglés, lengua, artística… Da igual el canal porque los valores tienen cabida cada minuto del día. 

Eso no quiere decir que se “adoctrine” a nadie como alguna gente pueda pensar. La realidad es la que es por mucho que alguna gente la niegue, y tenemos que enseñar al alumnado a respetar a las demás personas tal como son. 

  •  ¿Llegarán las aulas a convertirse en un espacio seguro para personas fuera de la normatividad?

El aula como un espacio seguro: algo que por una parte debería ser totalmente lógico y estar plenamente adquirido, parece a veces encontrarse a años luz.  

¿Cómo no va a ser el cole un espacio seguro para la infancia o adolescencia? Pues lamentablemente todavía hay centros que no lo son, a veces por falta de conocimiento o interés por aprender, y otras por no querer aprender o más bien desaprender. 

Desde luego puedo afirmar que mi centro, el Ceip Mestre Martínez Alonso de Mos sí trabaja para ser un espacio seguro. Aquí queremos que tú seas simplemente tú. Además el profesorado está formado en diversidad y tenemos un maravilloso equipo de convivencia desde el cual parte del profesorado y del alumnado se ofrece de manera voluntaria para que cualquier peque o adolescente puede hallar comprensión y apoyo. 

Para ello este curso creamos un buzón que se llama el “Buzón Convivencia Help” donde todo el mundo es bienvenido a compartir sus problemas, pedir ayuda, avisarnos de algo que no hemos percibido como profesorado…  Este buzón es una iniciativa para combatir la violencia de género, violencia infantil, el bullying, la ansiedad, el suicidio… En nuestro cole el alumnado sabe que estamos para acompañar, sea cual sea su identidad, su raza, su expresión de género, sus vivencias, su orientación sexual, su diversidad funcional, su etnia… Porque estamos para todes. 

Y aún así seguiremos trabajando, porque sabemos que cometeremos fallos y habrá cosas a las que no lleguemos. Pero que nuestro cole sea un espacio seguro es uno de nuestros principales objetivos, y debería de ser el de todos los centros escolares. 

 

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Alicia Mendoza

En el camino a convertirme en periodista y comunicadora audiovisual descubrí que hay varios valores que quiero que acompañen siempre a mis palabras: el compromiso, la verdad y la igualdad. Valores que también aplico a mi día a día para contribuir a una sociedad cada vez más justa. La educación, los feminismos, los cuidados y los vínculos emocionales conforman los pilares sobre los que me formo cada día.

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