El Gobierno y Unidos Podemos han acordado un calendario para equiparar los permisos de maternidad y paternidad, de manera que sean iguales, intransferibles y remunerados al 100%. La noticia ha abierto el debate en la calle y, por supuesto, en las redes sociales sobre el reparto entre hombres y mujeres de los cuidados infantiles en el hogar, sobre la forma en la que a la mujer le afecta laboralmente que su baja sea, hasta la fecha, superior en tiempo que la que puede disponer el padre, y sobre la necesidad de ampliar la baja maternal más allá de las 16 semanas.
Desde Gestionando hijos hemos querido tratar el tema preguntando su opinión a nuestros expertos. Creemos que escuchar diferentes puntos de vista nos permite crearnos el nuestro propio. Allá vamos:
Antonio Ortuño, psicólogo infanto-juvenel: “Un bebé, al nacer, necesita más a su madre que a su padre. La madre es imprescindible, ya que atiende a todas las necesidades del bebé. Por eso, los permisos para el cuidado del bebé deben priorizar a la madre, reconociendo y facilitando su decisiva labor. La educación consiste en pasar de ser imprescindibles a prescindibles, y, en este proceso, el padre tendrá su papel clave junto a la madre”.
Silvia Álava Sordo, psicóloga: “Creo que es muy bueno que se abra el debate y tener la posibilidad de que cada familia pueda decidir en función de sus necesidades y de sus circunstancias. Ambas opciones son válidas. Que el padre se quede a la vez que la madre es positivo, dado que la crianza es un tema de los dos progenitores y es aconsejable que el padre también participe. En el caso de que sea la madre quien prorrogue la baja, facilitaría la lactancia materna hasta los seis meses de edad. Lo cual también es muy positivo. La buena noticia es que habrá la posibilidad de elegir”.
Alberto Soler, psicólogo: “es un tema muy complejo para el que yo no tengo la solución, no sé cuál es la mejor fórmula. Sin embargo, mi opinión es que tenemos un entorno social todavía muy inmaduro en cuanto a corresponsabilidad. Las bajas igualitarias e intransferibles implican un cambio que para algunas familias puede ser positivo, pero ni es la solución final, ni puede ser lo único a lo que aspiremos. Mientras acabamos de conocer la noticia que a los padres nos van a igualar el permiso de paternidad con el de maternidad, a las madres, que son quienes paren y quienes amamantan, no se les incrementan sus miserables 16 semanas, que no cubren siquiera los 6 meses de lactancia materna exclusiva recomendados por todos los organismos internacionales, entre ellos la OMS, UNICEF, APA, AEP, etc. Es decir, hay presupuesto para incrementar los permisos de paternidad de los hombres, pero no para incrementar los de las mujeres. Creo que era José María Paricio quien hacía ver el pensamiento y el entorno tan “machista” que se puede esconder detrás de esas prioridades. Teniendo los permisos maternales más cortos de Europa, quizá la prioridad debería haber sido otra: primero dignificar el permiso de maternidad, para después, y sólo después, igualarlos a los paternos. Pasamos al tema de que sean iguales los permisos: este modo de entender la igualdad significa que tanto padres como madres pueden proporcionar los mismos cuidados a un recién nacido, cuando no es así. A los cuatro meses, que es cuando acaba el permiso de maternidad y “se incorporaría” el padre (según la propuesta que se ha hecho hoy mismo), el bebé todavía necesita y es muy dependiente de su madre, sobre todo, en relación con la lactancia. El papel del padre es muy importante, pero es uno muy distinto al de la madre. Otro tema es el de la intransferibilidad del permiso; en la mayoría de países europeos con permisos más extensos (alrededor de los 12 meses, por ejemplo) lo habitual es que sean transferibles; este hecho significa que quienes quieran repartirlo “al 50%” puedan hacerlo, y también posibilitan a aquellas madres que quieren emplear más tiempo en el cuidado de sus hijos la posibilidad de realizarlo, así como que las deseen reincorporarse inmediatamente al trabajo, también. Cada familia posee una realidad distinta, e imponer a todas una misma solución me parece, al menos, arriesgado. En estos momentos, desde mi punto de vista, la prioridad debería ser ampliar los permisos maternales, mínimo hasta los 6 meses, y una vez logrado este objetivo, ir incrementándolos de manera progresiva y continuada también junto con los permisos paternos, con la flexibilidad suficiente como para que cada familia pueda elegir el modelo que mejor encaja con sus necesidades. Debemos llegar a un modelo en el que la madre que quiera trabajar pueda hacerlo, pero también que aquella que quiere cuidar a su hijo ella misma, sin tener que delegar en su pareja, familia o guardería, esté protegida y respaldada para hacerlo”.
Alba Alonso Feijóo, profesora, fundadora de RealKiddys, proyecto por una infancia sin estereotipos de género: “No creo que podamos debatir entre si es mejor aumentar el tiempo a la madre para que de el pecho a su bebé o al padre para que los hombres se puedan ver más implicados en el cuidado de los hijos. Ambas cosas son necesarias. Y en el caso de los hombres si ese permiso de paternidad no se hace obligatorio e intransferible aumentarlo tampoco tendría demasiado sentido. Muchas empresas seguirán mirando mal a los hombres por cogerse ese tiempo (pues aún consideran que ese es terreno de las mujeres) y en muchos casos acabarán por no hacerlo por miedo a tener algún tipo de represalias en el trabajo. La única manera de cambiar mentalidades es haciéndolo obligatorio para los dos. Como madre de dos y maestra sé que el primer año es fundamental para desarrollar un vínculo de apego con nuestra hija o hijo. Y ese vínculo no ha de ser solo con la madre. Creo que deberíamos seguir aumentando el tiempo de permiso en ambos casos. Es bueno para la crianza, es bueno para que la mujer no esté discriminada laboralmente, y es bueno para que el hombre aprenda a disfrutar del cuidado y la paternidad sin verse tampoco penalizado por no cumplir en su trabajo.”
Begoña Ibarrola, psicóloga experta en educación emocional: “debe darse más tiempo de permiso a la madre puesto que el vínculo que se debe formar en ese primer año, que ha comenzado antes de nacer, se fortalece con el tiempo que pasan juntos. Es importante que el padre se vincule y cuide al hijo pero en este periodo la presencia de la madre es mucho más importante. Lo ideal sería permitir 1 año de baja por maternidad aunque ya sé que el tema económico es el que manda, pero si cuidamos esta etapa, revertirá en una sociedad mejor, más sana y equilibrada”.
Jessica Gómez, escritora: “Creo que mientras el permiso sea transferible, se seguirá esperando del hombre que haga precisamente eso: transferirlo. Porque en esta sociedad machista hasta la médula se espera del hombre que trabaje, no que cuide. También creo, y lo creo profundamente (y me parece además un punto importantísimo), que la madre también tiene derecho a ser cuidada. Que la madre tiene derecho a dedicarse por entero a su bebé, que el bebé tiene derecho a ser abrazado por su madre 24/7 y no tener que estar un rato llorando en la hamaquita o la cuna porque mamá está terminando de tender la ropa o justo tiene la sartén al fuego. Creo que lo ideal sería tener ambos el mismo número de semanas intransferibles y, además, varias semanas más de libre disposición. Y que el mismo derecho debe darse a toda la diversidad de familias que existen en nuestra sociedad. Que a poquito que la idea se hubiera madurado más, se habría podido llegar a un mejor avance de la situación, más equitativo, oyendo más voces, satisfaciendo más necesidades y priorizando al bebé. Que les han podido las prisas.
Desde mi punto de vista queda mucho por caminar aún para conseguir la política de conciliación que nuestros bebés realmente necesitan, y que este paso no es, desde luego, el que muchas habríamos querido o el que yo habría elegido, pero es un paso y es a mejor, que ya es algo. Me quedo con que la conciliación está en la lista de prioridades de la agenda política, y que este es el momento de seguir apretando”.
Laura Baena, fundadora del Club de las Malasmadres: “En cuanto a la baja de maternidad y paternidad, en el club, porque esta no es una opinión personal, sino que está basa en las necesidades expresadas por más de 500.000 malasmadres y en nuestros estudios realizados, creemos en dos aspectos clave:
- Debe ser INTRANSFERIBLE, porque como cualquier otro derecho (vacaciones, por ejemplo) debe disfrutarse individualmente y no de forma compartida. No nos gusta hablar de un derecho familiar, sino de persona. Los estudios muestran cómo los permisos transferibles acaban recayendo en hombros de la mujer, lo que implica que los roles tradicionales de género puedan aparecer (siendo la mujer la encargada cuidado y los hombres los encargados de volver a la vida laboral profesional activa).
- Deben ser IGUALES: Pese a que sabemos que la duración ideal de un permiso de maternidad o paternidad debería ser de 6 meses siguiendo las recomendaciones de la OMS, también somos conscientes que hay que establecer prioridades. Y en este sentido creemos que apostar por hacer los permisos iguales es prioritario, puesto que favorece que el hombre se implique en las tareas del cuidado y pueda disfrutar de su derecho igual que la madre. De esta forma conseguiríamos:
- Mejorar el aprendizaje de nuevos roles y reduciríamos la falta de corresponsabilidad en los hogares
- En las empresas se consideraría igual a un hombre esperando a un hijo/a que a una mujer embarazada y evitaríamos la discriminación por sexo.
Obviamente, como hemos comentado, los próximos pasos apostarían por defender la ampliación DE AMBOS a los 6 meses. Otros aspectos que creemos que son importantes destacar son:
- Que no se deban disfrutar a la vez. Es decir, dejarlo de forma optativa para la organización familiar. De esta forma el bebé podría estar cuidado por sus progenitores casi un año.
- Que se paguen al 100%. Esto es importante para que el sueldo no sea un argumento para dejarlo de hacer y que las empresas puedan asumir la falta del empleado o empleada”.