Nadie quiere llegar al momento de la separación o divorcio en una pareja, y menos cuando se tienen hijos de por medio. Pero muchas veces, es la única solución cuando una relación es tóxica, no da más de sí y ambas partes necesitan estar separados.
El momento en el que debemos anunciar a nuestros hijos la separación es difícil. ¿Cómo se lo decimos a nuestros hijos sin que les perjudiquemos?
Claves para decir a nuestros hijos que nos separamos
Dependiendo de la edad de nuestros hijos, nuestro lenguaje y la forma de decirlo tendrá que adaptarse. La psicóloga experta en relaciones de pareja Silvia Congost nos da algunas claves:
- Busca un lugar en el que compartáis momentos juntos en familia, como el salón o el comedor.
- Explica la situación cuando tu hijo esté tranquilo.
- Absoluta sinceridad: Debemos ser sinceros con nuestros hijos y no ocultarles la situación. Para ello, siempre deberemos adoptar nuestro lenguaje al suyo para que puedan entendernos.
- Dejarles muy claro a los niños que no es por su culpa: “Nosotros les amamos por igual. Hay que explicarlo de forma muy clara, llana y directa. Hay que remarcarlo mucho. Lo que sucede muchas veces es que los niños en su foro interno acaban pensando que es por su culpa, que se han portado mal, que no han hecho lo que los padres esperaban. Hay que dedicar unos minutos a explicarles esto de manera bien clara, y esto hará que transiten este cambio de una forma mucho más llevadera”, señala Congost.
- Usa un lenguaje sencillo: Tus hijos van a hacer muchas preguntas, no van a entender al principio la situación. Por eso, hay que explicarles los cambios usando un lenguaje adaptado a su edad. “Las preguntas no cesarán. Y no vendrán justo al principio, no… Las irán haciendo con el paso del tiempo y te las plantearán en los momentos más insospechados, aunque pasen muchos años. No te castigues. Es normal. No te culpes”, cuenta Lucía, mi pediatra en su libro ‘El viaje de tu vida’.
- Dar cariño y amor: Nuestros hijos no entenderán la situación en un primer momento, y es muy posible que se enfaden y no quieran hablar con nosotros. Por eso, tanto en ese momento como en los posteriores habrá que crear un vínculo muy fuerte con ellos para que no se sientan culpables de la situación.
- No sobredramatizar la separación: “La vida está hecha de cambios y si llega un punto en el que no estemos a gusto estando juntos, es algo que es muy posible que nos pase a la gran mayoría y saber normalizar eso sin dramatizar, sin verlo como que se acaba el mundo porque me separo de esa persona, no hacerlo tan exagerado, ayudará a que nuestros hijos lo vivan con mucha más paz interior”, cuenta Congost.
El miedo a que la separación traume a nuestros hijos
Muchas veces preferimos no separarnos por miedo a las consecuencias que puede traer a nuestros hijos. Pero tenemos que tener en cuenta que si nosotros no somos felices en familia, nuestros hijos tampoco van a serlo. “Si no somos felices o no estamos bien junto a la persona que tenemos al lado, deberíamos separarnos, justamente por nuestros hijos”, apunta Congost.
Es más, la relación que tienen los progenitores es el primer modelo de relación que aprenden los hijos, y si es un modelo de relación tóxico, es muy probable que nuestros hijos en un futuro repitan ese modelo de relación.
Por eso, apunta Congost que más que algo traumático, la separación de unos padres que ya no pueden vivir juntos es algo de lo que se puede aprender. “Un divorcio puede ser un aprendizaje y una enseñanza muy importante. El niño no se traumatiza por una separación. El niño se puede traumatizar cuando hay un abandono, cuando hay un padre o una madre que desaparece y nunca más se sabe nada de ella o de él. Pero por una separación no quedan traumatizados”, concluye.