Las madres y padres muchas veces tenemos la creencia de que si nuestros hijos estuvieran acosando a un compañero de clase o estuvieran siendo acosados, nos enteraríamos. Porque somos sus padres, y esas cosas las sabemos. Pero la realidad nos demuestra, como un jarro de agua fría, que esto es posible que no fuera así.
Hay casos muy obvios, pero otros no lo son tanto. Y con las nuevas formas que ha adoptado el bullying, sobre todo a través de las nuevas tecnologías, la detección puede volverse más complicada. ¿Porque tú sabías que si tu hijo tiene más de 8 años es posible que ya haya tenido contacto, aun sin buscarlo, con contenido pornográfico a través de dispositivos tecnológicos?
Pues igual que con esto, podría ser también que tu hijo, o el mío, o el del vecino estuviera sufriendo ciberbullying y lo estuviera sabiendo ocultar tan bien que no nos hemos dado cuenta.
¿Cómo puede producirse el ciberbullying?
Como explican desde la ONG Ayuda en Acción, algunas de las formas en que puede manifestarse el ciberbullying son:
1. Crear perfiles falsos para ridiculizar, acosar o confesar en primera persona experiencias personales verdaderas o falsas de la víctima, así como acontecimientos personales, demandas de contacto sexual, o similares.
2. Hackear o robar la contraseña de correo electrónico de la víctima, leer sus correos violando su intimidad y utilizar el acceso al mismo para usurpar su identidad o utilizar información confidencial.
3. Propagar rumores en foros o redes sociales; provocar a la víctima para que esta reaccione de forma violenta y denunciarla ante los responsables de un foro, un chat o un videojuego.
4. Enviar mensajes amenazantes por correo, WhatsApp o redes sociales aprovechando el anonimato, agobiando y acosando a la víctima.
5. Subir a Internet fotos reales o fotomontajes para avergonzar públicamente o perjudicar a la víctima.
Estos son algunas de las formas en que los jóvenes pueden ser ciberacosados, pero no las únicas. Como hemos apuntado, los dispositivos tecnológicos facilitan la adaptación de los modos de llevar a cabo estas conductas, por lo que no es de extrañar que a medida que crece el número de aplicaciones, se actualizan las redes sociales, etc., también se multipliquen o modifiquen las formas de ejercer bullying.
Claves para evitar el ciberbullying
- Fomenta una comunicación abierta y fluida con tus hijos. Este punto es importantísimo. Una relación basada en la confianza, en la que cuando a nuestros hijos e hijas cuando les pase algo no piensen “madre mía, si se enteran mis padres…”, sino “necesito contarle esto a mi madre/padre”. Es complicado, sobre todo porque hay algunos a los que les cuesta más hablar o expresar lo que sienten, o a veces están pasando por una edad en la que la comunicación se convierte prácticamente en nula… Pero debemos intentarlo y trabajar en un buen ambiente familiar, incluso cuando no quieren hablar hay algo que sí pueden hacer: escuchar. Lo que debemos entender es que una comunicación sana y un clima familiar basado en la confianza no puede empezar a crearse cuando ocurre una situación que lo requiere, sino que tiene que fomentarse en el tiempo para que sirva de base en caso de que la situación lo requiera.
- Educa en el ejemplo. En Gestionando hijos no nos vamos a cansar nunca de recordar este punto: nuestros hijos nos aprenden, nos observan, aunque pensemos que no miren o no escuchan. Somos su principal referente social y por eso desde bien pequeñitos ya asimilan lo que nosotros proyectamos. Por eso es tan importante que les demos un buen ejemplo, y no solo para que no acaben ejerciendo el ciberbullying, también para que no se queden quietos cuando son testigos o incluso para que busquen ayuda si lo sufren.
- Entrena su empatía, sensibilidad y asertividad. Es muy importante que como adultos les demos herramientas para que no inicien este acoso contra sus iguales, así como también puedan gestionarlo mejor si acaban siendo víctimas. Por eso fomentar la empatía, la educación en valores, la sensibilidad… es fundamental. Pero también lo es trabajar su asertividad, para que puedan expresar lo que sienten sin hacer daño a los demás, pero tampoco a sí mismos; que puedan plantarse y decir NO cuando no quieran hacer algo; pero también que puedan buscar ayuda si lo necesitan.
- No podemos olvidarnos de la importancia de ayudarles a crear una buena y fuerte autoestima. La seguridad en sí mismos y el amor propio les hará menos propensos a ejercer conductas inapropiadas contra los demás, pero también les ayudará en gran medida si están en el papel de los acosados. Una fuerte autoestima es mucho más complicada de derrumbar.
- Enséñales cómo mantener su privacidad y seguridad en redes sociales. No podemos dejar a un lado la ciberseguridad, tenemos que concienciarnos y trasladar a nuestros hijos los peligros que tiene cada red social y explicarles cómo podemos protegernos de los ataques o hacernos menos vulnerables a ellos.
- Estableced horarios y fomentad un uso responsable de las tecnologías. Y ahora durante el confinamiento, más que nunca. Está genial que los dispositivos tecnológicos sean ahora fuente de entretenimiento, contacto con los demás, incluso de aprendizaje. Pero aun así tenemos que seguir controlando el tiempo y el uso que hacen nuestros hijos para poder evitar los efectos adversos que derivan de un uso excesivo o incorrecto de estos mismos dispositivos.
- Observa a tus hijos desde la supervisión, no desde el espionaje. Tenemos que saber qué hacen nuestros hijos en la red, pero puede que crearte un perfil falso para espiarle o cogerle el móvil mientras duerme no sea la mejor opción si estamos intentando fomentar una relación sana y basada en la confianza. ¡Ojo! Basada en la confianza no quiere decir que te fíes ciegamente de ellos, pero hay otras medidas que puedes tomar para supervisar su actividad en Internet, como por ejemplo un horario de uso o establecer normas consensuadas. En este artículo te damos más pautas.
- También tenemos que estar muy atentos a cambios de conducta, reacciones exageradas, irritabilidad, síntomas de ansiedad… Los niños pueden expresar de muchas formas distintas que algo les está ocurriendo, por eso debemos estar pendientes de las señales que nos pueden estar enviando un mensaje de que algo está pasando.
Desde Gestionando hijos y Totto queremos reconocer aquellas prácticas que tengan como finalidad la lucha contra el acoso escolar. Podéis participar en las siguientes categorías: colegios, alumnos, empresas, medios de comunicación e instituciones. Consulta toda la información y participa en esta iniciativa aquí.