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Los 10 errores más frecuentes que cometemos al instalar una sillita en el coche

Asegurar la seguridad vial de nuestros hijos no solo pasa por instalar un sistema de retención infantil, sino también por utilizarlo correctamente. Te contamos los errores más comunes

Este 22 de marzo entrará en vigor la nueva Ley de Tráfico de la Dirección General de Tráfico. Los principales cambios de la nueva Ley de Tráfico en el contexto de seguridad infantil tienen que ver con el Sistema de Retención Infantil (SRI). La normativa actual considera infracción grave la no utilización de sistemas de retención infantil (SRI) en el transporte de menores que estén obligados a usarlo. Sin embargo, a partir de marzo de este año la norma se endurecerá, e incluirá también el uso inadecuado de los SRI. Es decir: el conductor que lleve a un menor sin su correspondiente SRI o este no sea utilizado de forma correcta, será sancionado por una infracción grave que acarreará la pérdida de 4 puntos del carnet.

Según la Dirección General de Tráfico, “El SRI reduce un 75% las muertes y un 90% las lesiones”,  por lo que el endurecimiento de las penas puede ayudar a que los conductores tomen más conciencia acerca del uso obligatorio y adecuado de estos sistemas de protección.

Ahora bien, ¿cómo sé que estoy haciendo un uso correcto de el SRI? Ayer tuvimos la suerte de contar con Josép María Vallés, uno de los mayores expertos en seguridad vial infantil de nuestros país, formador para las Naciones Unidas y Presidente de la Fundación SmartBaby, en un webinar en el que nos contó los 7 errores más frecuentes que cometemos al instalar y usar una sillita infantil.

Los repasamos:

1. No ir a una tienda especializada a pedir consejo

La silla perfecta no existe, depende de nuestras necesidades. Por tanto, un error común es comprar una silla sin antes haber hecho un análisis de lo que tiene que tener nuestra silla para ser segura y válida. Es un tema complejo, por lo que la recomendación es acudir a una tienda especializada, contar nuestras necesidades y dejarnos asesorar por un profesional. De esta forma, nos aseguramos de que estamos haciendo una compra segura y adaptada a nuestras necesidades.

2. No leer el manual de instrucciones

Instalar una silla no es difícil, instalarla correctamente, sí. Quizá difícil no sea la palabra, pero sin la formación adecuada puede ser una tarea complicada. Por tanto, siempre debemos leernos el manual de instrucciones de nuestra silla. “No vale preguntar a nuestra vecina cómo instaló ella su silla, cada silla es diferente y tiene sus modos, por tanto, lo más seguro es seguir a rajatabla el manual de instrucciones de la nuestra. Y, ante cualquier duda, llamar al fabricante”, nos dice Josep María.

3. Llevar a los niños con demasiada ropa

Abrigo y silla infantil son una mala combinación. Recientemente, la cadena de TV americana NBC advertía del riesgo de que los niños viajen en la silla infantil con el abrigo puesto. Para demostrarlo, el conocido periodista Jeff Rossen coloca un niño que viste anorak en una silla con arneses. Aprieta los arneses, y todo parece correcto. A continuación, baja al niño del coche, le quita el anorak y lo vuelve a sentar en la silla. Para sorpresa de todos, la distancia entre el arnés y el hombro del niño es de unos 10 cm, lo que en la práctica equivale a llevar el arnés sin abrochar. En caso de accidente, los tirantes se van a abrir, los hombros se van a quedar sin sujeción y el niño va a salir despedido fuera de la silla. Así pues, sujetar a un niño en la silla de seguridad con el abrigo puesto, ya sea con arnés o con el cinturón de seguridad del vehículo, no es la mejor idea. Es cierto que lo más rápido y cómodo es sentar al niño con el abrigo puesto, pero no es lo más seguro. El consejo, si hace mucho frio, es arrancar el coche y poner la calefacción durante unos minutos hasta que la temperatura interior del coche sea soportable. En caso de que vayamos con mucha prisa, “una vez hayamos abrochado a nuestro hijo, le colocamos el. abrigo por encima, a modo de manta”. nos aconseja Josep María.

4. No desconectar el airbag del copiloto en caso de tener que llevar la silla en el asiento delantero

“En caso de accidente, el problema no es solo que el airbag impactará sobre la cabeza de nuestro bebé, sino que el airbag se hincha a una temperatura de 600 grados, causando a nuestro hijo unas enormes quemaduras”, nos alertaba Josep María en el webinar. También conviene recordar que en España solo está permitido llevar a un niño en el asiento delantero si los asientos traseros ya están ocupados con sillas infantiles de otros niños.

5. No respetar el reclinado máximo de las sillas

Las sillas tienen un reclinado máximo, pero a veces, para que el niño duerma a gusto, lo forzamos y lo reclinamos más de la cuenta. ¿Qué ocurre? El llamado efecto submarino, que Josep María explica así: “El niño se va escurriendo hacia abajo, con las consecuencias que esto tiene: el cinturón central se nos clava en las parte blandas y el lateral en el cuello, por tanto, respetar siempre el reclinado máximo deNo  la silla, es el que es por algo”.

6. No tensar lo suficiente el arnés

A algunos padres y madres les da miedo tensar el arnés demasiado por si oprimen al niño. El problema es que la tendencia es a tensarlo de menos, por lo que el niño no irá bien sujeto y en caso de accidente, saldrá disparado. ¿Cómo sabemos que hemos ajustado el arnés correctamente? Josép María nos da la clave: “una vez puesto el arnés, nos debe poder pasar la mano entre el arnés y el cuerpo del niño, pero de una forma muy justa, que no haya holgura”.

7. Añadir o quitar elementos o accesorios a los SRI

Las sillas pasan muchas pruebas de coche para saber si son seguras en caso de accidente, pero “si quitamos piezas o le añadimos otras, no sabemos cómo se va a comportar la silla. Por tanto, no añadir cojines, ni pañuelos ni reductores universales. Si la silla no le va bien al niño, hay que cambiarla, porque estos experimentos van a ser problemas en caso de choque o frenazo”.

8. Elegir sillas de segunda mano

Las sillas no tienen fecha de caducidad, pero no son eternas, con el paso del tiempo pierden sus propiedades. El sol, los cambios de temperatura… van desgastando los materiales, reduciendo su capacidad de amortiguación, de flexibilidad y, con el tiempo, no garantizan la seguridad de nuestros hijos. Por este motivo Josep recomienda no ir heredando sillas de familia en familia. “Obviamente, si mi hermana ha usado una silla un par de años y sabemos que la ha tenido en buenas condiciones, podemos heredarla, pero no recomiendo comprar sillas de segunda mano, de las cuales no conocemos el estado ni las condiciones en las que han sido utilizadas”.

9. Llevar a los niños a favor de la marcha

Un recién nacido tiene el 25% del peso del cuerpo en la cabeza, y la musculatura de su cuello todavía no tiene la fortaleza suficiente como para sujetarla. Los hombros, además, son muy estrechos. Si a un bebé lo colocamos mirando en el sentido de la marcha y lo sujetamos a la silla con arneses, su cabeza va a salir despedida con mucha fuerza en caso de accidente y sus frágiles cervicales no van a ser capaces de retenerla. La elongación que se puede producir en el cuello del bebé puede llegar a ser de más de 5 cm, y es evidente que las lesiones que se generan pueden ser gravísimas. Si al mismo niño lo colocamos en sentido contrario a la marcha, en caso de accidente la cabeza y la espalda se van a apoyar en el respaldo de la silla, y la energía del impacto se va a disipar en un área muy grande. La función del arnés en este caso será la de evitar que el niño salga de la silla en el movimiento de rebote, que es únicamente del 26% del total. Esta es toda la teoría que hay detrás de las sillas que se instalan en sentido contrario a la marcha: dar tiempo a que la cabeza del bebé pierda peso en comparación con el cuerpo, a que la musculatura de su cuello se refuerce y a que los hombros ganen tamaño como para poder alojar el cinturón de seguridad del automóvil. Así pues, “el consejo es mantener a los niños en contra de la marcha hasta los 4 años, edad en la que su cabeza ya ha perdido peso en comparación con el cuerpo, su cuello se ha fortalecido y los hombros pueden soportar el cinturón de seguridad del coche.”, nos dice Josep María.

10. Bloquear la silla con el asiento delantero

Con la mejor de las intenciones, tendemos a bloquear la silla de nuestro hijo con el asiento delantero para tratar de que no se mueva. Esto es un error. “Hay que dejar unos 4-5 centímetros entre la silla y el asiento delantero.

Si te ha resultado útil la información, puedes consultar el webinar completo en este enlace o acudir a la web de la Fundación Smartbaby.

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Hoy seremos nosotros quienes te demos las gracias por confiar en nuestro trabajo. Mañana serán tus hijos quienes te agradezcan haberte formado en tu labor educativa y haber pensado en ell@s.

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María Dotor

María Dotor

Periodista especializada en educación y crianza
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