Mejor libres que felices

¿Qué quieres para tus hijos? He formulado esta pregunta en muchas ocasiones. La mayoría de las madres y padres contestamos que lo que queremos es que nuestros hijos sean felices. Pero yo prefiero que sean libres y les he educado siempre para eso. Lo que deseo, de todo corazón, es mis hijos sean libres.

Hace muchos años le pregunté a mi hijo David para qué estudiaba (creo que tendría alrededor de catorce años y era un estudiante brillante). Él me contestó que para saber más. Le contesté que creía que esa no era una respuesta suficientemente buena, motivadora para dedicarle esfuerzo al estudio. ¿Para qué estudio? me preguntó, curioso. Creo que estudias para ser libre, le contesté.

Creo que hay muchas ventajas cuando educamos para que nuestros hijos sean libres y no tantas cuando lo hacemos para que sean felices. Ser libre puede hacerte feliz. Pero ser feliz no tiene por qué hacerte libre y vivir, en esa posible ausencia de libertad, es vivir una vida limitada, escasa.

Educar a nuestros hijos y alumnos en la libertad es proteger su dignidad, anteponiéndola a posibles ofertas que les llegarán prometiéndoles felicidad a cambio de, quizás, cercenar su lealtad, decoro, honradez. Educar en la libertad es educar para hacer un mundo mejor.

Educar a nuestros hijos en libertad es construir seres humanos íntegros, capaces de pensar y decidir distinguiendo el bien del mal y no actuando por el qué dirán.

Educarles para que sean libres es proveerles de esa maravillosa herramienta para la vida que es la disciplina. Si son libres sabrán controlar sus pasiones, sus vicios y anteponer su libertad a su ego, a “el que dirán”.

“El triunfo del despotismo es forzar a los esclavos a que se declaren libres. Puede que no haga falta fuerza alguna. Los esclavos pueden proclamar con sinceridad su libertad, pero eso no les hace menos esclavos” escribió Isaiah Berlín. Cambia la palabra despotismo por felicidad y quizás encuentres un sentido actual a esta sentencia. Parecemos esclavos del objetivo de ser felices sin reparar si la búsqueda de ese objetivo nos está haciendo esclavos.

Que nuestros hijos sean libres no significa que sus convicciones sean absolutas y que puedan ejercer su criterio sin respetar a los demás. “Darse cuenta de la validez relativa de las convicciones propias y, no obstante, defenderlas resueltamente, es lo que distingue a un hombre civilizado de un bárbaro”, escribió Schumpeter.

El principal obstáculo que muchas personas encuentran para educar en el concepto de libertad a sus hijos es que ellos no lo son y creen que sus hijos tampoco lo van a poder ser. Han llegado a la conclusión de que “la vida es así”, que no está diseñada para que seamos libres. Muchos de ellos son víctimas de las apariencias, de sus miedos a perder. “La libertad no está en tener, está en ser”, enunció Erich Fromm.

Ser libre no significa ser rico, ni no ir a trabajar. Los anuncios de la Lotería nos venden esa idea, “el dinero nos hará libres, nos hace dueños del tiempo”, nos dicen. Pero no, la educación es la que nos hará libres. Nuestra capacidad para analizar nuestra vida, nuestras relaciones con los demás y tomar decisiones considerando esa información es la que nos permitirá disfrutar de esa libertad.

Si tu hijo aprende a ser libre es muy posible que sea muchas veces en su vida feliz. Por eso te propongo mejor libres que felices.

Aprovecho para sugerir a la Loterías y Apuestas del Estado que eviten prometernos lo que no es. Y encima lo hacen con dinero público.

[the_ad id=”77749″]

Picture of Leo Farache

Leo Farache

Nacido en Madrid, de la añada del 63. Su vida profesional ha estado ligada al mundo de la comunicación, gestión, marketing. Ha dirigido algunas empresas y escrito tres libros (“Los diez pecados capitales del jefe”, “Gestionando adolescentes”, “El arte de comunicar”). Ha ejercido de profesor – “una profesión que nos tenemos que tomar todos más en serio” – en la Universidad Carlos III, UAM y ESAN (Lima) en otras instituciones educativas. Es padre de tres hijos y ha encontrado en la educación su elemento. Fundó en 2014 la empresa Educar es todo desde donde opera esta iniciativa cuyo objetivo es ofrecer ideas e inspiración educativa a madres y padres que quieren saber más para educar mejor.

Añade aquí tu texto de cabecera

Añade aquí tu texto de cabecera