Llegas a casa por la tarde con los niños y tienen que hacer los deberes. Se hacen los remolones, no quieren hacerlos, los ven de una manera muy negativa, te piden que los ayudes, te suplican que los revises e incluso corrijan, se pasan más tiempo del razonable enredados con los deberes… Seguro que te has preguntado cómo podéis en casa afrontar el tema de las tareas escolares de una manera más positiva. Te damos algunas pistas
Más allá del debate “deberes sí- deberes no” del que ya hablamos con expertas y con madres y padres, hoy queremos ofreceros unas pequeñas claves para ayudar y apoyar a nuestros hijos con las tareas escolares y contribuir así a suavizar los conflictos por las tardes que seguro que vivís en casa.
Claves para ayudar a nuestros hijos a hacer los deberes
1.- Si la carga de deberes te parece desproporcionada, hablar con el profesorado: Solicitar, en una tutoría, una mejor coordinación del equipo docente para no sobrecargar a los hijos, explicar cómo se siente tu hijo o hija ante los deberes que considera excesivos y tratar de llegar a un acuerdo es mucho mejor que quejarse amargamente o criticar a la profesora en el grupo de WhatsApp de padres. Como nos dice Álvaro Bilbao en un post de su blog, “no creo que desacreditar al profesor sea un buen camino para el encuentro de opiniones”.
2.- Ayudar a tu hijo a ver los deberes como un reto y una oportunidad. Los deberes que nuestros hijos traen a casa pueden vivirse como una carga o un fastidio o bien como una oportunidad para saber si nuestro hijo ha entendido lo que se explica en clase, como un reto que superar y como una forma de que padres y madres sepamos qué están dando en clase y podamos contribuir a ese aprendizaje e incluso aprender nosotros también con ellos.
3.- Recordar que son sus deberes, no los tuyos. Ante las tareas escolares y su implicación a la hora de saber qué habían mandado los profes, Noelia López-Cheda llegó a pensar “que había vuelto al cole”. No debemos olvidar que son “su responsabilidad”, por lo tanto son ellos los que tienen que hacerlos y saber qué tareas tienen que realizar.
4.- No suplantar el papel del profesor. Si cometen errores, si no entienden algo del ejercicio y no pueden realizarlo, tu papel no es asegurarte de que llevan los deberes perfectos ni enseñarle la lección. Si tu hijo no transmite al profesor que no ha entendido un ejercicio o si el profesor no ve que tu hijo ha cometido errores, quizá estemos obstaculizando el aprendizaje.
5.- Con empatía, dejar que viva las consecuencias. Seguro que el mejor plan para una tarde entre semana no es perseguir a tu hijo por toda la casa recordando que tiene que hacer la tarea que le ha mandado el profesor. Hablarle con empatía, resaltando que entendemos que le cuesta, que sabemos que prefiere jugar, pero animándole a demostrarse si es capaz de hacer el ejercicio y dejar que viva las consecuencias en el colegio de no llevar los deberes hechos (y hablar con el profesor sobre esto si empieza a ser un problema recurrente) es, seguramente, mucho mejor para el bienestar familiar que repetir mil veces, cada vez más enfadados, “haz tus deberes”.