Aunque no lo creas, depende de ti tener una buena relación con los profesores de tus hijos

Leo Farache, director de Gestionando hijos, nos cuenta una escena reveladora: una reflexión de un taxista filósofo que asegura que es raro que le den un mal servicio porque él suele ser amable. ¿Y si trasladamos esa amabilidad a nuestra relación con los profesores de nuestros hijos?


Escuché decir al gran filósofo español Javier Gomá que después de leer muchos libros de filosofía, ha descubierto que lo mejor de la filosofía está en la calle. En su libro Filosofía mundana señala que todas las personas tenemos una interpretación del mundo y, por tanto, todos los seres humanos somos filósofos. Señala que las mejores obras filosóficas son aquellas que por su “inteligencia, hondura y fuerza persuasiva ayudan a educar y mejorar aquella primera filosofía natural de la gente”.

Coincido con Gomá en encontrar en la calle, en la gente mundana (que pertenecen al mundo) mucha inspiración y reflexión que permite mejorar este lugar donde vivimos. Voy a compartir contigo una reflexión de un joven taxista con la aspiración de convertirla en un aprendizaje que nos acompañe toda la vida y podamos contagiarlo a nuestros hijos y llevarlo a la escuela.

Conversábamos el taxista y yo sobre las redes sociales y específicamente sobre las opiniones que vertimos de restaurantes, hoteles, taxistas… Mi interlocutor me dijo que encontraba muy útil centrarse en leer las opiniones muy negativas en Trip Advisor.

“Cuando se trata de observaciones relacionadas con el producto vienen muy bien saberlas. Por ejemplo, en un viaje que hice a Rivera Maya supe que no debía admitir una propuesta de cambio de habitación, a pesar de parecer muy ventajosa, gracias a los comentarios de otros viajeros que habían ido antes y valoraron muy negativamente el cambio”, me dijo. “ Cuando se trata de valoraciones relacionadas con el servicio no hago ni caso porque sé que a mí me van a tratar bien”

Tardé unos segundos en reaccionar. Su brillante reflexión me dejó estupefacto. Le dije que jamás olvidaría su pensamiento con el que estaba totalmente de acuerdo.

El sabio y filósofo taxista sabe que es mucho más difícil (prácticamente imposible) que le den un mal servicio. Él es consciente que la simpatía, la educación, amabilidad, entusiasmo no pueden merecer – en condiciones normales- otra respuesta que un servicio amable, que corresponde a lo que él ha dado. Además, sabe que muchos de los que escriben opiniones negativas recibieron un mal servicio porque ellos tampoco se lo pusieron fácil al ser humano que les servía. Quizás fueron displicentes, anormalmente exigentes, no disculparon un fallo o, quizás peor, son unos amargados que transmiten su amargura allá por donde pisan.

Espero que te haya gustado la filosofía del taxista y ojalá que la compartas. Ahora te propongo llevarla a la escuela.

Alguna vez he acudido a reuniones con profesores que me han recibido con distancia, sin cariño, con un respeto poco amigable. Cuando eso ha ocurrido, siempre he pensado que es muy normal.

Es más que probable – por no decir que es seguro – que ese profesor o profesora haya tenido que soportar a algunos madres y padres que le han tratado de forma despectiva, discutiendo lo indiscutible, haciéndole pasar un mal rato.

Por eso cuando llega un nuevo padre o madre a su despacho con quien aún no ha tenido oportunidad de tratar, toma sus prevenciones, cree – con razón- que es una buena manera de proteger su territorio. ¿Cómo puede distinguir de primeras al furibundo cliente del socio educativo?

Yo sé que a mí todos los profesores me van a tratar con cariño y vamos a tener una relación fructífera. Así ha ocurrido con el 100% de los profesores a los que he ido a ver en los veintidós años que he ejercido de padre en la escuela de mis hijos.

Te propongo que asumas que tener una buena y fructífera relación con los profesores de tus hijos depende ti, al igual que ocurría con el taxista. Y si te he convencido, te sugiero que actúes en consecuencia. Por el bien de la escuela, por tus hijos, por ti.

La mejor situación en la relación entre madres, padres y profesores es que trabajemos en equipo. En el Pacto por la educación en equipo encontrarás ideas para llevar a tu claustro y al ampa.

Si eres director de colegio puedes ayudar a las madres y padres de tus alumnos en su apasionante y a veces difícil labor ofreciéndoles inspiración educativa facilitándoles el acceso a la plataforma Gestionando hijos

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Leo Farache

Nacido en Madrid, de la añada del 63. Su vida profesional ha estado ligada al mundo de la comunicación, gestión, marketing. Ha dirigido algunas empresas y escrito tres libros (“Los diez pecados capitales del jefe”, “Gestionando adolescentes”, “El arte de comunicar”). Ha ejercido de profesor – “una profesión que nos tenemos que tomar todos más en serio” – en la Universidad Carlos III, UAM y ESAN (Lima) en otras instituciones educativas. Es padre de tres hijos y ha encontrado en la educación su elemento. Fundó en 2014 la empresa Educar es todo desde donde opera esta iniciativa cuyo objetivo es ofrecer ideas e inspiración educativa a madres y padres que quieren saber más para educar mejor.

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