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5 maneras de favorecer el liderazgo en las niñas y las chicas

Sonsoles Ónega dice que "necesitamos que las mujeres lleguen arriba para cambiar lo de abajo". Un estudio demuestra que los prejuicios con los que solemos educar impiden a niñas y chicas ser líderes. Por eso, educar sin prejuicios de género puede contribuir de manera clara a que nuestras hijas se conviertan en líderes y a que, como nos decía Alba Alonso, crezcan como niños auténticos que decidan su futuro.
promover la solidaridad

5 maneras de favorecer el liderazgo en las niñas y las chicas

En su genial ponencia en nuestro último encuentro, la periodista Sonsoles Ónega nos decía que “necesitamos que las mujeres lleguen arriba para cambiar lo de abajo”. Que las mujeres lleguen arriba está, en parte, en nuestras manos, como nos recordó la profesora Alba Alonso, que nos dijo que nuestros estereotipos de género “ponen a nuestros hijos y nuestras hijas en  mundos diferentes con diferentes futuros. Yo quiero que mi hijo y mi hija tengan el futuro que ellos elijan, que nadie se lo elija”. Un estudio de Harvard demuestra cómo nuestros estereotipos de género frenan la capacidad de liderazgo de nuestras hijas y sus autores nos dan claves para contrarrestarlos. 

¿Educamos sin prejuicios por el género? ¿Ayudamos a nuestras hijas a ser líderes? Un estudio de la Harvard Graduate School of Education y del proyecto Making Caring Common (del que se hace eco el Washington Post) ofrece una respuesta contundente: no es así. Richard Weissbourd, director de Making Caring Common, se nuestra sorprendido del enorme “sesgo por género de las respuestas de chicos y chicas adolescentes”. Por ejemplo, el 23% de las chicas y el 40% de los chicos prefería dirigentes políticos masculinos, mientras que solo el 8% de las chicas y el 4% de los chicos elegirían líderes políticos femeninos. Incluso las chicas y las madres se mostraban menos dispuestas a dar más poder a los consejos escolares si estos estaban liderados por chicas. una encuesta de 2013 revelaba que el 35% de los encuestados prefería un jefe y solo el 23% prefería una jefa.

“Estos prejuicios de género pueden ser una barrera invisible y poderosa para que las chicas lleguen a ser líderes”, señala Weissbourd. “Pero los padres, madres y profesores pueden hacer mucho para que esos prejuicios pierdan fuerza“. Y en concreto cita cinco estrategias que los educadores podemos poner en marcha para favorecer que nuestras hijas o alumnas puedan ser líderes:

1. Examina tus propios prejuicios

Todos tenemos prejuicios y sesgos sobre el género, porque durante toda nuestra vida recibimos mensajes diarios sobre lo que se espera de los chicos y chicas. Estos prejuicios están tan enraizados que a veces es complicado superarlos del todo. Pero si somos más conscientes, podremos contrarrestarlos más fácilmente.

  • Practica poniendo en cuestión los prejuicios: Exponer nuestro cerebro a imágenes que contradicen nuestros estereotipos puede disminuir nuestro sesgo inconsciente. Encuentra imágenes que no caen en los estereotipos tradicionales: mujeres en trabajos de construcción, hombres cuidadores. Tenlas presentes.
  • Cuida tu forma de hablar: Cuando comentamos lo bonita que es una niña o lo fuerte que es un chico, mandamos un mensaje sobre nuestras expectativas en los chicos basados en el género. Ten cuidado con las frases que empiezan por: “Todas las chicas” o “Todos los chicos”.
  • Haz de tus hijos tus aliados: Pide a tus hijos que te adviertan de cuándo estás expresando un sesgo. Esto envía un poderoso mensaje a tus hijos. Es una parte fundamental de una educación más responsable y ética.

2. Involucra a tus hijos para hacer de tu casa una zona libre de sesgo

Cultiva prácticas familiares que amplíen el sentido que tus hijos dan a los roles de género y adviérteles para superar los sesgos. Mantén una relación de confianza para que puedan hablar contigo de estos temas.

  • No repartas tareas del hogar teniendo en cuenta el sesgo de género y debate con ellos para lograr un reparto justo y equilibrado.
  • Pregunta de vez en cuando a tus hijos si creen que las prácticas familiares tienen un sesgo de género. ¿Se esperan cosas diferentes de los chicos y las chicas? Piensa en soluciones con ellos.
  • Cuéntales cuándo has sentido en tu propia vida los prejuicios de género, cuándo te has sentido injustamente tratado o cuándo te has rebelado ante una injusticia. Si compartes tu historia, ellos harán lo mismo.
  • Expande su horizonte: Ofrece a tus hijos libros, programas de televisión, películas, que demuestran roles no tradicionales de género. Expón a tus hijos a diferentes actividades, no asumas que los niños quieren deporte y las niñas danza. Pide a las chicas que se imaginen como directivas de una empresa, líderes políticas… Fomenta que tus hijos tengan amigos y amigas.

3. Ayuda a tus hijos a dejar atrás los estereotipos

Habla con tus hijos sobre por qué los prejuicios hacen daño y ofrece estrategias para responder ante estos prejuicios.

  • Pregunta a tus hijos qué opinan. Haz una lista de los estereotipos que oyen o ven y pregúntales cómo les hacen sentir. Hazlo explícitamente en el día a día, por ejemplo: “Este anuncio muestra a niñas que se preocupan más de su aspecto que de sus estudios. Esto no parece justo”.
  • Ayuda a tus hijos a responder ante los estereotipos: Piensa con los niños en ideas sobre cómo pueden responder a los estereotipos que encuentran en sus interacciones diarias. Lleva a cabo incluso juegos de rol o pequeñas escenas para ayudar a los niños a encontrar las palabras adecuadas.
  • Pon a prueba su jerga: Cuando usan palabras para referirse a chicas o chicos que expresan sesgo, pregúntales qué mensaje creen que están lanzando.

4. No justifiques que los “chicos hacen cosas de chicos”

Muchas veces  adultos y niños no suelen intervenir cuando los chicos se burlan de las chicas porque temen ser ridiculizados. Pero justificar este comportamiento como típico de chicos manda el mensaje de que este comportamiento es correcto. Debes manifestarte rápidamente si ves que un niño desprecia a las niñas.

  • Habla de la verdadera fuerza. No es de valientes despreciar a las chicas y es necesario tener valor y fuerza para desafiar a nuestros iguales cuando minusvaloran a las chicas. Habla de las palabras que comúnmente se usan para describir a las chicas y cómo estas son ofensivas, incluso cuando se usan como una broma. Busca estrategias con los chicos para hacer frente a esta discriminación para ayudarles a  no sentirse ridiculizados.
  • Permite a los niños expresar su yo auténtico. Anímales a hablar de su vulnerabilidad y sus preocupaciones. Anima y reconoce sus expresiones de empatía.
  • Enseña a los chicos a valorar y respetar a chicas y mujeres. Ayuda a los chicos a entender su responsabilidad a la hora de contrarrestar el sesgo de género.

5. Ayuda a construir la confianza y liderazgo en las chicas.

Muchas niñas y chicas reciben mensajes negativos sobre su capacidad de liderar. Por eso es importante exponer a las chicas ejemplos de mujeres dirigentes para desarrollar las capacidades y la confianza que necesitan para ser líderes en muchos campos.

  • Conecta a las chicas con oportunidades de liderazgo que tengan sentido para ellas y muestra imágenes de mujeres líderes en el campo de su preferencia.
  • Ayuda a las chicas a desarrollar habilidades concretas de liderazgo: ofrece oportunidades para practicar el hablar en público, participar en la toma de decisiones, trabajar en grupo. Anímales a practicar estas habilidades en la toma de decisiones en la familia o a ser activas en la escuela y las comunidades.
  • Habla a las chicas sobre sus miedos que les impiden ejercer liderazgo. Coméntales que es normal que sientan miedo o nervios por lo que las personas puedan pensar cuando ejercen liderazgo. Explora estrategias para enfrentar las críticas.
  • Anima a las niñas a participar en grupos: La colaboración y el trabajo en grupo son habilidades esenciales para el liderazgo en el trabajo,  ayudan a desarrollar una conciencia social, habilidades de resolución de problemas y otras habilidades.

 

Imagen Annie Spratt / Unsplash

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