Mi mujer es una experta educativa y no la aguanto

Supongo que no todos, pero la mayoría, estaremos de acuerdo que normalmente ellas se ocupan mucho más que nosotros de nuestros hijos. O al menos, así ha sido hasta la fecha.

Conozco a muchas madres que se han preparado y se siguen preparando muy bien para la tarea de educar; compran y leen libros, acuden a eventos, se han suscrito a cursos… Se han tomado muy en serio la labor de ser madre. Tan en serio que algunos de sus maridos (Juan, estoy pensando en ti) suscriben y manifiestan la frase que da título a este artículo: “Mi mujer se ha convertido en una experta educativa y te juro que no la aguanto”.

Es curioso que tanto interés por un proyecto en común como pueden ser los hijos, pueda producir tanto rechazo, displicencia en quien tanto tiene que aprender. Normalmente, ese padre desinteresado solo da valor a su opinión, la cual, por cierto, ha sido formada “en la experiencia y el sentido común”. Así vemos al señor en cuestión reaccionando con desprecio faltón a la portavoz de opiniones contrastadas por el conocimiento y la ciencia.

Escuché decir al neurocientífico argentino Mariano Sigman que con quien nos mostramos más agresivos y menos flexibles en nuestras conversaciones es con aquellos a los que conocemos más, con los que más confianza tenemos. La confianza da, sí señores, algunas veces asco.

Desde esta privilegiada tribuna que es Educar es todo, un espacio dirigido a madres y padres que quieren saber más para educar mejor, me permito humildemente dirigirme al padre desinteresado y quizás un poco irrespetuoso y a la madre muy interesada, pero que quizás no haya sabido, por el momento, canalizar adecuadamente ese interés.

A ti, padre:

– El interés de tu mujer merece un premio, no el castigo de tu indiferencia y poca valoración. Recuerda que vuestros hijos son de los dos y que es en tu casa donde ellos van a tener la oportunidad de formarse como personas y ser protagonistas del mundo. Quizás creas que no hay nadie que pueda enseñarte nada como educador de tus hijos, en cuyo caso debo decirte que es bueno que te des un baño de humildad. Te ruego que te des una oportunidad y escuches atentamente con cariño a quien está informándose por los dos. Te pido que trates de tener conversaciones constructivas y que adoptes el rol de alumno interesado que pregunta evitando hacer valoraciones precipitadas (¡qué tontería! ¡vaya exageración!) o anacronismos (¡eso se soluciona de toda la vida con una bofetada!).

A ti, madre:

– Es una maravilla que estés tomando tanto interés, pero quizás sea bueno que valores si estás pretendiendo que tu afán sea el mismo que el de tu pareja. Sin duda, algunas veces te gustaría sentirte más acompañada. Súmale a través de conferencias cortas de los mejores expertos, de datos que sean irrefutables, cuéntale escenas cotidianas sobre las que puedas construir un mensaje ilusionador y potente, pero acepta que a lo mejor tu interés va a ser mayor que el suyo.

Hay cosas en la vida que cambian la vida. Asuntos que se verbalizan fácilmente pero que se ejecutan con mucha mayor dificultad. Y uno de esos asuntos, aparentemente nimios, es hacer un gran equipo con tu pareja educando a tus hijos. La ilusión compartida por celebrar los éxitos, por afrontar juntos los reveses, por tener un proyecto común hacen que la vida sea muy diferente que cuando cada uno va por su lado, una de experta y otro de desinteresado criticón.

Si vuestro espíritu es de una colmena educativa, vosotros y vuestros hijos os lo agradeceréis y agradecerán.

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Leo Farache

Nacido en Madrid, de la añada del 63. Su vida profesional ha estado ligada al mundo de la comunicación, gestión, marketing. Ha dirigido algunas empresas y escrito tres libros (“Los diez pecados capitales del jefe”, “Gestionando adolescentes”, “El arte de comunicar”). Ha ejercido de profesor – “una profesión que nos tenemos que tomar todos más en serio” – en la Universidad Carlos III, UAM y ESAN (Lima) en otras instituciones educativas. Es padre de tres hijos y ha encontrado en la educación su elemento. Fundó en 2014 la empresa Educar es todo desde donde opera esta iniciativa cuyo objetivo es ofrecer ideas e inspiración educativa a madres y padres que quieren saber más para educar mejor.

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