La organización es sinónimo de orden y de disciplina. Por tanto, una persona ordenada es capaz de organizar, de clasificar, de acomodar y de disponer de forma armoniosa y minuciosa las cosas. Y, a su vez, también capaz de ser disciplinada y metódica en sus conductas y con sus pensamientos, pudiendo desarrollar actividades concretas para conseguir objetivos propuestos.
Asimismo, el orden contribuye a que las personas puedan ser más maduras, más responsables, más conscientes e incluso más libres. Por lo que, el orden como valor para educar a nuestros hijos es importante porque, junto con otros valores, permitirá ayudarlos a resolver de forma más eficaz las situaciones, tanto de niños como cuando crezcan. De hecho, es el primer hábito que un niño puede adquirir. El experto en coaching, neurociencia, motivación y liderazgo, Fernando Botella, nos recomienda que “a partir de los 2 y 3 años ya podemos inculcarle cierta educación por el orden”.
Actividades para fomentar la organización en casa
Aunque no sea fácil, el hecho de infundir a nuestros hijos la importancia que tendrá durante su vida adulta la capacidad de organización puede ser más práctico y llevadero si lo hacemos de la forma adecuada. Para ello, Fernando Botella nos aconseja que se lo transmitamos de “un modo divertido para convertirlo en un juego para ellos”. ¿No se te ocurre aún ninguna forma de hacerlo? No te preocupes porque, a continuación, el experto nos propone varias actividades que nos pueden facilitar las cosas.
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Ayudarle al principio
Uno de los consejos cruciales que el profesional nos da es ayudarles desde el principio. “Debemos acompañarles, apoyarles y estar con ellos. Ordenar juntos puede convertirse en una actividad lúdica con cierto sentido de placer. Es entonces cuando nuestro hijo se sentirá apoyado por nosotros y, de alguna forma, estará mucho más motivado a hacerlo desde pequeño”, nos explica.
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Definir el lugar de cada cosa
Tenemos que establecer de forma clara cuál es el lugar de cada cosa. Por ejemplo, los libros pueden colocarse en estanterías al alcance de nuestros hijos y los juguetes en cajas o cajones. “Esto requiere charlas con ellos que pueden ser divertidas, no tienen que ser conversaciones de adultos ni específicas para niños, pero tienen que comprender realmente que cada cosa tiene que ir situada en su lugar“, nos comenta el especialista.
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Enseñarle a guardar los objetos
“La tercera idea sería enseñarles a guardar las cosas”, nos detalla Fernando Botella. Cuando nuestro hijo utilice alguna cosa de la casa, tenemos que pedirle que “cuando la deje de utilizar la tiene que volver a colocar en el sitio que le corresponde”, puntualiza.
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Contarle cuentos
“Podemos relatarles narraciones en las que los protagonistas sufren las consecuencias negativas de su desorden o se benefician de los resultados cuando son ordenados”, sugiere el experto. Los cuentos son herramientas muy útiles que les ayudarán a reflexionar sobre la importancia de la organización.
Es en la mente donde está o no la capacidad de organizarse cuando somos niños y también cuando somos adultos
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Establecer rituales
Es necesario también “establecer rituales, que no se trata tanto de rutinas. El ritual consiste en la capacidad del niño de reflexionar sobre las cosas que están bien o no tan bien en relación a la organización. Es importante generarles rituales de pensamiento porque es en la mente donde está o no la capacidad de organizarse cuando somos niños y también cuando somos adultos”, asegura el experto.
Los rituales que nos ayudarían en este aspecto, “tienen que ver con hacerse preguntas sobre “¿esto está en su sitio correcto?”, “¿está bien que siendo la hora de dormir mi habitación esté sin recoger?” “¿es lógico que mi mesa este hecha un desastre?””, ejemplifica el especialista.
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Incluir al niño en las tareas de casa
“Otra actividad para fomentar la organización es incluir a nuestros hijos en las tareas del orden del hogar desde pequeños”. El niño forma parte de la familia y debe asumir responsabilidades de acuerdo a su edad y capacidad. “Por ejemplo, nos puede ayudar a doblar y clasificar la ropa en el armario, poner todos los zapatos en el zapatero, ordenar los libros en una estantería…”, nos plantea Fernando.
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Comprar una agenda o calendario individual
Tenemos que mostrarles la importancia de apuntar las cosas para que no se les olviden, pues es otra manera de ir mejorando su capacidad de organización. “Enseñarles a usar desde pequeños calendarios sencillos y agendas para hacer un seguimiento de las actividades familiares y escolares que realizamos: a las 6 de la tarde tenemos clase de música, tenemos que hacer los ejercicios de lengua, mañana es el cumple años de la abuela…”, nos recomienda el experto. Es una buena demostración de confianza hacia ellos y les ayudará a distribuir y a optimizar su tiempo de forma responsable. Además, promoverá su implicación.
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Guiarle para que siga unas rutinas apropiadas y mantenga en orden su material escolar
Entre las obligaciones que exige la etapa escolar, es imprescindible fijar una rutina diaria de estudio, que contemple tanto el tiempo como la selección de una ubicación apropiada, así como un periodo de descanso suficiente. Paralelamente, nuestros hijos tienen que ser conscientes de la utilidad de mantener en orden su material. Si guardan en su sitio los bolígrafos, las pinturas, la calculadora o los cuadernos, entre otros objetos, podrán encontrarlos antes y conservarlos en mejor estado.
Asimismo, tenemos que “ayudarles a organizar sus ideas en las tareas del colegio. Por ejemplo, les podemos pedir que nos enseñen sus apuntes y plantearles otras alternativas diferentes a cómo ellos los tienen organizados. Es imprescindible que les ayudemos a organizarse mentalmente”, insiste Fernando.
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Cocinar juntos
Otra recomendación es que desde pequeños les involucremos en la agenda culinaria del hogar. Hay muchos procesos divertidos en los que pueden intervenir y gracias a los que, sin darse cuenta, mejorarán su capacidad de organización. Desde la lista de la compra de los ingredientes hasta la medición y preparación de los mismos, pasando por la administración del tiempo y la necesidad de seguir determinados pasos para obtener los resultados deseados.
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Reconocer su esfuerzo
“Cuando nuestros hijos hacen las cosas bien es fundamental que les hagamos reconocimiento sobre el esfuerzo que han realizado, lo que no significa que siempre tienen que ser recompensas”, declara el especialista.
Y, sobre todo, “la verdadera forma de enseñarles a ser personas organizadas, a tener una mente ordenada, a trabajar con cierto orden, a organizarse en sus tareas y tener ciertas disciplinas para que todo esto pueda suceder es hacerlo primero nosotros como padres y como educadores, y que ellos lo vean. Pues nosotros realmente somos el espejo en el que ellos aprenden, somos su ejemplo y esta es la clave fundamental, es la mejor actitud que podemos tener como padres”, asegura Fernando Botella.