Se acerca el fin del trimestre para muchos niños, niñas y adolescentes y con ello también llegan las notas. Los resultados que obtienen nuestros hijos e hijas pueden llegar a afectar mucho a su autoestima, aún más si la reacción que tenemos ante las notas se une a los castigos y los premios.
Cuando llegan suspensos a casa, a veces las familias no sabemos cómo afrontarlos. Puede que estemos ante una situación en la que nuestro hijo no quiere estudiar y de ahí sus malos resultados; puede que no sepa cómo ponerse a estudiar y no tenga un hábito de estudio; puede que nuestra hija tenga alguna dificultad de aprendizaje y, por mucho que se esfuerce, no obtiene los resultados que merece; o puede que esté sucediendo algo en el entorno de nuestro hijo que le impide estudiar y aprobar.
Existen muchas variables por las que puede estar suspendiendo, pero la reacción que tengamos hacia sus resultados y las acciones que llevemos a cabo para afrontarlo y acompañar a nuestros hijos son clave para que puedan mejorar y seguir esforzándose.
Algunas recomendaciones antes
- Mantén la calma: aunque haya suspendido, no quiere significar que siempre vaya a suspender.
- Localiza qué puede estar pasando: no podemos resolver el problema sin antes ver qué es lo que lo causa.
- Analiza tu reacción. ¿Le gritas y le castigas por suspender? Quizás estas amenazas le están desmotivando más y no quiere estudiar. ¿Refuerzas negativamente sus suspensos y cuando sacan buenas notas les das un regalo? Quizás estos premios/castigos le están haciendo asimilar que solo es válido cuando saca buenas notas. ¿Le etiquetas como mal estudiante, niño vago…?
Mi hijo suspende porque no quiere estudiar
Puede que estemos en la situación en la que nuestro hijo no aprueba porque no quiere estudiar, o puede que se dé en el futuro en la familia.
- Establecer límites: si a nuestro hijo le permitimos no estudiar, es porque hay una ausencia de límites en la familia. Es importante que marquemos que es su deber estudiar y que tiene que asumir la responsabilidad.
- Averiguar qué necesidades no tiene cubiertas: seguramente nuestro hijo tiene algún tipo de carencia, pasa poco tiempo con nosotros, necesita más atención, necesita que le refuercen positivamente… Es nuestra responsabilidad cubrir esas necesidades.
- Recupera la confianza con él para poder tratar el tema: necesitamos volver a establecer vínculo con nuestro hijo para poder preguntarle y buscar una solución juntos. No conseguiremos un cambio de la noche a la mañana para que se esfuerce si no tiene confianza en nosotros.
- Habla con los profesores: ellos te pueden indicar sus comportamientos hacia la asignatura o por qué no quiere estudiar.
Mi hijo suspende porque no tiene hábitos de estudio
Es posible que nuestra hija tenga complicaciones a la hora de ponerse a estudiar porque no sabe por dónde empezar, se entretiene y acaba haciendo de todo esa tarde menos estudiar. Si no tiene las herramientas ni tampoco la motivación para hacerlo, le será muy complicado poder aprobar.
- Márcale el tiempo de ocio y el tiempo de estudio.
- Realizar pausas para descansar: se puede usar el método pomodoro que te explicamos como funciona en este artículo.
- Apuntarle a refuerzo: a veces como padres y madres no podemos estar en casa con nuestros hijos a la hora de hacer los deberes. Si queremos que tengan una ayuda extra para afianzar los contenidos, podemos apuntarle a refuerzo. Allí también aprenderá a asimilar mejor lo que aprende.
- Anímale a hacer esquemas o resúmenes: O a buscar la forma en la que puede sintetizar la información.
- Dale un espacio donde no tenga muchos elementos con los que pueda desconcentrarse.
- Asegúrate de que duerme bien y que estudiar no le genera tal estrés que le paraliza el resto de vida.
- Déjale que siga yendo a sus extraescolares: muchos padres deciden desapuntar a sus hijos de baloncesto, de ballet… porque creen que así aprovechará más la tarde de estudio. Es mejor repartir su tarde en la parte de estudio y en la otra parte de ocio, que haya un equilibrio.
- Motiva a tu hijo para estudiar, pero sin regalos ni chantajes para que apruebe. En este otro artículo os damos algunas alternativas para animarle.
Mi hija tiene TDAH y no aprueba
Los niños y niñas con estos trastornos de aprendizaje tienen mayores dificultades para concentrarse y retener conocimientos. Pero no se trata de una cuestión de su voluntad y de sus ganas para aprender, sino que tienen una dificultad por su neurodesarrollo. “Las dificultades de aprendizaje son particularidades neurológicas que generan una dificultad para llevar los procesos de aprendizaje como el resto de las personas”, especifica el neuropsicólogo José Ramón Gamo. Los niños con TDAH tienen dificultad debido por una parte, “a sus singularidades neurológicas”, pero sobre todo por “los procesos de enseñanza y aprendizaje en los que están inmersos”. Por eso, cambiando las metodologías de aprendizaje, los niños pueden mejorar su capacidad para aprender.
Para mejorar sus hábitos de estudio podemos enseñarle estas técnicas que nos aporta Gamo, que irán asimilando cada vez mejor según vayan creciendo.
- Trabajar en tiempos cortos: información corta, con recursos audiovisuales, con 4-5 minutos de información.
- Hacerles preguntas sobre lo que acaban de ver para ver qué han entendido o no.
- Trasladar este conocimiento a una actividad práctica para que lo asimilen mejor.
- El estudio es preferible que sea activo, que tenga muchos pasos pequeños pero que sea constantemente activa.
- Si están memorizando, dejarles caminar y moverse.
- No pasarnos del tiempo de estudio establecido, pues no podrán mantener la atención.