La inteligencia emocional es la habilidad que tenemos para tomar conciencia de nuestras propias emociones o las ajenas y la capacidad para gestionarlas. Es importante que los niños lo aprendan desde pequeños, pero los adultos (padres y profesores) también tenemos que entender que expresar los sentimientos no es malo, sino que nos ayuda a ser más felices.
Daniel Goleman afirma en su libro La Inteligencia Emocional que para desenvolverse en la sociedad necesitamos tanto la Inteligencia Racional como la Emocional. En este sentido, advierte que “los educadores, preocupados desde hace tiempo por los bajos rendimientos de los escolares en matemáticas y lectura, están comenzando a darse cuenta de una deficiencia diferente y más alarmante: el analfabetismo emocional”.
La Educación Emocional como asignatura
Por si fuera poco importante la felicidad en sí misma, resulta que el bienestar del niño es fundamental también para su aprendizaje. Se ha comprobado que los resultados académicos mejoran cuando se trabajan estos factores. Por eso, hay muchos países en los que ya se ha introducido la Educación Emocional en los colegios.
En España, el Gobierno de Canarias ha implantado recientemente la asignatura de Educación Emocional y para la Creatividad en el currículum de Primaria. Además, la Fundación Botín promueve desde hace diez años, de forma gratuita, la formación en inteligencia emocional. Su programa “Educación Responsable” llega a 70.000 alumnos de más de 150 centros educativos de Cantabria, Madrid, La Rioja, Navarra, Galicia y Murcia. Esta formación también está empezando a llegar a la Educación Superior. La Universidad Camilo José Cela ha incluido la Educación Emocional en la formación de los futuros maestros y la Universidad Complutense de Madrid ha puesto en marcha un Curso de Especialista en Coaching y Educación Emocional para la excelencia educativa.
Es estupendo que se enseñe a los niños a gestionar sus emociones en el colegio, pero yo le veo un pequeño inconveniente a este plan: los niños aprenden por modelos y todos sabemos que sus principales modelos somos los padres…
¿Sabemos los padres gestionar nuestras emociones?
Según las especialistas en Inteligencia Emocional de Reparando Alas Rotas, Nekane González y Virginia Gonzalo, “las emociones son reacciones internas a lo que vivimos. Están presentes en nuestra vida en todo momento (incluso cuando dormimos), lo que ocurre es que no siempre les prestamos atención. No nos han enseñado a ser consciente de lo que sentimos”.
Virginia y Nekane sostienen que “un padre SIEMPRE enseña a gestionar emociones a sus hijos: si él gestiona adecuadamente, el niño aprende a gestionar adecuadamente; si él no gestiona de una forma efectiva, el niño aprende lo mismo”.
Los expertos aseguran que existen una serie de emociones básicas que todos experimentamos y que no podemos controlar su aparición (alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y asco). Lo que sí podemos controlar es el uso que hacemos de ellas cuando aparecen. ¿Y cómo hacemos esto? Pues utilizando nuestros pensamientos, que esos sí dependen de nosotros. Ese es el “Tren del Pensamiento” del que se habla en la película de Disney Inside out.
EMOCIÓN + PENSAMIENTO = SENTIMIENTO
Según este esquema, está claro que para sentirnos bien, a gusto con nosotros mismos y felices es fundamental “gestionar” nuestras propias emociones. Si a los más pequeños les inculcamos esto desde el principio, incorporarán ese aprendizaje sin problema. Cuánto mayores somos, más difícil es “desaprender” para iniciar aprendizajes nuevos, aunque con fuerza de voluntad todo es posible.
Educar en emociones con cuentos para niños y padres
Para Reparando Alas Rotas, “educar en emociones es enseñar a gestionar nuestros miedos, a mostrarnos alternativas al enfado, a vivir de forma saludable una tristeza… aprender cómo podemos relacionarnos mejor con los demás y entender cómo se sienten…”.
Para esto son muy útiles los cuentos, porque los niños entienden la vida a través de ellos y aprenden mucho. Aseguran que Albert Einstein decía: “si quieres que tu hijo sea inteligente cuéntale cuentos. Si quieres que sea más inteligente, cuéntale más cuentos”.
Los cuentos de Reparando Alas Rotas ofrecen pautas educativas para empezar a gestionar adecuadamente las emociones. Son cuentos para niños, pero también para padres. En La casita de las emociones encontramos estrategias ante cuatro emociones básicas (alegría, tristeza, miedo y enfado). Estas estrategias pueden ser compartidas por toda la familia, lo que refuerza el mensaje que queremos transmitir.
El botiquín de Cloe contiene los utensilios necesarios para sanarnos y cuidarnos a nivel interno. En él encontramos bonitos valores emocionales a compartir para conseguir que los niños crezcan “por dentro”. Lo que se pretende es que sean los adultos los que interioricen e interpreten el significado del botiquín y que lo transmitan a los niños. Así aprendemos todos juntos. Porque nunca es tarde para aprender de nuestros hijos.
Imagen de portada: Family Walk. Fuente: GlynLowe /Flickr