Son muchas las voces entre las familias que se han levantado por el acceso y el uso que nuestros niños hacen de la tecnología. Desde hace años los expertos señalan las consecuencias que tiene para la infancia un uso prolongado de las pantallas. La cuestión es si la solución viene de la mano de la prohibición.
Grupos de whatsapp y telegram, padres uniéndose y reivindicando la necesidad de una regulación sobre el acceso que tienen los niños a determinadas informaciones, acuerdos y legislación sobre a que edad dar los móviles… pero ¿es suficiente?
Pues… es necesario pero no suficiente.
Tecnología y pantallas: La preocupación de los expertos
La comunidad educativa, psicólogos, pediatras y muchos de los profesionales que están en contacto directo con niños y adolescentes coinciden en las consecuencias, que ya se están viendo, por el (mal) uso de las pantallas:
- Reduce el tiempo de actividad social
- Influye negativamente en su desarrollo psicomotor y en la calidad del sueño
- Problemas en la atención y desarrollo del lenguaje
- Consecuencias tanto a nivel físico, cognitivo y psicológico
- Falta de concentración
- Menos tolerancia a la frustración
- Sobre estimulación para el cerebro
- Confundir realidad y ficción
- Aumenta la impaciencia y la reducción de la atención
- Se aburren, porque la vida no lleva el ritmo al que se han acostumbrado con la tecnología
Durante los cinco primeros años de vida el desarrollo se realiza de forma exponencial. La utilización de las pantallas puede hacer que se pierdan numerosas oportunidades de desarrollar habilidades interpersonales, motoras y de comunicación.
Pero un punto clave en este tema, es que el debate de los expertos, no se centra en si la tecnología es buena o mala, si no en el uso que hacemos de ella.
Pantallas y tecnología: La preocupación de las familias
Como es normal, las preocupaciones de los padres en cuanto a la tecnología son otras. Aunque tengan como base las voces de los expertos que alertan sobre este tema. Las familias están preocupadas por:
- Los peligros que tiene el acceso ilimitado al mundo digital
- La dificultad, que sienten, de retrasar la llegada del móvil a la vida de sus hijos
- Los conflictos generados a la hora de poner (y mantener) límites y normas en la utilización de las pantallas
- Las informaciones y recomendaciones que, demasiadas veces, son contradictoria
- La prohibición y el control como únicas herramientas ante el uso inapropiado de los dispositivos
Ante estas preocupaciones es muy fácil caer en la tentación de que la mejor solución es la legislación. Que haya normas y reglas que desde “arriba” regulen este tema y así no soy yo quien decide. Pero esto es echar balones fuera para evitarnos un conflicto que no sabemos como gestionar…
Es poner en manos de otros toda la responsabilidad en cuanto a la educación digital de nuestros hijos. Y eso supone que únicamente estamos poniendo una tirita al problema real. Antes o después el acceso a la tecnología llegará, ¿resolverá todas las dudas y preocupaciones la legislación?
La realidad es que el incremento del uso de las pantallas afecta negativamente al autocontrol, la estabilidad emocional y aumenta la ansiedad y la depresión. Y las familias tenemos que hacer algo ante ello.
Y entonces, ¿cuál es la solución?
La tecnología evoluciona a un ritmo que casi no nos da tiempo a seguir, pero lo que está claro es que la solución viene de la mano de que todos los agentes implicados tengamos el objetivo común de cuidar y velar por la protección de los menores.
Se necesitan objetivos y principios claros para garantizar que el uso de la tecnología resulte beneficioso. Porque tampoco vamos a engañarnos, la tecnología está presente en nuestras vida y, por el momento, no se va a marchar.
Las familias piden regulación, la comunidad educativa pide implicación de los padres, los expertos apuntan a la necesidad de formación… Y la realidad es que todo ello es necesario.
No existe suficiente regulación pero tampoco tenemos suficiente formación sobre el verdadero impacto que tienen las pantallas en los niños, ni sobre cómo solucionar los riesgos de un acceso ilimitado o evitar los perjuicios que un uso inadecuado pueda traer.
Los padres y las madres, más allá de una presión social, no tenemos poder en cuanto a la legislación, pero sí tenemos la parcela de poder dentro de cada una de nuestras familias y por ahí es por donde debemos empezar.
¿Qué puedo hacer en mi casa?
La reflexión es uno de los principales puntos de inflexión a la hora de tomar nuevas decisiones y por eso quiero invitarte a que lo hagas sobre estos cinco puntos:
- Coherencia: No olvidemos que el mayor aprendizaje de nuestros hijos nace del ejemplo: ¿Estás siendo coherente con lo que haces y con lo que dices? Y no estamos hablando sobre si el fin de semana veis una película en familia (tampoco caigamos en endemoniar las pantallas), sino sobre el uso personal y particular que haces tu de ellas y que muestras a tus hijos en el día a día.
- Formación: ¿Estamos preparados los padres para resolver las dudas de nuestros hijos en cuanto a tecnología? Los niños cuando tienen dudas acuden a sus adultos de referencia, pero si estos no están preparados para resolverlas se irán a buscarlas a otro lado. Y además, si los adultos no tenemos respuestas a nuestras propias dudas, no podremos tomar decisiones correctas. Por eso la formación en cuanto a pantallas y tecnologías comienza a ser una asignatura pendiente en las familias que debemos solucionar.
- Acompañamiento: Las pantallas y la tecnología están presentes en la vida de tus hijos y necesitan un acompañamiento y dedicación por tu parte para que aprendan a realizar un manejo responsable de ellas. Como cuando comenzaron a hablar, andar o a comer necesitan aprender y entrenarse en su uso.
- El verdadero debate: Quedarse en el sí o el no en cuanto a este tema es estar en la punta más alta del iceberg. El debate debe ser mucho más profundo y englobar muchos más puntos: Cuándo, cómo, dónde o por qué de su utilización pueden ser buenos puntos para empezar. No es cuestión (solo) de a qué edad le doy el móvil a mi hijo, sino ¿mi hijo sabrá utilizar correctamente el móvil cuando se lo de? No es si tu hijo ve o no ve dibujos, ¿te has parado a ver si la luminosidad o la rapidez visual de esos dibujos son adecuados para su edad?
- Tendencia: En crianza y educación son numerosas las veces que se comienzan a debatir temas porque se ponen de moda. El uso de las pantallas y la tecnología es un tema suficientemente serio como para que el debate entre las familias se realice desde la rigurosidad y no desde la tendencia.
La colaboración y la unión de las voces de las familias son un gran punto de partida. Ha hecho que se potencie la voz de alarma ante un tema que preocupa desde hace mucho tiempo. Esperemos que el poder legislativo y la industria hagan su trabajo, pero mientras tanto las familias podemos dar pasos para hacer el nuestro.
Rosa Rasche Santaolalla, asesora de familias. Formada en psicología infantil y adolescente, gestión emocional, Encouragement Consultant y Disciplina Positiva. Creadora de Embarazo y Crianza (www.embarazoycrianza.com) desde donde ayudo a las familias a encontrar su camino y a vivir una crianza alejada de la culpa y la ansiedad
