¿Cómo quitar el ‘chupete digital’? Consejos para ayudar a nuestros hijos con la desconexión digital

“En un mundo con más pantallas que ventanas, mirarse a los ojos va camino de convertirse en un acto revolucionario”. La frase de Cathérine L’Ecuyer resume perfectamente lo que se vive en muchos hogares. La dificultad de conciliación y de poder pasar tiempo en familia, unido a la adicción que se ha creado en torno a los dispositivos hacen que recurramos ellos con más frecuencia de la que nos gustaría.

Tal y como asegura la psicóloga María Guerrero en el artículo ‘La desconexión digital en cinco pasos’, se ha convertido prácticamente en el hábito de muchos niños. No es de extrañar, por tanto, que si para un adulto “es difícil dejarlo, mucho más si hablamos del cerebro de un niño, dado que es más inmaduro y con menor capacidad de autocontrol”.

El consumo de pantallas en la infancia podría retrasar el desarrollo del habla

Un experimento de la Universidad de Málaga ha revelado cuáles son los síntomas de los jóvenes tras aceptar el reto de pasar una semana sin su teléfono móvil

Un experimento pionero en España

Tan solo un dato reciente: un experimento pionero de la Universidad de Málaga llevado a cabo hace solo tres meses ha analizado qué sucede en la mente de 97 jóvenes de entre 15 y 24 años cuando se quedan una semana sin su teléfono móvil. En este sentido, ha desvelado que lo que sienten en mayor medida es ansiedad, inseguridad, estrés y liberación por poder dedicar ese tiempo a otras ocupaciones, normalmente en familia.

Con el inicio del curso escolar, se antoja complicado prescindir del conocido como ‘chupete digital’ y reducir el consumo que se ha venido haciendo durante el verano de las nuevas tecnologías. En este sentido, la responsabilidad es de toda la familia, que ha de realizar “una educación preventiva”, en palabras de la educadora social Anais López. Para ello, los padres y madres deben conocer, en primer lugar, los efectos que tiene el abuso de las pantallas sobre el desarrollo cognitivo de sus hijos. No se trata de demonizarlas, ya que no son buenas ni malas, sino que es el uso que se hace de ellas lo que inclina la balanza en uno u otro sentido.

Los dispositivos y su similitud con las drogas

La psiquiatra Mariam Rojas Estapé así lo explica en su ponencia ‘El cerebro, nuestro mejor aliado contra el estrés’: “La pantalla ofrece gratificación instantánea. Tiene un mecanismo similar al de las drogas. De ahí que sea tan fácil caer en la adicción”, comenta. “Nuestro cerebro funciona además bajo la premisa ‘Use ir or lose it’. Es decir, o lo usas o lo pierdes. El uso de pantallas genera cortisol, hace que la corteza prefrontal cada vez funcione peor y que nuestro cerebro tenga cada vez menos actuación porque le estamos enseñando a no saber gestionar el aburrimiento y el estrés”. En resumen, con las nuevas tecnologías se pierde la capacidad de atención y espera que caracterizaba a anteriores generaciones.

¿Qué hacemos entonces para limitar ese consumo de manera progresiva y quitar así el denominado ‘chupete digital’? La Asociación Española de Pediatría lo tiene claro: es necesario establecer “zonas libres de pantallas”, es decir, espacios en los que no tengan cabida estos dispositivos. Por ejemplo, la pantalla no debe acompañar rutinas. “Cuando hacemos esto, el cerebro no atiende a la información, solo obedece“, explica Sara Noguera, maestra de Educación Infantil especializada en inteligencias múltiples y crianza respetuosa en el podcast ‘Niño tenías que ser’. “La pantalla ni puede suplir al juego ni puede mutear las emociones. Las pantallas no educan. Educas tu“, prosigue.

Siete ‘tips’ para quitar el ‘chupete digital’

Por lo tanto, se antoja primordial anotar estos siete consejos de cara a disminuir esa notable exposición a las pantallas:

  • Establecer normas claras y ser constantes con ellas. No funciona implantar una regla que sirva unos días sí y otros no o en unos momentos sí y en otros no.

 

  • Predicar con el ejemplo. De nada sirve prohibirlas si luego los adultos no se separan de ellas.

 

 

  • Pasar tiempo en familia sin pantalla. Establecer momentos libres de tecnologías para que no se conviertan en un canguro indeseable de nuestros hijos.

 

  • Evitar los dispositivos al menos una hora antes de dormir. La evidencia científica ha probado que la luz azul incide en el descanso e inhibe la secreción de melatonina.

 

  • Ver pantalla con ellos y comprobar que es adecuado a su edad. El uso del control parental puede ser muy útil también en este sentido.

 

  • Explicarles, de acuerdo a su edad, los beneficios de una relación sana con las pantallas. El objetivo es que adquieran un espíritu crítico y entiendan el por qué de las normas y lo perjudicial que puede llegar a ser el mal uso de ellas.

El ‘efecto pantalla’ durante el confinamiento

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Lara Fernández

Esta periodista que lleva ejerciendo 20 años en diferentes medios de comunicación escritos y audiovisuales cumplió en 2021 su principal sueño: convertirse en mamá de un niño. Fue también su gran lección de vida al darse de bruces con la AD y la AS. Tres años antes se había graduado como maestra de Educación Infantil y se había especializado en crianza y actividades sensoriales para niños. Todo ello le ha permitido desarrollar tres de sus grandes pasiones: la comunicación, la infancia y la educación. Tres pilares básicos porque, como ella misma suele decir:

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