Un tanque para Noah

Este verano estaba en la playa, muy cerca de Noah, una niña de 3 años y medio, y su abuela. También estaba su tanque. El tanque que le acababa de dar su abuela una vez que juntas habían abierto una bola de plástico que encerrabaa este juguete de plástico.

 – ¿Qué es esto que se mueve? pregunta Noah. Se refiere al cañón. La abuela le dice sin entusiasmo: “sí, se mueve”. Pero no contesta a su pregunta. Supongo que la respuesta correcta sería “un cañón para matar al enemigo”.

Noah sigue preguntando: – ¿Por qué solo tiene dos ruedas?, señalando a dos ruedas que sobresalen para que la niña pueda desplazar su juguete. La abuela contesta: “porque va por la arena y así se desplaza de un sitio a otro”. Supongo que la respuesta correcta sería, “es un tractor oruga, un sistema de tracción utilizado para carros de combate que permiten arrasar con el enemigo”.

La abuela y yo nos miramos con sorpresa y tristes. No nos gusta que Noah tenga su primer tanque. A la cabeza se nos vienen para qué fueron creados, las imágenes de sus cañones lanzando fuego por sus bocas para hacer daño.

Estoy seguro de que alguna vez os habéis visto en esta misma situación. Alguien ha llegado a vuestra casa con un tanque o juguete similar para vuestros hijos. O, quizá, ha sido vuestro hijo quien os ha pedido que le compréis tal juguete.

Seguro que os habéis preguntado si un juguete bélico es lo más apropiado para un niño. También habréis podido llegar a la conclusión de que solo es un juguete, y no tiene tanta trascendencia. Para salir de dudas, hemos preguntado a la psicóloga Silvia Álava. En su libro ‘Queremos hijos felices? aborda el tema de los juguetes infantiles.

Esta es la charla que hemos tenido con ella:

  1. Silvia, ¿los juguetes bélicos (tanques, pistolas…) fomentan la violencia en los niños?

Actualmente, no existe evidencia científica, con estudios longitudinales, que demuestre que los juguetes bélicos incidan en que los niños sean más violento en el futuro. Pero una cosa es que no exista tal evidencia y otra es que no nos paremos a pensar qué valores les estamos transmitimos. No nos cansamos de decir que una de las cosas más importantes de la educación es la transmisión de valores. Y los valores no es algo que se transmita desde una perspectiva teórica, en la que un adulto le explica a un niño cómo deben comportarse, sino que es algo que se transmite en el día a día a través de nuestras acciones y conductas. Y los valores que transmiten los juguetes bélicos están muy relacionados con la violencia y la agresividad y con el hecho de que gana el más fuerte. Y este discurso a lo mejor no es el que queremos inculcar a nuestros hijos.

2. ¿Hay alguna edad a la que este tipo de juguetes sean menos aconsejables que en otras?

Realmente, como psicóloga, no aconsejaría los juguetes bélicos a ninguna edad. Cuando son muy pequeños, menos, porque aún no han desarrollado la moral, y los niños tienen que ir aprendiendo lo que está bien de lo que está mal. Digamos que hasta que la desarrollan, más o menos a los 12 años, los niños no saben discernir lo que está bien de lo que está mal y, si le estamos dando un juguete con el que jugamos a hacer daño a los demás, el mensaje que puede llegarles a ellos es que esto está permitido. Quizá nos interesen más juegos que desarrollen otro tipo de habilidades.

3. A la hora de elegir un juguete para nuestro hijo, ¿qué deberíamos tener en cuenta?

Tenemos que tener en cuenta muchas cosas. Las más importantes:

  • El juguete tiene que ser divertido para el niño o la niña. Si no le divierte, no lo va a usar.
  • Tenemos que pensar cómo es nuestro hijo. Si es un niño más creativo, a lo mejor le gustan más las manualidades…. También podemos hacer justo todo lo contrario. Vemos que es un poco impulsivo, nos vendrán bien juegos de mesa en los que haya que seguir las instrucciones y respetar los turnos para trabajar precisamente esa impulsividad. Sabemos que a través del juego podemos trabajar muchos procesos cognitivos.
  • La edad. Leer siempre la etiqueta para conocer para qué edad está recomendado ese juguete.
  • Que no sea sexista. Aunque vamos mejorando, aún hay muchos juguetes que perpetúan los estereotipos de género.
  • Los valores que transmite, y si son acordes a los que queremos transmitir nosotros a nuestros hijos.
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Leo Farache

Nacido en Madrid, de la añada del 63. Su vida profesional ha estado ligada al mundo de la comunicación, gestión, marketing. Ha dirigido algunas empresas y escrito tres libros (“Los diez pecados capitales del jefe”, “Gestionando adolescentes”, “El arte de comunicar”). Ha ejercido de profesor – “una profesión que nos tenemos que tomar todos más en serio” – en la Universidad Carlos III, UAM y ESAN (Lima) en otras instituciones educativas. Es padre de tres hijos y ha encontrado en la educación su elemento. Fundó en 2014 la empresa Educar es todo desde donde opera esta iniciativa cuyo objetivo es ofrecer ideas e inspiración educativa a madres y padres que quieren saber más para educar mejor.

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