Nuestro día a día está muy ajetreado. Llegan las ocho de la tarde y no hemos pasado tiempo con nuestro hijo o hija. En estos ratos libres en los que podemos estar con ellos, podemos crear unos hábitos que puedan fortalecer el vínculo y la conexión entre madres/padres e hijos. Estos 7 sencillos hábitos los podemos implementar a diario y veremos cómo el apego y vínculo que tenemos mejora.
Bajar a su altura y mirarle a los ojos
Planteemos esta situación. Tu hijo está en la habitación jugando con los juguetes y le gritas desde la cocina que los guarde para ir a cenar. Ahora, en vez de gritárselo desde la cocina probemos a ir a la propia habitación, bajar a su altura, mirarle a los ojos y decirle: “cariño, te quedan solo cinco minutos para jugar. Te aviso para que vayas recogiendo los juguetes”. La reacción y la conexión que hay entre nuestros hijos y nosotros es muy diferente en las dos situaciones. Cuando le decimos cosas a nuestros hijos mirándole a los ojos y a una altura en la que noten que somos sus iguales, va a haber mucha más conexión, no vamos a tener que recurrir a los gritos para decir las cosas, así como no vamos a tener que repetir una y otra las mismas órdenes. Si aplicamos este hábito diariamente vamos a educar a niños y niñas responsables.
Abrazarles más
El apego hacia nuestros hijos se va formando desde que son pequeños, y darles abrazos nos sirve para decirles que estamos con ellos y ellas, que puede contar con nosotros para cuando están bien y cuando están mal. Les hace sentir seguros y les hace sentir que tienen un apoyo incondicional por parte de sus progenitores.
Dejar los móviles a partir de una hora
Vivimos en una sociedad empantallada, estamos constantemente pendientes de un nuevo like, un nuevo seguidor, un nuevo mensaje. Algunas veces, nos olvidamos de pasar ese ratito que tenemos libre con ellos y lo invertimos en prestar más atención a las pantallas. Por eso, para que esto no nos pase, podemos poner una hora límite en casa de uso de las pantallas, también para que se aplique en nuestros hijos si tienen una edad más avanzada. Usar esos ratitos libres tras el trabajo para estar con ellos y ellas va a fortalecer mucho el vínculo y la conexión.
Seguir unas rutinas fijas
Si la familia tiene una rutinas fijas que seguimos cada día, va a haber mucha más tranquilidad y más paz familiar. Nuestros hijos no van a sentir arbitrariedad, van a conocer qué deben esperar del día y les deja las cosas mucho más claras para su día a día.
Pregúntales más allá del ‘¿Qué tal hoy el cole?’
Cuando recogemos a nuestros hijos e hijas del colegio les solemos hacer todos los días las mismas preguntas: ¿Qué tal el cole? ¿Qué nota has sacado? Con estas preguntas sacamos muy poca conversación con nuestro hijo, así como atendemos mucho más a su rendimiento académico que a cómo se siente nuestro hijo. Por eso, podemos hacer algunas preguntas que vayan más allá: ¿Cómo te ha hecho sentir eso que te ha pasado? Cuéntame más sobre tu nueva amiga. Qué interesante eso que has aprendido, cuéntame un poco más sobre ello, enséñamelo.
Realizar a diario algo juntos
Cuando son pequeños podemos leer un cuento juntos, jugar, realizar una tarea de la casa… Y cuando son mayores podemos ver alguna serie juntos que nos guste, jugar a juegos de mesa, hacer alguna actividad deportiva juntos…
Levantar a nuestros hijos y cronometrarles
Los niños se levantan tarde, ya llegan tarde a la escuela, por lo tanto también llegamos tarde nosotros al trabajo… Crear un buen hábito de sueño va a permitir que todos estemos más descansados y que nuestros hijos no tarden tanto en levantarse. Para que levantarse pueda ser un incentivo, podemos ayudarnos de un cronómetro para despertarles jugando: les podemos cronometrar para medir cuánto tardan en levantarse, en hacer la cama y en ir a desayunar. Marcamos sus tiempos y ellos sentirán que es un reto que tienen que superar a diario, un juego por el que merece la pena levantarse.