La adolescencia llega sin darnos cuenta, sin haberla previsto y nuestros hijos e hijas comienzan a cambiar: escogen ropa que quizás no nos guste tanto, no pasan tiempo con nosotros, quieren hacer las cosas solo con sus amigos y no nos cuentan mucho de su vida.
Dentro de esa escasa comunicación que tengamos, es posible que nuestra hija adolescente nos mienta. Puede que nos diga que que queda con su amigo pero con quien verdaderamente va a quedar es con alguien que le gusta; puede que nos diga que se queda en casa de su amiga a dormir y lo que haga es salir de fiesta; puede que nos diga que ha aprobado la asignatura y verdaderamente haya suspendido; puede que nos diga que se ha pasado encerrada en su habitación todo el fin de semana estudiando y en verdad ha estado chateando con sus amigos, etc.
Todas estas situaciones en las que las mentiras están presentes se dan muchas veces en la adolescencia. Según la educadora social y autora del libro ”El día que mi hija me llamó zorra” Sara Desirée Ruiz, hasta cierto punto las mentiras son normales cuando uno es adolescente. “Cuando empezamos a transitar la adolescencia y a experimentar con nuestra propia autonomía, cuando empezamos a buscar la distancia necesaria para construir nuestra propia identidad y desarrollarnos en función de las tareas evolutivas de la etapa, necesitamos protegernos de la mirada adulta que, a menudo, está repleta de juicios y de desconocimiento hacia lo que nos pasa”.
Causas por las que nuestros hijos nos mienten
Las personas adolescentes están en pleno esplendor de introducirse en nuevos terrenos, en espacios en los que nunca antes han estado. Esta novedad les provoca comportarse de determinada manera que anteriormente no lo hacían, como por ejemplo, mintiendo. Para la experta la causa principal que subyace en la mentira es una necesidad que no está cubierta en su vida, una forma de evitar el malestar emocional, así como “una estrategia para adoptarse a su entorno”. “No es algo que hagan de forma premeditada o porque quieran manipular a nadie, es una forma de resolver una situación que les genera malestar emocional, una estrategia para adaptarse a su entorno”, cuenta.
Algunas de las emociones que quieren evitar sentir son la vergüenza, la culpa, el miedo de decepcionar a su familia. Además, tienen la necesidad de proteger una amistad, tienen inseguridades o creen que no serán aceptados dentro de un grupo.
Nuestro hijo nos ha mentido, ¿cómo reaccionar?
Hemos descubierto que nuestra hija o hijo nos ha mentido, por ejemplo, sobre salir de fiesta. Nos había dicho que se iba a quedar en casa de una amiga, pero resulta que era una tapadera para salir de fiesta y, para más inri, con un carné falso. El primer paso que tenemos que tomar para abordar esta mentira es mantener la calma. Es complicado porque lo primero que queremos hacer es ir a buscar a nuestra hija un poco alterados para que nos dé explicaciones. Pero mantened la calma y analizad la situación en frío. Desirée Ruiz señala que debemos “explorar lo que ha podido motivar la necesidad de mentir y valorar si realmente esa mentira es algo que debamos tratar”.
Si decidimos no pasarlo por alto y tratar la mentira porque creemos que es algo importante, la educadora social remarca que debemos tratar el tema con naturalidad y como un acto que realiza nuestra hija por una necesidad que tiene dentro de su adolescencia. Es decir, deberemos abordarlo con empatía y con la intencionalidad de encontrar una solución con ella.
Tendremos que valorar si es mejor tratar el tema rápidamente o si es mejor tratarlo cuando nuestra hija esté calmada. Una vez que nos sentemos con ella, podemos seguir estos pasos.
Pasos a dar si nuestra hija nos ha mentido
- Contarle que sabemos que ha mentido. Mencionar que entendemos que quiera independencia y no contarnos todo, pero eso no significa que nos pueda mentir. También mencionarla que nos preocupamos por ella, y que mintiendo hace que nos preocupemos más.
- Repasar la secuencia de acontecimiento previos a la mentira y verbalizar el por qué se ha llegado allí. Ambas podéis hacer este proceso para ver por qué ha mentido y por qué no tiene confianza.
- Pregúntala directamente por qué se ha visto en la necesidad de mentirte.
- Pon unos límites y repásalos con ella.
- Busca una solución: Puedes darle opciones, por ejemplo: puedes salir de fiesta, pero sin carné falso y hasta cierta hora. Siempre es preferible que sea ella misma la que ofrezca sus opciones y de ahí nosotros negociemos.
- Revisa las causas por las que tu hija y tú habéis perdido confianza y te miente: ¿es por la adolescencia o hay algo más atrás? ¿Les hemos hecho comentarios positivos a los gestos y conductas positivas en su infancia o nunca las hemos reforzado y solo destacábamos las conductas negativas? ¿Hemos dado autonomía desde pequeños o les hemos reprimido y ahora necesitan la independencia que no han tenido y por eso te mienten? Si nos hacemos estas preguntas y las ponemos remedio, nuestra hija no tendrá tanta necesidad de mentirnos y volveremos a tener confianza con ella.
Cosas a evitar si nos mienten
- Los castigos: van a empeorar vuestro vínculo y nuestra hija no va a aprender del castigo. Es más, es probable que se rebele más ante nosotros. “Si la castigamos lo que puede suceder es que estemos propiciando que mienta más y mejor, que oculte mejor sus mentiras, que no se sienta comprendida y que pierda la confianza en la persona adulta que tiene delante”, cuenta Desirée Ruiz.
- El autoritarismo: permítela que se exprese, que te cuente sus razones. No impongas solo tu visión y sé empática con ella (piensa en tu adolescencia también y cómo seguramente también mentiste a tus padres).