¿Por qué mi hijo no quiere soltar el videojuego?

En muchas familias, el momento de pedir a los hijos que apaguen el videojuego,  dejen a un lado el móvil o guarden la tablet, puede ser uno de los más difíciles durante el día.

Cuando hablamos de educación de los hijos, en la mayoría de los temas tenemos  la referencia, ya sea buena o mala, de lo que nuestros padres hacían o decían. Con el uso de dispositivos electrónicos los padres estamos ante una nueva situación que, en muchas ocasiones se sale de control y no se sabe manejar.

Con el uso de dispositivos electrónicos los padres estamos ante una nueva situación que, en muchas ocasiones se sale de control y no se sabe manejar.

En primer lugar, puede ser de ayuda entender que un dispositivo electrónico genera segregación de dopamina. Este neurotransmisor también se dispara cuando abrazamos, reímos con nuestra familia, fumamos, bebemos o consumimos drogas, entre muchas otras cosas más. Estar un rato ante un juego en el que pasas a otro nivel, te dan estrellas y ponen música de celebración, hará que el nivel de dopamina, sea mayor y se genere placer y bienestar, haciendo que el cerebro quiera repetir la misma acción.

Una vez que tenemos esto entendido, es más fácil llevar a cabo algunas acciones que serán de ayuda para mantener un equilibrio con el uso de la tecnología:

Un dispositivo electrónico genera segregación de dopamina, el mismo que se dispara cuando abrazamos, reímos con nuestra familia, fumamos, bebemos o consumimos drogas.

  1. Limitar el tiempo es función de los padres por el bienestar de los hijos y suele ser un momento en el que se crean desacuerdos y conflictos, por lo que es muy importante tener claras las reglas, hacer acuerdos con los hijos y cumplir los tiempos que se pacten, tomando en cuenta el tiempo que implica una partida, logrando así que no tenga que dejar el videojuego sin terminar y que se pueda cumplir lo acordado.
  2. Que esté pactado un tiempo no quiere decir que sea fácil cumplirse, lo mejor es involucrar a los hijos en la regla y los tiempos que destinaremos al uso de la tecnología y transmitir que confiamos en que podrán hacerlo. También será importante validar su sentir cuando llega el tiempo de apagarlo y esto le genera enfado con algunas frases como: “claro, tú tenías ganas de seguir jugando porque conseguiste pasar a otro nivel”, “te entiendo a mí me pasa parecido cuando estoy viendo redes sociales”. Recuerda que decirle que lo entiendes, no significa que la regla o los tiempos pactados no se cumplan.
  3. Jugar con tus hijos al videojuego y preguntarle qué les gusta de ese juego, en qué consiste, qué le gusta más, ayudará a conocer mejor a tu hijo y el contenido del juego, lo cual es sumamente importante.
  4. Como en todo, los adultos somos el ejemplo. En función del uso que hacemos nosotros de la tecnología, será la manera en la que ellos se comporten. El uso del móvil en muchas ocasiones interfiere en la atención que les ponemos a nuestros hijos.
  5. Propiciar actividades al aire libre y contacto con la naturaleza es una herramienta con la que se conseguirá un equilibrio y toda la familia se dará un respiro tecnológico, entre muchos beneficios más.

 

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María Fernández Álvarez

Pedagoga, coach de Familia, madre de tres hijos y divulgadora de la importancia de la educación con amor, respeto y empatía. Es, de hecho, creadora de Educando con amor, un espacio sin juicios donde orienta, acompaña y enseña herramientas prácticas a padres, madres y profesores para conseguir una educación que tome en cuenta las emociones, el respeto y la empatía.

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