Las redes sociales les (nos) hacen más infelices

Miguel Salas es un gran profesor (el que cualquier alumno, madre o padre en su sano juicio le gustaría tener) con el que es un placer conversar sobre educación.

Miguel ha llegado a la conclusión de que los alumnos (y nosotros también) somos más infelices con las redes sociales, pero que, a pesar de ello, no tiene ninguna pinta de que las vayan (vayamos) a abandonar. Probablemente ni siquiera a moderar.

Somos más infelices con las redes sociales

Su reflexión no es gratuita, es fruto de preguntar a sus alumnos y obtener esa respuesta.

El profesor Salas les propone a los alumnos ver un vídeo en el que se ironiza de forma algo cruel sobre nuestra dependencia de los móviles hasta un punto que es ridículo e inhumano. Por ejemplo, ante el suicidio de un joven lanzándose desde un rascacielos, los presentes están preocupados en grabar todo el proceso hasta la muerte para así poder compartirlo. Se muestran, en cambio, indiferentes a la persona que ha tomado la drástica decisión de quitarse la vida; una vez realizada la grabación marchan de la escena sin que, aparentemente, se les vea afectados.

A continuación, puedes ver el vídeo que acumula más de once millones de visualizaciones y cuyo título acaba preguntándose “¿estás perdido en el mundo como yo?“.

 

Una vez realizado el visionado, el profesor nos cuenta que algunos alumnos se revuelven incómodos en sus asientos, se sienten molestos al verse reflejados en escenas que no les deja nada bien. El sabio maestro lidera al grupo y les pregunta, intercambian ideas e intenta que los alumnos emitan un juicio sosegado, crítico.

Ese diálogo es apasionante, enriquecedor para los alumnos y para el profesor. Llega el momento de preguntar: “¿Consideráis que las redes sociales os hacen más infelices?“. La respuesta mayoritaria es la esperada: “SÍ, somos más infelices”. “Lo lógico sería dejar lo que os sienta mal”, les plantea el profesor. “Pero, ¿cómo vamos a dejar de estar allí, dónde pasa todo?”, devuelven en forma de pregunta retórica los alumnos.

No tenemos respuesta para esta paradoja (o quizás incongruencia), pero imaginamos a los alumnos pensativos, deseando contestarse, o al menos planteándose que algo no funciona y que quizás haya que arreglarlo. E imaginamos al profesor Miguel Salas con una mezcla de preocupación y satisfacción. La preocupación de ver que sus alumnos son más infelices y la satisfacción de haberles hecho parar y pensar. No es poca cosa.

Y a ti y a tus hijos, ¿os hacen más infelices las redes sociales?

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Leo Farache

Nacido en Madrid, de la añada del 63. Su vida profesional ha estado ligada al mundo de la comunicación, gestión, marketing. Ha dirigido algunas empresas y escrito tres libros (“Los diez pecados capitales del jefe”, “Gestionando adolescentes”, “El arte de comunicar”). Ha ejercido de profesor – “una profesión que nos tenemos que tomar todos más en serio” – en la Universidad Carlos III, UAM y ESAN (Lima) en otras instituciones educativas. Es padre de tres hijos y ha encontrado en la educación su elemento. Fundó en 2014 la empresa Educar es todo desde donde opera esta iniciativa cuyo objetivo es ofrecer ideas e inspiración educativa a madres y padres que quieren saber más para educar mejor.

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