Muchas madres y padres sufren en silencio. No son las hemorroides, es la adolescencia. La adolescencia trae a nuestro hogar un modelo de relación diferente con nuestros hijos. Hemos pasado del crédito y el amor, al descrédito y a la hosquedad. No pasa nada, la adolescencia es una etapa de la vida que todos hemos pasado. Es muy posible que no recuerdes lo puñetero e insufrible que fuiste tú.
Ahora queremos encontrar territorios en los que podamos establecer un contacto con nuestros hijos y tratar de influirles positivamente. La adolescencia es una etapa interesante, empiezan a tener opiniones que defienden con pasión y convicción, tienen ganas de cambiar el mundo (“y eso está bien, porque el mundo tiene muchas cosas que cambiar*”)
Queremos inspirar a nuestros hijos para que sean libres, que no se dejen arrastrar por los miedos que quizás nos invadan. Mario Vargas Llosa dice que la mayoría de los humanos mueren en vida y no queremos que nuestros hijos sean uno de ellos.
– Hija, hijo…¿vemos un vídeo juntos.
– ¿Cuánto dura?
Si respondes que más de 10 minutos es posible que le parezca muy largo. Será inútil que le digas que ha perdido toda la mañana atusándose el pelo.
Pero si le contestas que dura tres minutos y que es de un rapero quizás le guste o mole más. Tienes más posibilidades de conseguir tu objetivo.
Este tipo, el que ves en la imagen de debajo puede que le guste a tu hijo o hija, a la mía le encantó. “Papá, muy bonito” (sí, no es una crítica muy profesional, pero es muy positiva 🙂 Y si de vídeo en vídeo consigue no aprender los errores que he cometido y de paso me ayuda a desaprenderlos a mí, todos ganamos.
¡Que lo disfrutes!
*Esta idea es de Mariel López del Prado, coordinadora del programa de mediación escolar del Colegio Santa María del Pilar.
