Cuando nace tu hijo, nacen también un sinfín de oportunidades para ti, mamá, y también para ti, papá. Como si volvieras a nacer de nuevo. ¡La vida te da una segunda oportunidad para crecer y desarrollarte como persona de la mano de tus hijos! ¡Qué regalo tan maravilloso!
Preguntarte quién quieres ser como padre o madre te llevará a reflexionar qué es importante para ti. Cuáles son tus prioridades. Tu hijo va a exigir lo mejor que puedas ofrecer y esto implica –lejos de abrumarte por un exceso de responsabilidad y perfeccionismo- que te cuestiones muchos “por qué” y “para qué”; que revises qué es coherente con tus valores; que te plantees cambiar lo que necesita ser cambiado, así como dar base sólida a aquello que da verdadero sentido a tu vida.
Puede ser también que te haga reconectar con tu niño o tu niña interior… ¡Probablemente lo tengas ya un poco olvidado! “Nunca es tarde para tener una infancia feliz”, cuando leí esta cita me llegó muy hondo. La repetí mentalmente varias veces en mi interior y me llevó a algunas reflexiones que me gustaría compartir con vosotros y vosotras.
La maternidad y la paternidad es una etapa en la vida en la que podemos reconciliarnos con nuestros conflictos de la infancia y darles sentido. El pasado es el que es, no lo podemos cambiar pero sí podemos modificar la valoración que hacemos del mismo, darle una explicación a nuestro guión de vida que le dé sentido proporcionando una interpretación más sabia que nos regale paz y serenidad, en lugar de resentimiento, disculpar a nuestros padres por sus fallos y errores pues hicieron lo que pudieron o supieron hacer y, sobre todo, darles las gracias por todo el camino recorrido hasta el día de hoy.
Puedes RENACER, renacer con y junto a tu hijo. Tu hijo puede ser tu maestro, tu guía… Te recordará que “lo esencial es invisible a los ojos” como decía El Principito. Te reconectará con la curiosidad y el asombro por todo lo que os rodea. Te mostrará que la motivación y la pasión por las cosas nace de tu interior y no nos hemos de empeñar en buscarla allí fuera, que la ilusión es el verdadero motor de la vida y que no hay que descuidarla nunca. ¡Te avisará cuando no vivas y disfrutes del presente!, cuando te encalles en el pasado y estés preocupado o ansioso por el futuro.
Los niños son PRESENCIA, están enfocados en el Aquí y el Ahora, centrados en lo que está ocurriendo mientras tiene lugar, con una actitud expectante, curiosa, sin juicios… Tu hijo te hace un regalo vital y trascendente para entender la vida, LA PRESENCIA, un regalo que se nos concedió cuando vinimos al mundo y perdemos por el camino cuando desconectamos de la realidad y del presente, con lo que acontece en este preciso momento. Algunos de los problemas que tenemos los adultos es por no aceptar la realidad tal y como se presenta, cuántas veces pensamos que “lo que es, no es lo que debería ser a nuestro parecer”. Esto nos hace ser profundamente infelices, impidiéndonos disfrutar de aquello que nos regala la vida.
¿Quieres disfrutar? ¿Te atreves?
Os invito a que veáis este vídeo tan inspirador que muestra la reacción de una niña cuando siente la lluvia por primera vez. Probad, en cuanto tengáis ocasión, y disfrutad con vuestro hijo de esta o de una experiencia similar, que sintáis la lluvia, que la disfrutéis verdaderamente como si fuese la primera vez, como si fuerais niños…. Con curiosidad, sin juicios, con presencia.