Anna Morató: “Es vital que podamos ser nosotros y no la emoción la que conduce nuestro patinete”

Destapa la felicidad (Coca Cola)”, “¿Te gusta conducir? (BMW)”, “Hay cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás, Mastercard“, “Bebés felices (Huggies)”, “Hoy me siento Flex“, “El lugar más feliz del mundo (Disney)”…

Seguro que te suenan todos estos eslóganes publicitarios. El bombardeo constante al que nos someten, no solo desde el marketing sino desde la sociedad en general, para inocularnos la idea de felicidad como meta final sin importar todo lo demás ni es realista, ni es fácilmente alcanzable ni es justa. Se puede ser feliz, claro, y queremos serlo (y que lo sean nuestros hijos), pero para ello hemos de aprender qué es exactamente la felicidad, la que se puede alcanzar, la que se basa no en un resultado sino en un camino, y cómo podemos conseguirla. Y esto nos va a ayudar Anna Morató, autora de cuentos infantiles que ahora presenta la continuación de ‘De mayor quiero ser…feliz’.

 

P. ¿Por qué tanto afán con ser felices? ¿Cómo podemos enseñar a nuestros hijos a serlo?

R. Aprendiendo en primer lugar que la felicidad no es una meta, sino una forma de entender la vida, y que para ello necesitamos herramientas, valores, una gestión emocional… Esos valores y herramientas están dentro de nosotros. Lo que intento explicar a través de mis cuentos es que la felicidad está dentro. ¿Y esto qué significa realmente? Pues que los niños van a ver estos conceptos que son intangibles, los van a entender e interiorizar.

Es hacer el camino de la vida con sus dificultades y saber manejar esa parte que sí podemos controlar de la felicidad, porque hay una parte que no. Con ello tendremos la sensación de estar bien con nosotros mismos, que es la sensación de felicidad, pero no esa que se nos vende. De hecho para contrarrestar esos mensajes en casa tenemos que ‘bombardear’ con este otro tipo de mensajes de los que hablamos.

 

P. Dices que hay factores que podemos controlar y factores que no y que los que podemos controlar, ese mundo interior, es mucho más poderoso que los otros…

R. Yo creo que sí, es que no somos conscientes del poder que tenemos dentro de nosotros. Está la parte aleatoria y la que no. Y lo que hay que preguntarse es ¿tú has hecho la parte que te toca? ¿Estás trabajando esa parte? ¿Ser positivo, tener ese hábito…? Estas cosas nos van a ayudar a estar bien con nosotros mismas, no a estar contentos todos los días, que eso no es la felicidad, pero sí a que si un día estamos frustrados o tristes, que sepamos navegar y salir de esa situación y volver a un estado que nos haga sentir bien.

Es un poder que podemos aprender desde bien pequeños. El objetivo no es no tener problemas ni dificultades, sino el cómo lo afrontemos. Veremos que nuestra percepción y calidad de vida puede ser mejor que si no tenemos ni trabajamos esa parte.

En mi caso, mis padres son dos maestros de positividad y he tenido en casa la suerte de tener dos personas resolutivas y positivas que han marcado ese camino. Pero mis padres no fueron perfectos, como yo no lo soy, pero es estar en ese camino y hacer ese trabajo interior. Porque ahí hay más poder que en lo que pasa fuera.

 

P. Y para eso tenemos que trabajar los hábitos saludables, pero también los emocionales y mentales, ¿en qué consisten estos últimos?

R. Los hábitos emocionales son fundamentalmente la gestión emocional, saber qué hacer con esas emociones que tenemos. Eso es un tema vital para que podamos ser nosotros y no la emoción la que conduce nuestro patinete. Que no se trata de suprimir la emoción, sino de tener ese control sobre nuestra vida. Pero claro para ello hay que dedicarle tiempo.

Hay que prepararse para eso, igual que nos preparamos para estudiar o trabajar. Y esto implica diferenciar y saber procesar actitud de gestión emocional. Actitud sería más lo que tiene que ver con hábitos mentales: con intentar solucionar el problema cuando se nos presenta. No solo quejarnos, sino pedir ayuda, enfocar los problemas de forma resolutiva y afrontarlos, porque nos va a ser mucho más fácil ser positivos. La gestión emocional es sentir todas las emociones, también las incómodas. No es poner al mal tiempo buena cara. Es algo que no es nada fácil de aprender. Piensa que le dedicamos mucho tiempo a ver series y redes sociales y poco a profundizar en esto.

“Es vital que podamos ser nosotros y no la emoción la que conduce nuestro patinete”

P. ¿Qué podemos hacer los padres y madres para ayudar a nuestros hijos a desarrollar una buena autoestima? ¿Se puede prevenir el bullying a partir de esa buena autoestima? 

R. Yo soy muy fan de los mantras y las frases. Si a un niño le repites que es torpe, lo acaba interiorizando. Si le repites frases bonitas y empoderadoras, también lo interiorizará. Pero si hay un tip clave, que es al mismo tiempo el más difícil, es dar ejemplo. Es lo más importante y lo que más beneficio nos va a dar. Es decir, aprendamos a gestionar nuestras propias emociones, a ser agradecidos durante el día, a tener empatía, y a considerar y reflexionar con qué energía o palabras nos dirigimos a nuestro hijo. Y ojo, que todos perdemos los papeles, pero siempre es más importante la relación con nuestro hijo y con él mismo.

Y luego al final todo está relacionado. La persona que está bien consigo mismo no tiene la necesidad de hacer mal a los demás. Tener una autoestima y una correcta gestión de las emociones hará que tu hijo esté bien y por tanto que trate mejor a los demás como consecuencia de ello. Si tu hijo no está bien, no tratará bien a los demás. Muchas veces el bullying se produce porque el niño lo sufre de alguna manera en su casa y es su forma de exteriorizar esa rabia y esa frustración. Así que tenemos que trabajar en nosotros mismos primero, porque es así como contribuiremos de manera positiva a la sociedad. 

“Si a un niño le repites que es torpe, lo acaba interiorizando. Si le repites frases bonitas y empoderadoras, también lo interiorizará”

P. Llevas mucho tiempo escribiendo sobre los conceptos de autoestima, autoconcepto, lenguaje positivo, felicidad… ¿tienen el sitio que merecen en la educación de nuestros hijos? ¿Qué podemos hacer para lograrlo?  

R. Cada vez más se están trabajando estas cosas en las aulas y no están en el currículum, sino que son los profesores los que lo trabajan. Está genial y se ven los resultados, y eso al final va en beneficio de todos, porque creo de verdad que debería ser una asignatura básica que vaya complejizándose según avanzan en etapas.

Se ha avanzado mucho, pero queda muchísimo por avanzar. Porque como sociedad hemos evolucionado tecnológicamente, pero a nivel humano no hemos crecido a ese nivel, y esa tecnología, si no viene acompañada de un crecimiento personal, es peligrosa. Todo es exponencial. Es que fíjate, el tema del bullying se habla en la adolescencia, y ya vamos tarde. Hay que hacerlo en infantil y primaria. Y no solo centrarnos en la tecnología asociada al bullying. Y luego está el tema de las redes sociales y cómo nos comportamos los adultos… muchas veces no somos ejemplo y nos quejamos de lo que hacen nuestros hijos, pero ¿dónde lo aprenden ellos?

“La tecnología, si no viene acompañada de un crecimiento personal, es peligrosa”

Picture of Lara Fernández

Lara Fernández

Periodista especializada en Educación y maestra de Educación infantil

Añade aquí tu texto de cabecera

Añade aquí tu texto de cabecera