“Pongamos que un día llegas a casa, estás haciendo tus cosas, tranquilamente, y en eso llega tu pareja y te dice que quiere hablar contigo. Parece que es una buena noticia, ya que no tiene la típica cara de mosqueo, sino que se le ve ilusionado. Os sentáis en el sofá, apagáis la tele para poder escucharos y te lo suelta a bocajarro: “después de un tiempo pensándolo, al final he tomado la decisión: ¡voy a tener otra mujer!”. No, no es una broma, de hecho sigue hablando ante tu cara de estupefacción: “en unas semanas vendrá a vivir a esta casa, así que tenemos que ponernos ya con los preparativos, hacer algunas compras y preparar tu habitación. Pero podrás venir a nuestra cama siempre que quieras”.
Así comienza el psicólogo Alberto Soler el capítulo de “Niños celosos” en su libro ‘Educar sin etiquetas’. Una buena forma de ayudarnos a ponernos en el lugar de nuestro hijo o hija cuando recibe la noticia de la llegada de un hermanito.
¿Es normal que nuestro hijo sienta celos de su hermanito?
Creo que esta pregunta la puedes responder cada uno de nosotros si nos ponemos en el lugar de nuestro hijo. Según dice Alberto Soler “más del 90% de los niños mostraran celos en mayor o menor medida ante el nacimiento de su hermano“. Es por ello que es esencial asumir los celos como una parte normal en la relación entre hermanos, y no como un problema.
De hecho, se tendía a pensar que los niños que tenían menos de un año, no podían experimentar celos hacía su hermano. ¿Por qué? Porque los celos se entendían como una emoción compleja, como puede ser la vergüenza o la culpa, en contraposición al miedo o la alegría, que son emociones básicas. Esas emociones complejas requieren de ciertas características del pensamiento que es difícil que estén presentes antes de los 18 meses de edad. Pero investigaciones posteriores han puesto esta afirmación en duda, al haberse encontrado reacciones celosas en niños de tan solo seis meses, en niños con autismo e, incluso, en animales.
6 consejos para preparar la llega del hermanito
Aún sabiendo que los celos son una manifestación normal, la forma que tiene nuestro hijos de decir: “¡Eh, estoy aquí, no te olvides de mi, no dejes de quererme!”, ante la llegada de un hermanito, podemos seguir algunas indicaciones para prepararla.
Alberto Soler nos da algunas claves:
¿Cuándo comunicamos la noticia?
Teniendo en cuenta que, por desgracia, la tasa de abortos espontáneos que se producen durante los tres primeros meses de gestación son muchísimo más elevadas que a partir del segundo trimestre, Alberto nos recomienda “esperar a dar la noticia cuando tengamos cierta seguridad de que todo va bien”.
Hagámosle partícipe
No podemos olvidarnos de que la llegada de un hermano no es un acontecimiento de pareja, es un acontecimiento familiar, y como tal, afecta a todos los miembros de la familia. “Si le involucramos en los preparativos, escuchamos su opinión y le dejamos tomar alguna decisión. Cuanto más le dejemos participar, menos probable es que se sienta desplazado”.
Dejarle seguir siendo protagonista
Cuando llegue el nuevo bebé, todos los ojos, cuidados y atenciones van a estar puestos en él, lo que va a provocar necesariamente que nuestro hijo sienta celos. Por tanto, “debemos seguir haciéndole sentir protagonista, no el único, pero sí uno más”, nos dice Alberto.
Y esto es extensible a las visitas que acudan a casa a conocer al nuevo miembro de la familia. “Está bien recordarles que el nuevo bebé tiene un hermano, que también necesita cariño, mismos, atenciones, y que no podemos centrarnos solo en el nuevo miembro de la familia, que tenemos que prestar atención a ambos durante la visita”.
Tener paciencia y ser comprensivos
Es frecuente que se den algunas conductas regresivas (como volver a pedir teta, decir que es un bebé, tener más accidentes de pipí o caca…). También es frecuente que se den más rabietas y llamadas de atención. Si lo pensáis, “es normal que pidan atención”, nos dice Alberto, “están reclamando lo que les corresponde. Lo pide porque lo necesita. No es un capricho, es una necesidad”.
No castigar los celos
Alberto nos recuerda que los celos son normales, no quieren decir que nuestro hijo “sea malo o que hayamos hecho nosotros algo mal. Por tanto, no juzguéis ni castiguéis esos celos, e intentad poneros en su lugar:a nosotros tampoco nos gustaría que de repente llegase alguien con quien tenéis que compartir todo lo que tenéis de manera forzosa”.
Asumir las nuevas dinámicas familiares
Debemos asumir que las dinámicas en la familia van a cambiar. “Es frecuente que el recién nacido pase a estar de manera casi exclusiva con la madre, mientras el padre se encarga del hermano o hermanos mayores. Esto puede hacer que temporalmente se fortalezcan más esos vínculos, pero no hay que angustiarse porque con el tiempo las aguas volverán a su cauce”. Aunque Alberto sí nos dice que “tenemos que intentar seguir teniendo momentos de atención exclusiva con el mayor, sin interrupciones, sin teléfono, sin distracciones…”.
Lo más importante es recordar que todo esto es temporal, que todos os estáis adaptando, y a los niños les cuesta más, pero que llegará un momento que todo pase.