El pasado sábado tuvo lugar nuestro evento ‘Educar es todo’ en Madrid, en el Teatro Lope de Vega. Por su escenario pasaron siete expertos para hablar, ante más de mil personas, sobre educación. Uno de ellos fue el matemático, divulgador científico y presentador del programa de televisión ‘Órbita Laika’, quien ofreció una ponencia sobre la importancia de transmitir a nuestros hijos el valor de la ciencia.
¿De dónde nos viene el miedo a las matemáticas?
Eduardo Sáez de Cabezón empezó su ponencia afirmando que todos tenemos la sensación de “haber sufrido las matemáticas en la escuela, de seguirlas sufriendo hoy y de hacérselas sufrir a nuestros hijos”. Y después nos hizo reflexionar sobre los prejuicios que solemos tener los adultos sobre esta asignatura, y sobre cómo estos prejuicios se los trasladamos a nuestros hijos con frases como: “Ay, pobre, hoy te tocan dos horas de mates”. “Si te ven con miedo a las matemáticas, le van a coger miedo a las matemáticas, porque nuestros hijos nos aprenden a nosotros”.
Pero ¿de verdad aprender matemáticas es importante?
Eduardo hizo alusión a la famosa frase que todos, sobre todo en época escolar, hemos pronunciado alguna vez y que seguro que la han pronunciado también nuestros hijos: ¿para qué me sirven a mí las matemáticas?
Eduardo nos dio la respuesta:
- El 30% de las profesiones en España tiene una alta intensidad en matemáticas. Y este dato, debido al aumento de las profesiones que tienen que ver con el uso de tecnologías no hace más que aumentar.
- El anumerismo: “El analfabetismo de nuestra era es el anumerismo. Si no sabemos interpretar los datos, nos la cuelan por dónde sea”, nos alerto Eduardo.Y nos puso un ejemplo: “Lo hemos visto durante la pandemia. ¿Cómo sabíamos cómo evolucionaba la pandemia? Midiendo, contando. O sabemos interpretar la realidad, o vamos a ser muy manipulables”.
El espejismo de la mayoría
“¿No os ha pasado que habéis pensado que una opinión era mayoritaria y, en realidad no lo era? Esto ocurre muchas veces en redes sociales”, decía Eduardo en su ponencia. Y lo explicaba utilizando las matemáticas: “Si tú a una persona le preguntas que cree que opina la mayoría, te va a decir lo que cree que opinan las personas con las que están en contacto, que no tiene porque ser la mayoría. Por tanto, esto se puede usar en redes para cambiar la percepción que se tiene de la realidad”.
La burbuja de filtros
Eduardo también nos explicó cómo funcionan los algoritmos de las redes sociales utilizando como ejemplo YouTube: “A mí me encanta el heavy metal, por tanto, solo busco grupos de heavy en YouTube. Esto YouTube lo sabe, y me sugiere y muestra vídeos de este tipo de música. Pero a mí nunca me enseña vídeos de salsa. En cambio, a mi vecino, que le encanta la salsa, su algoritmo de YouTube solo le muestra vídeos de salsa, y nada de Heavy. Traslademos esto a la política. Cuando yo busco en Google, el algoritmo de Google, que me conoce, me va a mostrar resultados acordes a mi forma de pensar, y a mi vecino con la suya. Entonces ponte a buscar gestión de la pandemia, Cataluña, inmigración… Escuchar siempre lo que va con nuestra forma de pensar nos radicaliza. Es más, los estudios dicen que este funcionamiento de las redes sociales, estos filtros de burbuja, acaban polarizando a la sociedad”.
La ciencia, un lugar común fuera del debate partidista
Eduardo acabó exponiendo que tanto la burbuja de filtros como el espejismo de la mayoría también tocan a la ciencia, con las terribles consecuencias que esto conlleva: “estamos metiendo a la ciencia dentro del debate identitario.Y esto no nos lo podemos permitir, porque las matemáticas son objetivas. Tenemos que hacer de la evidencia científica un debate común. No podemos permitir que creer en el cambio climático sea de derechas o de izquierdas, o que consumir carne roja sea de derechas o de izquierdas.