Sabemos que los cuentos son una herramienta poderosa. Para desarrollar la imaginación, la creatividad, el amor por la lectura y la escritura… y para tantas y tantas cosas. Además, como dice Paula Merlán, maestra de Educación Primaria, escritora de más de veinte libros para niños -traducidos a varios idiomas- y madre, las historias que entrañan nos permiten a las madres y padres poder reforzar el vínculo con nuestros hijos, comunicarnos con ellos, comprenderlos, validar sus emociones y, en definitiva, acompañarlos en su crecimiento y desarrollo. En esta pequeña charla nos explica también cómo podemos transformar los malos hábitos que adquieren de pequeños y convertirlos en buenos, teniendo el amor, la paciencia y la constancia como baluartes.
‘Los piratas no se hacen pis en la cama’, ‘Morderse las uñas’, ‘El dedo en la nariz’… vuelves a centrarte en los buenos hábitos de nuestros hijos con este nuevo cuento ‘Yo no me chupo el dedo’…
El contacto con los peques de mi entorno hace que muchos de estos temas (hábitos de higiene, desarrollo y crecimiento) me inspiren en mi día a día como escritora. Escribir sobre ellos es casi una necesidad, así que para mí son importantes, sobre todo porque en este tipo de cuentos los pequeños lectores se identifican mucho con la trama y con los personajes. El toque de humor hace que se acerquen a la lectura de forma divertida y motivadora. ‘Yo no me chupo el dedo’ es una historia con la que los peques conectan enseguida.
¿Es importante validar estas conductas o debemos corregirlas en cuanto vemos que se producen?
Muchos de estos comportamientos se realizan de forma inconsciente o involuntaria a edades tempranas. Cada niño o niña tiene su propio ritmo y no debemos hacer que se sientan mal porque se les escape el pis o se muerdan las uñas. Fomentar el diálogo a través de los cuentos es una herramienta muy poderosa a la que podemos recurrir y nos permite llegar a ellos de una forma natural y sin agobios. Ningún cambio llega, por lo general, de la noche a la mañana, así que lo importante es darles tiempo y acompañarlos, pues todo cambio llegará en su momento.
¿Estamos a tiempo, a cualquier edad, de ‘corregir’ este hábito en nuestros hijos?
Sí. Debemos ser pacientes y transmitirles tranquilidad. Cualquier mal hábito puede ir transformándose en uno bueno desde la comprensión, el cariño y el aprendizaje mutuo. Ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos.
“Cualquier mal hábito puede ir transformándose en uno bueno desde la comprensión, el cariño y el aprendizaje mutuo. Ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos”, dice Paula Merlán
¿Qué podemos hacer los padres más allá de recurrir a los cuentos como herramienta para ayudar a nuestros hijos?
Podemos dialogar mucho con ellos transmitiéndoles la importancia de tener una buena higiene, pues ello influirá en su salud de forma positiva. Debemos acompañarlos en todo el proceso siempre desde el amor y la empatía, evitando los reproches y las comparaciones con otros peques.
El sentimiento de culpa es algo que nos persigue a las madres y padres desde el mismo momento en el que tenemos a nuestros hijos. ¿Hay algo que podamos hacer para evitar que acaben mordiéndose las uñas, chupándose el dedo, metiéndoselo en la nariz…?
Es importante no agobiarse, los niños pasan por muchas etapas y circunstancias, también sufren y tienen sus preocupaciones y las manifiestan de distinta forma. Creo que el tiempo, la paciencia y la comprensión es lo más importante en estos casos. Pero si, además, contamos con esa ayuda extra de los cuentos, la música, el juego… es genial. ‘Yo no me chupo el dedo’ combina estos tres aspectos.
¿Qué te llevó a plantearte escribir cuentos no solo para entretener a los peques, sino también para darles herramientas? ¿En qué te inspiras?
Cada día en mi trabajo de maestra, y también como madre, me encuentro con estas situaciones y otras similares que me llevan a pensar en la importancia de escribir sobre ello. Los niños/as son pura fuente de inspiración para mí y muchas veces es una necesidad expresar aquello que me ronda por la cabeza, si además mis historias pueden ayudar a cambiar o mejorar algunos de esos hábitos, fantástico.
Si te preocupa inculcar buenos hábitos en tus hijos y quieres hacerlo de una manera lúdica, en nuestra plataforma dispones del curso ‘Jugando a educar’, al que puedes acceder aquí.
