Cuando nuestros hijos son bebés es muy normal que se hagan pis en la cama: no tienen control en sus impulsos, entre ellos saber cuándo y dónde pueden hacer pis. Sin embargo, a partir de los 5 años de edad, que nuestros hijos e hijas se hagan pis en la cama puede ser un signo de enuresis, es decir, de escapes de orina nocturnos no intencionados o voluntarios.
Cuándo es señal de alarma y debemos acudir al médico
Según la Asociación Española de Pediatría, se debe considerar que un niño tiene enuresis cuando se hace pis “al menos dos veces por semana durante un mínimo de tres meses consecutivos, en un niño/a con una edad cronológica de por lo menos 5 años“. Si se da con esa frecuencia, es necesario acudir a un especialista pediatra para que pueda hacer una revisión y proporcionar un tratamiento si lo considera necesario.
Si nuestro hijo se ha hecho pis durante la noche en la cama de una forma puntual sin una frecuencia seguida durante un mínimo de meses, no deberíamos considerar que tiene un problema de enuresis y deberíamos dejar que sea él mismo el que vaya controlando. Eso sí, hay que tener en cuenta que a partir de los 9 años este problema debería estar completamente erradicado. Si no ha cesado, se ha de acudir al médico.
Algunos factores biológicos que pueden incrementar la enuresis son: la tendencia genética (si como padres y madres nos hemos hecho pis en la cama, nuestros hijos tienen mayor probabilidad de que lo padezcan), tener trastornos del sueño, tener estreñimiento y encopresis (evacuación de heces en numerosas ocasiones); asimismo, repercuten otros factores psicosociales como las situaciones estresantes, problemas emocionales y la clase social.
Claves para ayudar a nuestro hijo a no hacerse pis
Os proporcionamos algunas pautas que da la Asociación Española de Pediatría para ayudar a nuestros hijos a prevenir la enuresis
- Reducir el consumo de líquidos antes de ir a dormir
- No culpar a nuestro hijo de hacerse pis, ni usar castigos
- Dejar que nuestro hijo colabore en recoger las sábanas sin que haya un juicio por ello
- Usar una comunicación afectiva con nuestro hijo
- Sistemas de recompensa (como por ejemplo, usar gráficos de estrellas para las noches secas)
- Levantar y despertar a los niños durante la noche para que orinen o usar un despertador para que ellos mismos vayan yendo al baño solos
Estas son algunas pautas preventivas, pero si vemos que no se reduce el problema, es necesario acudir a un pediatra.
