Querido hijo:
Lo primero que queremos decirte es, GRACIAS. Gracias por escribirnos y contarnos. Gracias por confiar en nosotros y explicarnos algo que sabemos que te cuesta mucho y que está dentro de ti y te hace sufrir.
Lo segundo que queremos es que sepas lo muchísimo que te queremos y valoramos. Somos muy conscientes de lo buena persona que eres y lo mucho que haces por nosotros y tu familia. Eres un chico entregado, atento y muy trabajador. Lo sabemos, porque lo vemos.
Es cierto que últimamente no nos entendemos como antes y que hay más riñas de las que nos gustaría a todos. Y, sí, es desconcertante porque algunas veces no sabemos por qué sucede y no sabemos cómo gestionarlo. Y otras veces, por qué negarlo, no lo hacemos bien. Ojalá entiendas que no somos perfectos y que, a veces, simplemente nos equivocamos. Espero que perdones nuestros errores.
Tienes razón, nos encantaría que te hubieras quedado en esa edad temprana en la que parecía que todo iba a las mil maravillas. Pero no pensamos eso porque no te queramos hoy, sino porque, sinceramente, vemos que te haces mayor y que cada vez nos necesitas menos… Y eso, eso nos da mucha pena. Hemos pasado de estar todo el día juntos compartiéndolo todo a verte de forma intermitente. Y, créenos, sabemos que esto es lo normal, pero nos cuesta aceptarlo. Nos cuesta mucho.
La carta que nos escribiste nos ha permitido ver con tus ojos, sentir con tu corazón y escuchar a tu razón, tal y como anhelabas. Y ha sido increíble descubrir todo lo que hay dentro de ti. Increíble y sorprendente. No teníamos ni idea de tus sufrimientos y miedos. Ahora que nos lo has explicado, podemos ayudarte de verdad. Y, ¡podemos quererte mucho más!
Para unos padres es difícil asumir que sus hijos ya no dependen de ellos
Ahora sabemos que debemos darte espacio, dejarte hablar y expresar, confiar en esas “locuras” que comentas y buscar espacios en los que podamos hablar con calma o simplemente escucharnos desde el silencio. Pero no queremos mentirte, hijo, eso no va a ser fácil y te pedimos paciencia. La misma que nosotros debemos tener contigo. Es una nueva manera de relacionarnos que necesita de un tiempo de adaptación. Pero estamos convencidos de que si todos tenemos el mismo objetivo, lo vamos a conseguir. Es lo que tiene quererse, ¿verdad?
¡Ah! Por cierto, también queremos que te quede claro que confiamos muchísimo en ti. Y confiamos porque nos has demostrado muchas veces que eres un chico sensato, responsable y atento. Precisamente por eso, estos últimos meses no entendíamos ciertos cambios de actitud. Ahora sí. Ahora vemos que sigues siendo tú, el de siempre, pero con “modificaciones”. Te nos haces mayor… Y ahí es donde te pedimos que tú también intentes entendernos. Para unos padres es difícil asumir que sus hijos ya no dependen de ellos, que cada vez saben manejarse mejor solos, que somos “sustituidos” por amigos, parejas, trabajos… Después de tantos años juntos y compartiéndolo todo, de repente, parece que todo se acaba… Ahora sabemos que no, que simplemente cambia. Y el cambio parece que va a ser a mejor.
Eso es lo que más nos desespera, lo que más nos ha impedido estar cerca de ti en estos momentos de cambio. Espero que entiendas que no ha sido voluntario, sino más bien una dificultad de aceptación. Aceptar algo tan sencillo y complicado a la vez como que te haces mayor.
Sólo tú debes decidir sobre tu vida, pero no tú solo
Y claro que teníamos expectativas contigo, pero en ningún momento las teníamos creyendo que tú no las tenías, sino deseando lo mejor para ti. Tienes que saber que nosotros estamos a tu lado y que te apoyaremos en todo lo que decidas. Solo te pedimos que escuches también lo que nosotros podamos decirte, ya que te conocemos y podemos aportar luz en tu oscuridad, ¿no crees?
Hagamos ese trato: nosotros confiamos y tú confía. Y la decisión sobre tu vida, la tomas tú, por supuesto. Hace tiempo, a un amigo nuestro, Antonio Sastre, le escuchamos decir algo que nos parece clave para este momento que estás viviendo: “Sólo tú debes decidir sobre tu vida, pero no tú solo“.
Esta es nuestra respuesta, hijo. Te queremos más allá del infinito, lo sabes. Estamos a tu lado, queremos acompañarte a lo largo de tu vida y ser aquello que necesites que seamos. Somos tus padres y queremos ofrecerte todo aquello que te ayude a ser mejor y feliz. No tenemos otro objetivo en la vida.
Gracias por demostrarnos, una vez más, lo maravilloso que eres al escribirnos esta carta tan increíble. Estamos convencidos de que, desde ya, todo va a ir mejor porque los tres tenemos el corazón puesto en aceptarnos, querernos y mejorarnos. Tú nos haces mejores, hijo.
Te queremos,
Tus padres
