‘Entérate, todo lo que nunca te han contado sobre sexo y relaciones’ es un libro que nace con un propósito: proporcionar a los adolescentes la educación sexual que necesitan y que actualmente no están recibiendo. Un vacío que se llena a través de otras fuentes de información que ni son ni fiables ni seguras.
Un libro escrito por el equipo de psicólogos y sexólogos de Platanomelón, marca líder en el sector de la sexualidad que solo en su canal de YouTube, donde resuelven todo tipo de dudas y rompen con mitos y tabúes, cuentan con más de un millón de seguidores.
Hablamos con Monica Branni, psicóloga y sexóloga de Platanomelón.
Mónica, ¿es este el libro que toda madre o padre tendría que regalar a sus hijos e hijas preadolescentes?
¡Por supuesto! Entérate es un libro y, sobre todo, una herramienta para educar a los más jóvenes acerca la sexualidad y las relaciones. De la misma forma, constituye una guía para esos referentes que deseen que su hijo, sobrino o nieto tenga las herramientas para desarrollar una sexualidad sana y libre de distorsiones y prejuicios.
Desde Platanomelón quisimos abarcar temas muy amplios y complejos, como el consentimiento, la gestión emocional y las relaciones tóxicas, ya que forman parte de la esfera sexo afectiva de la persona, aunque muchas veces se quedan en la sombra, ya que la educación sexual actual es escasa y adopta una perspectiva biologista y prevencionista. Por esta razón, optamos por escribir un libro que se centrara en el placer, en la información verídica y divertida y en normalizar la sexualidad.
Actualmente, ¿dónde se informan los jóvenes sobre sexo y sexualidad?
Los datos que manejamos son preocupantes, pero interesantes a la vez, porque nos pueden ayudar a reflexionar y tomar consciencia de la situación actual: sabemos que alrededor del 50% de los jóvenes acuden a la pornografía para aprender sobre sexo y otro 50% refiere que su fuente de información principal son los amigos.
Por otro lado, el 90% de los jóvenes han visto porno en su móvil antes de los 12 años y los primeros accesos se registran con 8 años, edad en la que ya saben utilizar perfectamente un smartphone o Tablet.
Debemos tener claro que, si queremos ser referentes de educación para nuestros jóvenes, es importante que nos tomemos la responsabilidad de entablar conversaciones desde que nacen e ir actualizando la información y el lenguaje a medida que la edad avanza y su realidad cambia.
¿Cuáles son las consecuencias de que accedan a este tipo de contenidos antes de acceder a una buena educación sexual?
Inevitablemente, al no tener herramientas para dudar de si lo que están viendo es el sexo que se refleja en la vida real, los jóvenes construirán falsas creencias acerca la sexualidad, especialmente en lo que concierne al consentimiento, al placer mutuo, prácticas sexuales de riesgo, roles de género, etc.
Tener una mentalidad acrítica puede ser terreno fértil para falsas creencias y mala tomas de decisiones. Desde Platanomelón no nos cansamos de repetir que es esencial que estos contenidos no tengan nunca función educativa.
Parece lógico pensar que ellos aprenderán de una manera u otra, lo ideal es que lo hagan de una manera sana y beneficiosa, de una fuente fiable. ¿Quién debería encargarse de esto? ¿Escuelas, madres y padres?
No olvidemos que la educación sexual es un Derecho Humano. Por lo tanto, la responsabilidad de impartirla debería ser capilar: Instituciones, padres, madres, educadores, escuelas, etc.
De hecho, igual que educamos a las normas básicas de autocuidado y convivencia, deberíamos aportar información sexo-afectiva.
Recientes estudios apuntan a que una educación sexual bidireccional, desde las casas y las escuelas, resulta ser mucho más efectiva que si delegamos la responsabilidad a una fuente sólo.
Para ello, es esencial que los Gobiernos se impliquen y garanticen que se imparta educación sexual integral en las escuelas y que los mismos profesores, educadores y pedagogos puedan tener formación, tanto para educar como para detectar conductas de riesgo. La educación es un ciclo virtuoso donde todos se benefician, cuyo resultado es el progreso social.
Desde Platanomelón creamos unos materiales didácticos en formato de juego que pudiesen ayudar a madres/padres/educadores a entablar conversaciones sobre sexualidad, empezando precisamente por el cuerpo y los genitales. Empezar a llamar los genitales por su nombre podría ser ya un buen comienzo, ¿no?
¿Por qué nos cuesta tanto hablar de sexo con nuestros hijos?
Hay muchas razones que pueden crear vergüenza o desconfianza a la hora de hablar de educación sexual con los hijos. Entre ellas, una mala relación con la sexualidad, falta de información, preconceptos y prejuicios y, sobre todo, porque nadie nos ha educado a nosotros.
Cuando un tema es socialmente un tabú, es difícil que lo normalicemos y lo integremos en nuestras conversaciones diarias. En realidad, nosotros mismos somos los que tenemos una mala educación sexual.
Lo bueno es que nunca es tarde para buscar información y herramientas para ser un buen referente de educación: Este libro tiene precisamente este propósito.
En vuestro canal de YouTube contáis con más de 1 millón de seguidores, lo que muestra la gran demanda de información que hay sobre estos temas. ¿Cuáles son los temas que más interés generan?
Generalmente, los jóvenes, que son quién mayoritariamente consume las redes sociales y YouTube, buscan información sobre las primeras veces y cómo realizar ciertas prácticas.
También recibimos diariamente muchísimas dudas a través de nuestro consultorio sexológico (consultorio@platanomelon.com), redes sociales y canales de atención al cliente, que nos dan una perspectiva de qué nivel de desconocimiento tienen los jóvenes (y no tan jóvenes).
Por lo tanto, es esencial que empecemos a tomarnos en serio la educación afectivo sexual, porque repercute directamente en nuestro bienestar y nuestra vida diaria: tener información nos ayuda a comprendernos, a respetar a los demás, a priorizar el placer y el autocuidado por encima de cualquier otra cosa. Y la educación sexual dura toda la vida, no es cosa de “la charla”.