El pasado miércoles, viendo la televisión, nos topamos con este anuncio recién lanzado que resume como pocos la enorme responsabilidad que tenemos para educar a personas que confíen en sí mismas, que tengan una sana autoestima y que sepan crecer y superarse. Se trata del anuncio sobre el efecto Pigmalión de Divina Pastora Seguros. Por favor, no os lo perdáis, no deberíamos olvidar estas palabras nunca.
La expresión “efecto Pigmalión” tiene su origen en la rica mitología griega. Pigmalión era un escultor que se enamoró de Galatea, una de sus obras. Actuó como si se tratara de una mujer real hasta que Afrodita, la diosa del amor, le dio vida.
El efecto Pigmalión es una expresión que se usa en psicología y pedagogía para explicar el impacto que las previsiones o profecías positivas o negativas tiene sobre la persona que las recibe. “Te vas a caer” o “Seguro que lo haces muy bien” son dos expresiones que tienen un gran efecto en nuestra propia confianza de lograr un objetivo (la primera expresión mina nuestra seguridad, la segunda la impulsa) y nos predispone a fracasar en el intento (la primera de las expresiones) o a alcanzar el objetivo (la segunda de las expresiones). También podemos hablar de “profecías autocumplidas”, que son expresiones que incitan a las personas a actuar de manera que lo que anuncia la profecía se cumpla. Por ejemplo, si decimos a nuestro hijo: “Nunca te esfuerzas por nada”, conseguiremos minar su autoestima y hacer que, efectivamente, solo se esfuerce para ajustarse a la etiqueta que le hemos asignado.
“Hay una responsabilidad ineludible en cómo hablamos, en cómo tratamos a los demás, porque nuestras palabras tienen más poder de lo que nunca habíamos imaginado. Cada día tienes la opción de cortar las alas a los demás hablando de miedo e incertidumbre. O puedes dejar que tus palabras les impulsen a sus metas confiando en la capacidad infinita que hay dentro de todo ser humano”, nos dicen en este anuncio. Pues bien, ¿qué efecto queremos que nuestras palabras y nuestros actos tengan en nuestros hijos? Tengámoslo siempre en cuenta.