“Educar en el vínculo”, por Rafa Guerrero

Las madres y padres que nos hayáis seguido durante la cuarentena y hayáis visto los directos que hemos realizado junto al psicólogo Rafa Guerrero, seguro que ya tenéis una ligera idea de qué es todo eso del vínculo y el apego. Sin embargo, para todos los que no hayáis podido o para quienes queráis repasar todos esos conocimientos, hoy os traemos un recopilatorio de las claves que ofrece Rafa Guerrero en su último libro, “Educar en el vínculo”, y que nos contó el otro día en un fantástico webinar.

La diferencia entre el apego y el vínculo

Esta es una de las primeras cosas que debemos tener claras cuando hablamos de educar en el vínculo. Según nos contó Rafa, “el apego es un lazo invisible que se lleva a cabo entre el niño/a y sus padres o cuidadores. Una característica muy importante es que se trata de una relación que se establece de forma vertical, entonces los niños se apegan a sus padres, pero no los padres a sus hijos”.

Otra de las características que tienen las relaciones de apego es que, sobre todo en los primeros años de vida, “implican dependencia, pues el niño en cuestión depende de sus figuras vinculares para poder sobrevivir”.  Así pues, la otra cara de la moneda, la relación que se establece en la otra dirección: de padres a hijos, es el vínculo.

Es importante detenernos en este punto, pues cabe señalar que cubrir las necesidades básicas de nuestros hijos e hijas no implica malcriarles. Como explica Rafa Guerrero, “una cosa son las necesidades y otra los deseos”. Por lo tanto, no es lo mismo cubrir las necesidades de nuestros hijos que sobreprotegerles.

Una necesidad es aquello “imprescindible para poder sobrevivir y para tener un equilibrio psíquico, una buena salud mental. Necesitamos hidratarnos, tener movimiento, protección, descanso; en definitiva, necesidades fisiológicas. También tenemos necesidades de tipo cognitivo: de aprender, de mejorar, saciar la curiosidad. Las necesidades sociales: relacionarnos, vincularnos, convivir. Y también tenemos las necesidades emocionales: que les protejamos cuando están en peligro, fomentar su autonomía, su curiosidad, los límites, que les regulemos sus emociones, que fomentemos su identidad propia, necesitan narrativas acerca de lo que van experimentando…”.

Un deseo es el resto, “es todo aquello que no es imprescindible, que podemos prescindir de ello”, explica el psicólogo. Muchas veces confundimos los deseos con necesidades, “pero que sean deseos legítimos no significa que sean necesarios”, señala Rafa.

Relaciones de dependencia

“El neonato viene a este mundo muy inmaduro, lo que provoca que sea un ser dependiente, que gracias al apego puede apegarse a unas figuras que tendrán que ser sensibles, empáticas y responsivas (que cubre las necesidades de un niño/a cuando se presentan) como para permitirle ir evolucionando poco a poco. Entonces, si las figuras de apego está disponibles, accesibles, sintonizan con sus necesidades y las cubren, el niño/a podrá ir abandonando poco a poco esta dependencia y convirtiéndose en una persona autónoma”, nos explicó Rafa Guerrero.

Pero en cambio, el psicólogo señala que si las figuras de apego no protegen, sino que sobreprotegen, “están fomentando una relación de dependencia. Entonces, cuando se haga mayor, o bien seguirá con esa relación de dependencia con sus padres o bien la cambiará por una relación de dependencia con su pareja”. Por lo tanto, “cuantas más necesidades cubramos de nuestros hijos, más probabilidades tendrán de forjar relaciones sanas el día de mañana”, remarca Rafa Guerrero.

Tipos de apego

Rafa Guerrero explica también en su libro que existen tres tipos de apego, dos inseguros y uno seguro:

Estilo de apego seguro: cada vez que el niño o niña tiene una necesidad, sus figuras de apego se la cubren. En el webinar, Rafa Guerrero nos explicó esto con una metáfora: “Cada vez que el niño/a quiere una naranja, yo le doy una naranja, que además es justo del tamaño que él la necesita”.

Estilo de apego inseguro: evitativo. Este apego consiste en que las figuras de apego tienden a evitar el canal emocional. “Suelen ser personas más frías, distantes, que le dan mucho valor a la parte académica, a los resultados, a las normas… Siguiendo con el ejemplo de antes, si este niño o niña necesita una naranja, papá/mamá evitativo le va a dar una mandarina. Puede parecerse, pero no es lo mismo”.

Estilo de apego inseguro: ansioso ambivalente. En este caso, “el niño/a sigue necesitando una naranja, y mamá y papá le dan un naranjo entero”, explica el psicólogo. “El niño se siente abrumado, siente que sus figuras de apego no están gestionando de una manera adecuada a sus necesidades. Se llama ‘ansioso’ porque hay mucha ansiedad, mucha incertidumbre, y ‘ambivalente’ porque la manera que tienen de responder ante las necesidades de los niños es muy cambiante. Entonces el niño/a no sabe a qué atenerse”.

Estas son algunas claves que aprendimos en el webinar de Rafa Guerrero, pero no las únicas. Si queréis aprender sobre el vínculo y el apego, no os perdáis este maravilloso webinar, ¡y tened a mano papel y boli! Aquí os lo dejamos:

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Marina Borràs

Cuando era pequeña me sentaba a diez centímetros de la televisión para ver las noticias todas las mañanas antes de ir al cole. Cuando crecí un poco, se dieron cuenta de que la razón por la que me acercaba tanto al televisor era porque necesitaba gafas, aunque yo prefiero pensar que por aquel entonces ya había encontrado mi pasión: de mayor quería ser periodista. Y así fue. Estudié periodismo y comunicación política, y sigo formándome en los temas que me apasionan: educación, igualdad de género y nuevas tecnologías.

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