El colecho con los hijos sigue siendo uno de los asuntos más controvertidos dentro de la crianza. Genera controversia entre los profesionales. Algunos lo rechazan categóricamente por su supuestos riesgos para la salud del bebé; otros no solo lo avalan, sino que lo recomiendan como una práctica con muchos beneficios. Y, en medio de este panorama, algunas familias pueden sentirse presionadas por los juicios externos, lo que supuestamente está bien o no. Entonces: colecho, ¿sí o no? Vamos a verlo.
¿Qué es el colecho?
El colecho es la práctica en la que bebés o niños pequeños duermen con uno o los dos progenitores, puede ser practicado en la misma cama, en camas continuas o, cama y cuna unidas.
Los detractores del colecho alegan que esta práctica puede ser peligrosa para los bebés porque aumentan las probabilidades de que sufran el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL).
La Muerte Súbita del Lactante es un síndrome por el cual el bebé fallece sin causa aparente y sin que su autopsia revele el origen de la muerte. Asimismo, la Asociación Española de Pediatría (AEP) afirma que la lactancia materna protege frente al SMSL y que el colecho en la misma cama es una práctica beneficiosa para mantenerla, pero que ésta a la vez es considerada un factor de riesgo de SMSL. ¿No es esto contradictorio? Entonces, ¿colecho sí o no?
La Asociación Española de Pediatría nos dice que en caso de bebés lactantes, debido a lo anteriormente descrito, practicar colecho o no practicarlo debe ser una decisión exclusiva de las madres y padres, pero que de hacerlo, sí que debemos evitar los factores de riesgo de un colecho seguro.
Factores de riesgo de un colecho seguro
Los factores de riesgo de un colecho seguro son:
- Ausencia de lactancia materna exclusiva
Tiene sentido, ya que sí es la lactancia lo que protege al bebé de sufrir el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante, y nuestro bebé se alimenta de biberón, le estaremos desprotegiendo en caso de practicar colecho.
- Padres que consuman tabaco, alcohol, sedantes o drogas
- Colecho sobre superficies blandas: colchones de agua, sofás o sillones
- Compartir cama con otros familiares que no sean los progenitores, otros niños o múltiples personas
- Niños prematuros o con bajo peso
Cuna de colecho
Las cunas de colecho, también conocidas como cuna sidecar, son minicunas convencionales diseñadas para poder acoplarse a la cama de los padres, lo que facilita la lactancia materna del bebé y permite tenerlo siempre cerca, pero permitiendo que el bebé duerma en su colchón, pero al mismo nivel que el colchón de la cama de los padres. Esta solución ha resultado ser segura y no interferir con la lactancia materna.
En este caso, podrían añadirse los siguientes puntos para que la práctica sea segura:
- Evitar colocar la cuna cerca de ventanas, estufas y aparatos electrónicos
- Comprobar que no se formen espacios entre la cuna y la cama
Beneficios del colecho
Entre los beneficios de colechar, podemos destacar cuatro:
Todos duermen más y mejor
Un bebé que duerme con sus padres se siente seguro y en calma. Al sentirse seguro, llorará menos y dormirá mejor, con mayor sensación de bienestar.
Ayuda a prolongar la lactancia materna por la noche
Si la mamá opta por la lactancia materna, el colecho la facilita en gran medida. Aunque no siempre van de la mano, es cierto que al estar cerca uno del otro, es más probable que el bebé pueda tomar el pecho cada vez que quiera.
Potencia el vínculo con los padres
A veces resulta complicado estar junto a nuestro hijo tanto tiempo como quisiéramos y él necesita, por las responsabilidades del día a día. Por ello, entre los beneficios del colecho, destaca la oportunidad de pasar más tiempo junto a nuestro hijo y el fortalecimiento del vínculo con él.
Reduce el riesgo de sufrir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante
Según los especialistas, a partir de los tres meses de edad, dormir con nuestros hijos reduce el riesgo de SMSL junto a la lactancia materna. Es, por tanto, uno de los principales beneficios del colecho. De hecho, la Asociación Española de Pediatría recomienda que el bebé duerma en la misma habitación de los padres al menos durante los seis primeros meses de vida. Un consejo que la Academia Americana de Pediatría alarga hasta el primer año.